viernes, 25 de agosto de 2017

Jeremías 22

Jeremías 22
1 Así ha dicho el Señor:
«Ve ahora al palacio del rey de Judá, y pronuncia allí estas palabras 2 ante el rey de Judá: “Oigan la palabra del Señor, lo mismo tú que reinas sobre el trono de David, que tus siervos y el pueblo que entra por estas puertas. 3 Yo, el Señor, he dicho: Practiquen la justicia y el derecho. Libren de sus opresores a los oprimidos. No engañen ni roben al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda. No derramen sangre inocente en este lugar. 4 Si en verdad obedecen mi palabra, los reyes que ahora ocupan el trono de David entrarán por las puertas de este palacio montados en carros y en caballos, junto con sus criados y su ejército. 5 Pero, si no obedecen mi palabra, juro por mí mismo que este palacio quedará en ruinas.”»
—Palabra del Señor.
6 Así ha dicho el Señor acerca del palacio del rey de Judá:
«Este palacio me parece tan bello como la región de Galaad y como la cumbre del monte Líbano. Sin embargo, lo convertiré en un desierto rodeado de ciudades deshabitadas. 7 Dispondré contra él un ejército, y cada uno de sus soldados lo destruirá con sus armas. ¡Derribarán sus bellas columnas de cedro, y las echarán en el fuego! 8 Mucha gente pasará junto a esta ciudad, y unos a otros se dirán: “¿Por qué hizo esto el Señor con tan imponente ciudad?” 9 Y la respuesta será: “Porque se apartaron del pacto del Señor su Dios, y adoraron y sirvieron a dioses ajenos.”»
10 No lloren al muerto, ni se compadezcan de él. Más bien, lloren amargamente por el que se va, porque jamás volverá a ver la tierra en que nació.
11 En efecto, el Señor ha dicho acerca de Salún hijo de Josías, rey de Judá, que sucedió en el trono a su padre Josías:
«Has sido expulsado de aquí, y nunca más volverás aquí. 12 Morirás en el país al que fuiste llevado cautivo, y nunca más volverás a ver esta tierra.
13 »¡Ay de ti, que eriges tu palacio sin justicia, y tus salas sin equidad! ¡Ay de ti, que explotas a tu prójimo y no le pagas el salario de su trabajo!
14 ¡Ay de ti, que dices: “Voy a construirme un palacio espacioso, con amplias salas”, y le abres ventanas, lo recubres de cedro y lo pintas de bermellón!
15 ¿Acaso el verte rodeado de cedro te convierte en rey? ¿Acaso a tu padre le faltó comida y bebida? ¡A él le fue bien porque practicó la justicia y el derecho!
16 ¡Le fue bien porque les hizo justicia a los pobres y menesterosos! ¡A eso le llamo conocerme!
—Palabra del Señor.
17 »Tú, en cambio, sólo ves lo que te conviene; sólo piensas en saciar tu avaricia, en derramar sangre inocente y en oprimir y agraviar a otros.»
18 Por lo tanto, así ha dicho el Señor acerca de Joacín hijo de Josías, rey de Judá:
«Nadie te llorará. Nadie dirá: “¡Ay, hermano mío!”, ni “¡Ay, hermana mía!” Nadie lamentará tu muerte, ni te dirá: “¡Ay, señor! ¡Ay, Su Majestad!”
19 Al contrario, te arrastrarán hasta fuera de la ciudad de Jerusalén, y te enterrarán como si fueras un asno.
20 »¡Sube al monte Líbano y grita! ¡Ve a Basán y deja oír tu voz! ¡Grita desde Abarín! Porque todos tus aliados van a ser destruidos.
21 Te hablé cuando gozabas de prosperidad, pero dijiste: “No quiero escuchar.” Y desde que eras joven te has portado así. Nunca has querido hacerme caso.
22 Por eso todos tus dirigentes serán arrastrados por el viento, y todos tus aliados serán llevados al cautiverio. Entonces tu ciudad quedará en vergüenza y confundida por causa de toda tu maldad. 23 Ahora habitas en el nido que te hiciste con los cedros del Líbano; pero ya te vendrán dolores, como de parturienta, ¡y entonces gemirás!
24 »Conías, hijo de Joacín y rey de Judá, yo te juro que voy a deshacerme de ti, aun cuando seas como un anillo en mi diestra.
—Palabra del Señor.
25 »Voy a entregarte en manos de los que quieren matarte; en manos de aquellos que al verlos te hacen temblar. ¡Sí, voy a ponerte en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de los caldeos!
26 Voy a hacer que a tu madre y a ti se los lleven cautivos, a un país extraño en donde no nacieron. ¡Allí morirán!
27 Con toda el alma querrán ustedes volver a su propio país, pero jamás volverán.»
28 Y este Conías, ¿es acaso una vasija rota y despreciada? ¿Es acaso un trasto que a nadie le importa? ¿Por qué fueron expulsados él y los suyos a un país que nunca antes conocieron?
29 ¡Tierra, tierra, tierra!, ¡oye la palabra del Señor!
30 Así ha dicho el Señor:
«Pongan por escrito que este hombre se quedó sin hijos, y que nada próspero le espera por el resto de su vida. Porque ninguno de sus hijos llegará a ocupar el trono de David, ni reinará sobre Judá.»

EL JUICIO DE DIOS CONTRA LOS REYES DE JUDA
1.       El llamado de Dios a obedecer a Judá (v.1-5)
El Señor llama a Judá a que practiquen la justicia, la rectitud y dejar toda opresión. No engañar ni humillar ni matar a los extranjeros, huérfanos y viudas. Si obedecen los reyes de Judá serán confirmados en el trono
Preg.Aplic.: ¿Vivo con mi conducta en justicia y rectitud?, ¿estoy siendo sensible y ayudando a los débiles?, ¿estoy haciendo algo por los extranjeros, huérfanos y viudas?
2.       El castigo de Dios por la rebeldía de Israel (v.6-10)
Habrá una gran destrucción contra Judá debido a que se apartaron del pacto de Dios y adoraron a dioses ajenos.
Preg.Aplic.: ¿Estoy obedeciendo los mandamientos de Dios?, ¿estoy cayendo en idolatría teniendo otros dioses?
3.       El juicio contra los reyes de Judá (v.11-17)
Salun hijo de Josías nunca volverá a Judá. Los reyes de Judá construyen palacios hermosos, pero son injustos y no viven en rectitud oprimiendo a otros. A los anteriores reyes les fue bien porque fueron justos y rectos con los humildes, y mostraron que conocían a Dios.
Preg.Aplic.: ¿Está mostrando mi conducta que conozco a Dios?, ¿mis hechos están mostrando mi fe en el Señor?
4.       Profecía contra Joacín y Conías (v.18-30)
Joacín rey de Judá será humillado y asesinado porque nunca quiso obedecer a Dios. Conías rey de Judá será entregado al rey de Babilonia y morirán ahí, y nunca volverá a reinar.
Preg.Aplic.: ¿Estoy padeciendo dificultades debido a mi rebeldía y desobediencia a Dios?, ¿estoy arrepentido confesando mis pecados y volviendo al Señor?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán

Equipo AATC

jueves, 24 de agosto de 2017

Jeremías 21

Jeremías 21
1 La palabra del Señor vino a Jeremías cuando el rey Sedequías le envió un mensaje por medio de Pasjur hijo de Malquías, y del sacerdote Sofonías hijo de Maseías. El rey mandó a decirle:
2 «Jeremías, consulta al Señor acerca de nosotros, porque Nabucodonosor, el rey de Babilonia, nos ha declarado la guerra. Tal vez el Señor nos trate de acuerdo con todas sus maravillas y haga que Nabucodonosor se aleje de nosotros.»
3 Pero Jeremías les respondió:
«Díganle a Sedequías 4 que el Señor y Dios de Israel ha dicho: “Ustedes se han levantado en armas contra el rey de Babilonia, y contra los caldeos que están fuera de la muralla y los tienen sitiados. Pero yo voy a hacer que esas mismas armas de guerra se vuelvan contra ustedes. Voy a amontonarlas en medio de esta ciudad, 5 y levantaré mi mano contra ustedes; los combatiré con brazo fuerte, y con gran enojo y furor. 6 Heriré a los habitantes de esta ciudad, y hombres y bestias por igual morirán por causa de una gran peste.
7 Después de eso, pondré en manos del rey Nabucodonosor de Babilonia al rey Sedequías de Judá, a sus criados, al pueblo y a los que sobrevivan a la peste, la espada y el hambre que habrá en la ciudad. Los pondré en manos de los enemigos que buscan matarlos, y ellos los matarán a filo de espada. No los perdonarán. No les tendrán lástima ni compasión.
—Palabra del Señor.
8 ”Y a este pueblo dirás que así ha dicho el Señor: ‘Pongo ante ustedes la posibilidad de elegir entre el camino de vida y el camino de la muerte. 9 El que se quede en esta ciudad morirá por la espada, por el hambre o por la peste. Pero el que salga de ella y se pase al bando de los caldeos que los tienen sitiados, se pondrá a salvo y su vida será su botín. 10 Yo me he puesto a observar esta ciudad, para su mal y no para su bien. Voy a ponerla en manos del rey de Babilonia, y él le prenderá fuego.’
—Palabra del Señor.
13 ”Yo estoy contra ti, ciudad asentada en el valle, que eres la roca de la llanura. Contra ti, que dices: ‘¿Quién podrá atacarnos? ¿Quién podrá entrar en nuestros aposentos?’
—Palabra del Señor.
14 ”Yo te castigaré como merecen ser castigadas tus malas obras. Yo le prenderé fuego a tu bosque, y el fuego consumirá todo cuanto te rodea.”»
—Palabra del Señor.

LA OPORTUNIDAD DE ISRAEL ANTE EL JUICIO DE DIOS
1.       La sentencia de Dios contra Israel (v.1-7)
El rey de Judá pide a Jeremías que interceda ante Dios en defensa contra el rey de Babilonia. Israel se había rebelado contra Nabucodonosor, pero Dios se va a levantar contra ellos y los va a herir y los pondrá en manos de sus enemigos que los matarán.
Preg.Aplic.: ¿Estoy sufriendo las consecuencias de mis pecados?, ¿estoy orando arrepentido de mis faltas?
2.       Dios da la oportunidad de salvarse a Israel (v.8-10)
El Señor da la oportunidad a Israel de salvarse: que salgan de la ciudad porque Dios va a destruirla.
Preg.Aplic.: ¿Estoy escuchando y obedeciendo los mandamientos de Dios?, ¿estoy siendo precavido y huyendo del peligro?
3.       Dios desafía a Israel a un cambio (v.11-14)
Dios llama a Israel a un verdadero cambio: hacer justicia y liberar a los oprimidos. Sino vendrá el juicio de Dios contra sus malas obras, orgullo y rebeldía.
Preg.Aplic.: ¿Mi conducta está mostrando un verdadero cambio?, ¿estoy siendo justo y viviendo en los valores de Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


miércoles, 23 de agosto de 2017

Jeremías 20

Jeremías 20
1 El sacerdote Pasjur hijo de Imer oyó a Jeremías cuando éste profetizaba estas palabras. Entonces, como era sacerdote y el jefe principal de la casa del Señor, 2 mandó que azotaran a Jeremías y lo pusieran en el cepo que estaba en la puerta superior de Benjamín, la cual conducía a la casa del Señor.
3 Un día después, Pasjur mandó que sacaran del cepo a Jeremías. Entonces Jeremías le dijo:
«Para el Señor, tu nombre ya no es Pasjur, sino Magor Misabib. 4 Porque así ha dicho el Señor: “Voy a hacer de ti un motivo de terror, lo mismo para ti que para todos los que te quieren, Éstos morirán por la espada de sus enemigos, y tú mismo serás testigo. Pondré a todo Judá en manos del rey de Babilonia, y éste los llevará cautivos a su país, y allá los matará a filo de espada. 5 También pondré en sus manos todas las riquezas de esta ciudad que han acumulado, y todas sus cosas preciosas. Todos los tesoros de los reyes de Judá los pondré en manos de sus enemigos, y éstos los saquearán, se los apropiarán y se los llevarán a Babilonia. 6 Y tú, Pasjur, serás llevado cautivo, junto con todos los habitantes de tu casa. Llegarás a Babilonia, y allí morirás y serás enterrado, junto con todos los que te quieren, a los cuales has engañado con tus profecías.”»
8 Cada vez que hablo, levanto la voz y grito «¡Violencia! ¡Destrucción!» No hay día, Señor, en que tu palabra no sea para mí motivo de afrenta y de escarnio.
9 Me había propuesto no pensar más en ti, ni hablar más en tu nombre, ¡pero en mi corazón se prendía un fuego ardiente que me calaba hasta los huesos! Traté de soportarlo, pero no pude.
10 Muchos murmuran, y puedo oír que dicen: «¡Denunciémoslo! ¡Denunciemos al que grita “Terror por todas partes”!» Todos mis amigos esperan verme claudicar. Hasta dicen: «Tal vez podamos engañarlo. Así lo venceremos y tomaremos de él venganza.»
11 Pero tú, Señor, estás conmigo, como un poderoso guerrero. Eso hará que mis perseguidores tropiecen y no logren vencerme. Quedarán grandemente avergonzados, y no lograrán triunfar. Tan grande será su confusión, que jamás será olvidada.
12 Señor de los ejércitos, que pones a prueba a los justos, que examinas el corazón y los pensamientos, ¡permíteme ver cómo te vengas de ellos, pues en tus manos he puesto mi causa!
13 ¡Canten salmos al Señor!
¡Cántenle alabanzas!
¡El Señor es quien libra al pobre de morir a manos de los malignos!
14 ¡Pero maldito sea el día en que nací!
¡Maldito el día en que mi madre me dio a luz!
15 ¡Maldito aquel que le anunció a mi padre
«¡Felicidades! ¡Ya tienes un varoncito!»
16 ¡Que sea ese hombre como las ciudades que el Señor destruyó sin misericordia!
¡Que en la mañana y al mediodía oiga gritos que le anuncien el peligro!
17 Si el Señor no me hubiera dejado nacer, mi madre habría sido mi sepulcro;
¡me habría quedado en su vientre para siempre!
18 ¿Para qué salí del vientre?
¿Sólo para ver trabajos y penurias, y para pasar mi vida en medio de afrentas?

JEREMIAS EXPRESA SUS SENTIMIENTOS POR LO QUE PADECE AL SER FIEL AL LLAMADO
1.       Jeremías es azotado (v.1-6)
Pasjur manda a azotar a Jeremías por sus profecías. Luego es liberado y le afirma al sacerdote y a Israel que van a ser muertos y saqueados por Babilonia.
Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo fiel al llamado de Dios?, ¿estoy padeciendo dificultades por mi fe?
2.       Jeremías expresa sus sufrimientos (v.7-10)
Jeremías confiesa al Señor: por un lado, es sensible a Su llamado y lo obedece, pero también sufre como humano por el desprecio de Israel y de sus amigos que buscan su caída.
Preg.Aplic.: ¿Estoy abriendo mi corazón al Señor en oración?, ¿estoy sufriendo por traiciones de mi entorno inmediato?
3.       Jeremías hace una oración de victoria y de queja (v.11-18)
Jeremías eleva una oración de confianza y victoria al Señor al inicio, pero luego se queja de su vida y de lo que está padeciendo. Nota: Jeremías muestra toda su humanidad y expresa en forma honesta sus sentimientos.
Preg.Aplic.: ¿Estoy creyendo en el obrar de Dios hoy?, ¿me paro quejando por los problemas que afronto hoy?, ¿dejo al Señor todas mis cargas en oración?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán

Equipo AATC