lunes, 23 de mayo de 2022

Lucas 7

 

Lucas 7

1 Jesús terminó de hablar con el pueblo y entró en Cafarnaún.

2 Allí había un centurión que tenía un siervo al que amaba mucho, el cual estaba a punto de morir.

3 Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, envió a unos ancianos de los judíos para que le rogaran que fuera a sanar a su siervo.

4 Ellos fueron a hablar con Jesús, y con mucha insistencia le rogaron: «Este hombre merece que le concedas lo que pide, 5 pues ama a nuestra nación y nos ha construido una sinagoga.»

6 Jesús se fue con ellos, y ya estaban cerca de la casa cuando el centurión envió a unos amigos suyos, para que le dijeran: «Señor, no te molestes. Yo no soy digno de que entres en mi casa. 7 Ni siquiera me consideré digno de presentarme ante ti. Pero con una sola palabra tuya mi siervo sanará.

8 Yo mismo sé lo que es estar bajo autoridad, y lo que es tener soldados bajo mis órdenes. Si a uno le digo “Ve allá”, él va; y si a otro le digo “Ven acá”, él viene; y si a mi siervo le digo: “Haz esto”, lo hace.»

9 Cuando Jesús oyó esto, se quedó admirado del centurión. Se volvió entonces a la gente que lo seguía, y dijo: «Quiero decirles que ni siquiera en Israel he hallado tanta fe.»

10 Los que habían sido enviados regresaron entonces a la casa, y se encontraron con que el siervo ya estaba sano.

11 Después Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naín. Lo acompañaron muchos de sus discípulos, y una gran multitud. 12 Cuando se acercó a la puerta de la ciudad, vio que llevaban a enterrar al hijo único de una viuda. Mucha gente de la ciudad acompañaba a la madre.

13 Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: «No llores.»

14 Luego se acercó al féretro y lo tocó, y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús dijo: «Joven, a ti te digo, ¡levántate!»

15 En ese momento, el que estaba muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.

16 El miedo se apoderó de todos, y unos alababan a Dios y decían «Un gran profeta se ha levantado entre nosotros», y otros más decían «Dios ha venido a ayudar a su pueblo.»

17 Y la fama de Jesús se difundió por toda Judea y por toda la región vecina.

18 Los discípulos de Juan fueron a contarle todas estas cosas. Entonces Juan llamó a dos de sus discípulos, 19 y los envió a Jesús para que le preguntaran: «¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?»

20 Aquellos fueron a ver a Jesús, y le dijeron: «Juan el Bautista nos ha enviado para que te preguntemos si eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro.»

21 En ese mismo momento, Jesús sanó a muchos que tenían enfermedades, plagas y espíritus malignos, y a muchos ciegos les dio la vista.

22 Entonces Jesús les respondió: «Vuelvan y cuéntenle a Juan lo que han visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres se les anuncian las buenas noticias.

23 ¡Bienaventurado el que no tropieza por causa de mí!»

24 Cuando los mensajeros de Juan se fueron, Jesús comenzó a decir a la gente acerca de Juan: «¿Qué fueron ustedes a ver al desierto? ¿Querían ver una caña sacudida por el viento?

25 ¿O qué fueron a ver? ¿A un hombre vestido con ropa elegante? Los que se visten con ropa elegante y disfrutan de grandes lujos, están en los palacios de los reyes.

26 Entonces, ¿qué es lo que ustedes fueron a ver? ¿A un profeta? Pues yo les digo que sí, ¡y a alguien mayor que un profeta!

27 Porque éste es de quien está escrito:

»“Yo envío mi mensajero delante de ti, para que te prepare el camino.”

28 Yo les digo que, entre los que nacen de mujer, no hay nadie mayor que Juan el Bautista. Aun así, el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él.»

29 Al oír esto, todo el pueblo y los cobradores de impuestos reconocieron la justicia de Dios y se bautizaron con el bautismo de Juan.

30 Pero los fariseos y los intérpretes de la ley rechazaron el propósito de Dios respecto de sí mismos, y no fueron bautizados por Juan.

31 El Señor agregó: «¿Con qué compararé a la gente de esta generación? ¿A qué puedo compararlos?

32 Son como los niños que se sientan en la plaza y se gritan unos a otros: “Tocamos la flauta, y ustedes no bailaron; entonamos cantos fúnebres, y ustedes no lloraron.”

33 Porque vino Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y ustedes decían: “Tiene un demonio.”

34 Luego vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y ustedes dicen: “Este hombre es un glotón y un borracho, amigo de cobradores de impuestos y de pecadores.”

35 Pero a la sabiduría la reivindican sus hijos.»

36 Uno de los fariseos invitó a Jesús a comer, así que Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa.

37 Cuando una mujer de la ciudad, que era pecadora, se enteró de que Jesús estaba a la mesa, en la casa del fariseo, llegó con un frasco de alabastro lleno de perfume. 38 Llorando, se arrojó a los pies de Jesús y comenzó a bañarlos con lágrimas y a secarlos con sus cabellos; también se los besaba, y los ungía con el perfume.

39 Cuando el fariseo que lo había convidado vio esto, pensó: «Si éste fuera profeta, sabría que la mujer que lo está tocando es una pecadora.»

40 Entonces Jesús le dijo: «Simón, tengo que decirte algo.» Simón dijo: «Dime, Maestro.»

41 «Un acreedor tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta. 42 Como ninguno de los dos podía pagarle, les perdonó la deuda a los dos. Ahora, dime: ¿cuál de ellos lo amará más?»

43 Simón le respondió: «Me parece que aquel a quien le perdonó más.» Y Jesús le dijo: «Tu juicio es correcto.»

44 Entonces se volvió a la mujer y le dijo a Simón: «Mira a esta mujer. Cuando llegué a tu casa, no me diste agua para lavarme los pies, pero ésta los ha bañado con sus lágrimas y los ha secado con sus cabellos. 45 No me diste un beso, pero ésta no ha dejado de besarme los pies desde que entré. 46 No ungiste mi cabeza con aceite, pero ésta ha ungido mis pies con perfume.

47 Por eso te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho. Pero a quien poco se le perdona, poco ama.»

48 Y a ella le dijo: «Tus pecados te son perdonados.»

49 Los que estaban sentados a la mesa con él, comenzaron a decir entre sí: «¿Quién es éste, que también perdona pecados?»

50 Pero Jesús le dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado. Ve en paz.»

 

JESUS SIGUE SANANDO Y SALVANDO

1.       Jesús sana al siervo del centurión (v.1-10)

En Capernaúm, había un centurión que tenía un siervo que estaba por morir. Oyendo de Jesús, mandó a uno ancianos judíos para que le rueguen y lo sane. Fueron y le insistieron porque ama a Israel  y fueron juntos a su casa. En el camino, el centurión mandó a unos amigos con el mensaje de que no es digno de que entre en su casa ni de verlo, sólo que le pide que diga Su Palabra y el siervo sanará. El centurión  confió en la autoridad de Cristo. Jesús se quedó admirado de su grande fe. Los siervo volvieron a su casa y el siervo estaba sano.

Preg.Aplic.: ¿Qué estoy haciendo cuando enfrento enfermedad o situaciones de pruebas?, ¿estoy yendo en oración y fe donde Jesús para clamar por sanidad?, ¿creo que Dios es soberano y toda autoridad sobre los imposibles?, ¿creo y confío en el actuar de Dios?, ¿soy un persona de fe?

2.       Jesús resucita al hijo de una viuda (v.11-17)

Luego Jesús va con sus discípulos y una gran multitud y ve a una viuda que llevaba a enterrar  a su único hijo y se compadece de ella. El Señor ordena al joven muerto a que se levante. El joven se levantó, habló y fue entregado a su madre. Hubo miedo y otros alababan a Dios por su profeta y por su ayuda. Y la fama de Jesús se extendió por Judea y otras más.

Preg.Aplic.: ¿Creo en el poder de Dios que puede levantar con vida a los muertos?, ¿estoy glorificando a Dios por sus milagros en mi vida hoy?, ¿estoy anunciando a otros de Jesús?, ¿comparto mi fe con otros y los animo a confiar en Cristo?

3.       Juan y sus discípulos ven que Jesús es el Mesías venidero (v.18-23)

Los discípulos de Juan el bautista le comentan las obras de Jesús y él manda a dos discípulos a preguntarle si es el Mesías. Llegaron y le preguntaron a Jesús, él comenzó a  sanar a muchos que tenían enfermedades, plagas, endemoniados y ciegos. Les pide a los discípulos de Juan que le cuenten que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se anuncias buenas nuevas. El que cree en Jesús es bendecido, pero el que lo rechaza es tropiezo para si mismo.

Preg.Aplic.: ¿Creo que Jesús es el Mesías?, ¿estoy orando por los enfermos?, ¿está el Señor usando mi vida para sanar a las personas con Su poder?, ¿está hoy Dios obrando con poder en mi vida y en mi sociedad?, ¿hay milagros poderosos hoy en mi iglesia?

4.       Juan el bautista el más grande profeta (v.24-35)

El Señor Jesús habla de Juan el bautista que predicaba en el desierto y no era alguien con poder y lujos. Al contrario, fue más que un profeta fue el mensajero de Dios que preparó el camino al Mesías. Jesús señala que no ha nacido nadie mayor que Juan, aunque los humildes ante Dios son mayores que él.

Luego, muchos fariseos se arrepintieron y se bautizaron. Al contrario, los fariseos rechazaron a mensaje de Dios no se arrepintieron y no se bautizaron con Juan.

El Señor enseña que esa generación es inestable y cambiante sin fe y juzgadora. Por un lado, a Juan el Bautista lo juzgaban por que no comía ni bebía, pero luego vino Jesús el Mesías y decían que era un glotón y borracho y que andaba con los fariseos. Pero la sabiduría se muestra con los actos.

Preg.Aplic.: ¿Qué estoy priorizando en mi vida, poder, lujos?, ¿estoy siendo fiel al llamado de Dios como lo fue Juan?, ¿soy un profeta humilde ante Dios?, ¿estoy reconociendo mis pecados ante Dios y he arrepentido de los mismos?, ¿o hay dureza y rebeldía en mi corazón?, ¿tengo un vida inestable y juzgadora?, ¿o soy una persona sabia que muestra estabilidad en sus actos?

5.       Mujer arrepentida unge a Jesús con perfume (v.36-50)

Jesús va a comer a casa de un fariseo y una mujer se enteró de que estaba ahí y llegó con un frasco de perfume. Llorando se arrojó a sus pies y comenzó a bañarlo con lágrimas y secarlo con sus cabellos y lo ungía con perfume. Simón el fariseo juzga a Jesús por dejarse tocar por una pecadora. Por ello, para enseñar Jesús le cuenta la historia de un acreedor que tenía dos deudores de 500 y de 50 denarios. Como no pudieron pagarle les perdonó la deuda. Quien el amará más?, pregunta Jesús. A quien más perdonó dice Simón. Jesús le afirma y le confronta que no le dio agua para sus pies ni un beso ni le ungió con aceite, pero la mujer le ha bañado con sus lágrimas, secado con sus cabellos, le ha besado sus pies y le ha ungido con perfume. Ella arrepentida de sus pecados ama más a Dios por el perdón de sus muchos pecados. Y le dijo a la mujer que sus pecados son perdonados, tu fe te ha salvado vete en paz le dijo. Los presentes estaban sorprendidos.

Preg.Aplic.: ¿Estoy corriendo en oración a Dios en arrepentimiento por mis pecados?, ¿me humillo sobre la realidad de tantos pecados que Dios me ha perdonado?, ¿amo más a Dios hoy?, ¿adoro a Dios en mi corazón y con mis actos?, ¿mi conducta refleja un verdadero arrepentimiento?

 

Oremos,

 

Pedro A. Torres Guzmán

http://atalaatucuello.blogspot.com/

https://www.facebook.com/atalaatucuello/

https://www.instagram.com/atalaatucuello/

Pueden ver el video de la aplicación del devocional en el link:

https://www.youtube.com/watch?v=pBMmsSrUpmA

 

Equipo AATC


lunes, 11 de octubre de 2021

Lucas 6


 

Lucas 6

1 En cierto día de reposo, al pasar Jesús por los sembrados, sus discípulos iban arrancando espigas y desgranándolas con las manos, para comerse el grano.

2 Algunos de los fariseos les dijeron: «¿Por qué hacen lo que no está permitido hacer en los días de reposo?»

3 Jesús les respondió: «¿Ni siquiera han leído lo que hizo David, cuando él y sus acompañantes tuvieron hambre?

4 Pues entró en la casa de Dios y tomó los panes de la proposición, que sólo a los sacerdotes les es permitido comer. Y comió David, y los compartió con sus acompañantes.»

5 Y añadió: «El Hijo del Hombre es también Señor del día de reposo.»

6 Otro día de reposo, Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha atrofiada, 7 y los escribas y los fariseos, que buscaban un motivo para acusar a Jesús, lo observaban para ver si en el día de reposo sanaba a aquel hombre.

8 Pero Jesús, que sabía lo que pensaban, dijo al hombre que tenía la mano atrofiada: «Levántate, y ponte en medio.» El hombre se puso de pie, 9 y Jesús dijo: «Voy a preguntarles algo. ¿Qué está permitido hacer en los días de reposo? ¿El bien, o el mal? ¿Salvar una vida, o quitar la vida?»

10 Miró entonces a todos los que estaban alrededor, y dijo al hombre: «Extiende tu mano.» Aquel hombre lo hizo así, y su mano quedó sana.

11 Los escribas y los fariseos se pusieron furiosos y comenzaron a discutir qué podrían hacer contra Jesús.

12 Por esos días Jesús fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.

13 Al llegar el día, llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles, a saber: 14 Simón, a quien llamó Pedro; su hermano Andrés, Jacobo, Juan, Felipe, Bartolomé, 15 Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón, conocido como el Zelote, 16 Judas hijo de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor.

17 Jesús descendió con ellos y se detuvo en un llano, en compañía de sus discípulos y de una gran multitud de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y Sidón. Habían venido a escucharlo y a ser sanados de sus enfermedades.

18 También eran sanados los que eran atormentados por espíritus impuros.

19 Toda la gente procuraba tocarlo, porque de él salía un poder que sanaba a todos.

20 Jesús miró a sus discípulos y les dijo: «Bienaventurados ustedes los pobres, porque el reino de Dios les pertenece.

21 »Bienaventurados ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Bienaventurados ustedes los que ahora lloran, porque reirán.

22 »Bienaventurados serán ustedes cuando, por causa del Hijo del Hombre, la gente los odie, los segregue, los vitupere, y menosprecie su nombre como algo malo.

23 Cuando llegue ese día, alégrense y llénense de gozo, porque grande será el galardón que recibirán en los cielos. ¡Eso mismo hicieron con los profetas los antepasados de esta gente!

24 »Pero ¡ay de ustedes los ricos!, porque ya han recibido su consuelo.

25 »¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos!, porque habrán de pasar hambre.

»¡Ay de ustedes, los que ahora ríen!, porque habrán de llorar y de lamentarse.

26 »¡Ay de ustedes, cuando todos los alaben!, porque lo mismo hacían con los falsos profetas los antepasados de esta gente.

27 »A ustedes, los que me escuchan, les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, 28 bendigan a quienes los maldicen, y oren por quienes los calumnian.

29 Si alguno te golpea en una mejilla, preséntale también la otra. Si alguien te quita la capa, deja que se lleve también la túnica.

30 A todo el que te pida, dale; y a quien se lleve lo que es tuyo, no le pidas que te lo devuelva.

31 »Traten a los demás como ustedes quieran ser tratados.

32 Porque si ustedes aman sólo a quienes los aman, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta los pecadores aman a quienes los aman!

33 Y si ustedes tratan bien sólo a quienes los tratan bien a ustedes, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta los pecadores hacen lo mismo!

34 Si prestan algo a aquellos de quienes ustedes esperan recibir algo, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta los pecadores se prestan unos a otros para recibir otro tanto!

35 Ustedes deben amar a sus enemigos, hacer el bien y dar prestado, sin esperar nada a cambio. Grande será entonces el galardón que recibirán, y serán hijos del Altísimo. Porque él es benigno con los ingratos y con los malvados.

36 Por lo tanto, sean compasivos, como también su Padre es compasivo.

37 »No juzguen, y no serán juzgados. No condenen, y no serán condenados. Perdonen, y serán perdonados.

38 Den, y se les dará una medida buena, incluso apretada, remecida y desbordante. Porque con la misma medida con que ustedes midan, serán medidos.»

39 Les dijo también una parábola: «¿Acaso un ciego puede guiar a otro ciego? ¿Acaso no se caerán los dos en algún hoyo?

40 El discípulo no es superior a su maestro, pero el que complete su aprendizaje será como su maestro.

41 ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no miras la viga que está en tu propio ojo?

42 ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame sacarte la paja que tienes en tu ojo”, si no ves la viga que tienes en tu propio ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces podrás ver bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.

43 »Ningún árbol bueno produce frutos malos, ni tampoco un árbol malo produce frutos buenos.

44 Porque cada árbol se conoce por su fruto. No se cortan higos de los espinos, ni se vendimian uvas de las zarzas.

45 El hombre bueno, saca lo bueno del buen tesoro de su corazón. El hombre malo, saca lo malo del mal tesoro de su corazón; porque de la abundancia del corazón habla la boca.

46 »¿Por qué me llaman ustedes “Señor, Señor”, y no hacen lo que les mando hacer?

47 Les voy a decir como quién es el que viene a mí, y oye mis palabras y las pone en práctica:

48 Es como quien, al construir una casa, cava hondo y pone los cimientos sobre la roca. En caso de una inundación, si el río golpea con ímpetu la casa, no logra sacudirla porque está asentada sobre la roca.

49 Pero el que oye mis palabras y no las pone en práctica, es como quien construye su casa sobre el suelo y no le pone cimientos. Si el río golpea con ímpetu la casa, la derrumba y la deja completamente en ruinas.»

 

 

EL SEÑOR ELIGE A SUS DISCIPULOS, DA ENSEÑANZAS Y MANDAMIENTOS

1.       Enseñanzas de Jesús sobre el legalismo de los fariseos sobre el día de reposo (v.1-11)

Los discípulos en un día de reposo al pasar por sembrados comieron y los fariseos le cuestionan a Jesús. El les recuerda lo que hizo David antes, y les afirma que el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.

En otro día de reposo, había en la sinagoga un hombre con la mano atrofiada. Jesús sabiendo que lo iban a juzgar, le pide al hombre que se levante y pregunta si en el día de reposo está permitido el mal o el bien o el salvar vidas o matar, y le pide al hombre que extienda su mano y quedó sanada. Los fariseos estaban furiosos contra Jesús.

Preg.Aplic.: ¿Soy legalista y me pego sólo a lo escrito?, ¿soy sabio y he aprendido a hacer el bien y salvar vidas en todo momento?, ¿creo en el poder de Dios para sanar toda enfermedad?

2.       Jesús selecciona a sus discípulos (v.12-19)

El Señor estuvo orando toda la noche y luego llamó a sus discípulos: Pedro, Andrés, Jacobo, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo Alfeo, Simón. Judas Jacobo y Judas.

Bajó con ello y se le unió una gran multitud que quería escucharlo y que sean sanados. Eran sanados los endemoniados y la gente quería tocar a Jesús por su poder

Preg.Aplic.: ¿Estoy orando para tomar decisiones en mi vida?, ¿estoy formando equipos de trabajo para alcanzar objetivos?, ¿creo en la sanidad del Señor de toda enfermedad?

3.       Jesús comparte bienaventuranzas y ayes (v.20-26)

·         Bienaventurados los pobres à El reino de Dios les pertenece

·         Bienaventurados los que tienen hambre à Serán saciados

·         Bienaventurados los que lloran à Reirán

·         Bienaventurados serán por Cristo cuando la gente los odie, segregue, vitupere y menosprecie Su nombre. à Recibirán el galardón con alegría y gozo

·         Ay los ricos -> Ya se gozaron

·         Ay los que están satisfechos à Pasarán hambre

·         Ay los que se ríen à Llorarán y se lamentarán

·         Ay los que son alabados à Luego sufrirán

Preg.Aplic.: ¿He reconocido mi pobreza espiritual ante Cristo y le he entregado mi vida?, ¿vivo en el reino de Dios?, ¿estoy teniendo hambre espiritual?, ¿estoy buscando a Dios para ser saciado?, ¿estoy disfrutando gozo en medio del dolor y llanto?, ¿estoy sufriendo las consecuencias de mis pecados?

4.       El mandato a amar a los enemigos (v.27-31)

El Señor Jesús manda a amar a los enemigos. Y lista más desafíos:

·         Hacer bien a los enemigos y a los que nos odian

·         Bendecir a los que nos maldicen

·         Orar por quienes nos calumnian

·         Si alguien te golpea una mejilla, ofrécela la otra

·         Si alguien te quita la capa, dale también tu túnica

·         Al que te pida, dale y si quieren algo prestado dáselo y no se los pidas más

·         Trata a los demás como quieres ser tratado

El mandato es amar a los enemigos y no esperar nada a cambio. La recompensa será muy grande y somos hijos de Dios, quien es compasivo con los pecadores

Preg.Aplic.: ¿Estoy amando a mis enemigos?, ¿estoy haciendo el bien a todos y en especial  a los malos?, ¿estoy bendiciendo a los que me maldicen?, ¿estoy orando por los que me calumnian?, ¿busco la paz y no la violencia?, ¿estoy tratando a los demás como quiero que me traten a mí?, ¿soy compasivo y misericordioso como Dios?, ¿estoy clamando al Espíritu Santo para que me dé la capacidad de perdón y amor por los demás?

5.       Mandamiento de no juzgar (v.36-45)

El Señor da más mandatos y enseña a no juzgar:

·         Ser compasivos como Dios (v.36)

·         No juzgar ni condenar para no ser juzgados ni condenados

·         Perdonar para ser perdonado (v.37)

·         Dar de buena fe y se recompensará en igual medida (v.38)

·         Un ciego no puede guiar a otro ciego, el discípulo no es más que su maestro, pero lo igualará con preparación (v.39-40)

·         No hay que mirar la paja ajena sino auto-evaluarse y sacar la paja del propio ojo (v.41-42)

·         El árbol se conoce por sus frutos (v.43-44)

·         De la abundancia del corazón habla la boca. El hombre saca lo bueno de su corazón al igual que el malo (v.45)

Preg.Aplic.: ¿Soy compasivo como Dios?, ¿estoy juzgando a los demás?, ¿estoy dando y sirviendo a los demás de buena fe?, ¿me estoy preparando para ser mejor discípulo?, ¿me estoy auto-evaluando y mejorando antes de juzgar a otros?, ¿estoy teniendo buenos frutos?, ¿estoy hablando bien y bendiciendo a los demás con mis palabras?

6.    El Señor explica que le sucede a quien escucha y pone en practica Sus Palabras (v.46-49)

El Señor cuestiona que no le obedezca. Por ello, Jesús explica que un verdadero discípulo

Escucha y obedece. Da un ejemplo de obediencia y prudencia:

·         El que oye sus palabras y las practica es como alguien que construye su casa y cava hondo y pone cimientos en la roca. En caso se pruebas, la casa no se mueve por está asentada sobre la roca.

·         Pero el que no practica sus palabras, es como quien construye sobre el suelo y no pone cimientos. Viene las pruebas y queda en ruinas.

Preg.Aplic.: ¿Estoy estuchando la Palabra de Dios?, ¿estoy poniendo en práctica la Palabra de Dios?, ¿mis actos y conducta reflejan mi obediencia a Dios?, ¿estoy siendo prudente y siendo sabio al edificar mi vida?, ¿soy una persona que dependo de Cristo y pongo toda mi esperanza en El?

 

Oremos,

 

Pedro A. Torres Guzmán

http://atalaatucuello.blogspot.com/

https://www.facebook.com/atalaatucuello/

https://www.instagram.com/atalaatucuello/

Pueden ver el video de la aplicación del devocional en el link:

https://youtu.be/k1a5ZaduM4k

 

Equipo AATC

 

 

lunes, 26 de julio de 2021

Lucas 5


 Lucas 5

1 En cierta ocasión, Jesús estaba junto al lago de Genesaret y el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios.

2 Jesús vio que cerca de la orilla del lago estaban dos barcas, y que los pescadores habían bajado de ellas para lavar sus redes.

3 Jesús entró en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, y le pidió que la apartara un poco de la orilla; luego se sentó en la barca, y desde allí enseñaba a la multitud.

4 Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón: «Lleva la barca hacia la parte honda del lago, y echen allí sus redes para pescar.»

5 Simón le dijo: «Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y no hemos pescado nada; pero ya que tú me lo pides, echaré la red.»

6 Así lo hicieron, y fue tal la cantidad de peces que atraparon, que la red se rompía.

7 Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que vinieran a ayudarlos. Cuando aquellos llegaron, llenaron ambas barcas de tal manera, que poco faltaba para que se hundieran.

8 Cuando Simón Pedro vio esto, cayó de rodillas ante Jesús y le dijo: «Señor, ¡apártate de mí, porque soy un pecador!»

9 Y es que tanto él como todos sus compañeros estaban pasmados por la pesca que habían hecho.

10 También estaban sorprendidos Jacobo y Juan, los hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús le dijo a Simón: «No temas, que desde ahora serás pescador de hombres.»

11 Llevaron entonces las barcas a tierra, y lo dejaron todo para seguir a Jesús.

12 En otra ocasión, mientras Jesús estaba en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, quien al ver a Jesús se arrodilló y, rostro en tierra, le rogaba: «Señor, si quieres, puedes limpiarme.»

13 Entonces Jesús extendió la mano, lo tocó y le dijo: «Quiero. Ya has quedado limpio.» Y al instante se le quitó la lepra.

14 Jesús le ordenó: «No se lo cuentes a nadie. Sólo ve y preséntate ante el sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio.»

15 Pero su fama seguía extendiéndose, y mucha gente se reunía para escucharlo y para que los sanara de sus enfermedades; 16 pero Jesús se retiraba a lugares apartados para orar.

17 Un día, mientras Jesús enseñaba, estaban sentados los fariseos y doctores de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén. El poder del Señor estaba con Jesús para sanar.

18 En ese momento llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico. Querían llevarlo adentro y ponerlo delante de Jesús, 19 pero como a causa de la multitud no hallaron la manera de hacerlo, se subieron a la azotea y, por el tejado, bajaron al paralítico en la camilla, hasta ponerlo en medio de la gente y delante de Jesús.

20 Al ver Jesús la fe de ellos, le dijo al paralítico: «Buen hombre, tus pecados te son perdonados.»

21 Los escribas y los fariseos comenzaron a murmurar, y decían: «¿Quién es éste, que profiere blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados? ¡Nadie sino Dios!»

22 Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: «¿Por qué cavilan en su corazón?

23 ¿Qué es más fácil? ¿Que le diga al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”, o que le diga: “Levántate y anda”?

24 Pues para que ustedes sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados, éste le dice al paralítico: “Levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa.”»

25 Al instante, aquel hombre se levantó en presencia de ellos, tomó la camilla en la que había estado acostado, y se fue a su casa alabando a Dios.

26 Todos estaban admirados y alababan a Dios, y llenos de temor decían: «¡Hoy hemos visto maravillas!»

27 Después de esto, Jesús salió y vio a un cobrador de impuestos llamado Leví, que estaba sentado donde se cobraban los impuestos. Le dijo: «Sígueme.»

28 Leví se levantó y, dejándolo todo, lo siguió.

29 Más tarde, Leví ofreció un gran banquete en su casa, en honor de Jesús. Sentados a la mesa con ellos estaban muchos cobradores de impuestos y otras personas.

30 Pero los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos de Jesús, y les dijeron: «¿Por qué ustedes comen y beben con cobradores de impuestos y pecadores?»

31 Jesús les respondió: «Los que están sanos no necesitan de un médico, sino los enfermos.

32 Yo no he venido a llamar al arrepentimiento a los justos, sino a los pecadores.»

33 Entonces ellos le dijeron: «¿Por qué los discípulos de Juan y de los fariseos ayunan muchas veces, y hacen oraciones, mientras que los tuyos comen y beben?»

34 Jesús les dijo: «¿Acaso ustedes pueden hacer que ayunen los invitados a una boda, mientras el novio está con ellos?

35 Llegará el día en que el novio ya no estará con ellos. Entonces sí, ese día, ayunarán.»

36 También les contó una parábola: «Nadie corta un retazo de un vestido nuevo para remendar un vestido viejo. Si lo hace, no solamente arruinará el vestido nuevo, sino que el remiendo no quedará bien en el vestido viejo.

37 Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo hará que se revienten los odres; entonces el vino se derramará, y los odres se echarán a perder.

38 El vino nuevo debe echarse en odres nuevos. Así, tanto el vino como los odres se conservan.

39 Y nadie que haya bebido el vino añejo, quiere beber el nuevo, porque dice: “El vino añejo es mejor.”»

 

CONTINUA EL MINISTERIO DE JESUS

 

1.       Pesca milagrosa (v.1-11)

En Genesaret, en el lago Jesús se subió a la barca de Simón y desde ahí enseñaba a la multitud. Al terminar, le dice a Simón que lleve la barca al fondo del mar y que pesquen. Simón le responde que no han pescado toda la noche, pero como le pide echará la red. Luego, era tan grande la cantidad de peces que la red se rompía. Llamaron a otra barca y ambas se llenaron. Pedro al ver a Jesús cae de rodilla y le pide que se aparte de él porque es pecador. También estaban sorprendidos Juan y Jacobo compañeros de Pedro. Jesús le dice que no teman que ahora serán pescadores de hombres. Ellos dejaron todo y siguieron a Jesús.

Preg.Aplic.: ¿Creo en los milagros de Dios?, ¿creo que Dios va a hacer una pesca milagrosa en mi vida?, ¿me estoy humillando ante Dios y reconociendo que todo lo que tengo es por Su gracia?, ¿estoy siendo pescador de Cristo?, ¿he dejado todo y sigo a Cristo en mi vida total?

2.       Jesús sana a un leproso (v.12-16)

Un leproso le ruega a Jesús que si quiere puede limpiarlo. El Señor extendió su mano y lo tocó, y dijo: “quiero, sé limpio”, y el hombre fue sano. Asimismo, le pidió al hombre que no lo cuente a nadie y vaya al sacerdote y cumpla con su purificación. La fama de Jesús crecía y venía multitudes para que los sanara, pero El se alejaba para orar.

Preg.Aplic.: ¿Estoy rogando y clamando a Dios que me mis enfermedades hoy?, ¿creo en la sanidad inmediata de Dios?, ¿prefiero la fama y las multitudes, o entiendo que necesito equilibrarme buscando a Dios en oración?, ¿doy la gloria de Dios en todo?

3.       Jesús sana a un paralitico (v. 17-26)

El Señor estaba enseñando y habían venido de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Llegaron unos hombres llevando a un paralítico, pero como había mucha gente subieron a la azotea y bajaron por el techo al paralitico en su camilla delante de Jesús. Al ver la fe de ellos le dijo al paralitico “tus pecados te son perdonados”. Los fariseos comienzan a murmurar de que habla blasfemias y que nadie puede perdonar pecados, solo Dios. Jesús les responde preguntando: ¿qué si es más fácil perdonar los pecados o sanar?.  El Señor ordena al paralítico que le levante de su camilla y vaya a su casa. El hombre tomó su camilla y se fue alabando a Dios. Todos estaban admirados de las maravillas de Dios.

Preg.Aplic.: ¿Qué hago cuando hay muchas dificultades: me desanimo, solo oro, o sino oro y actúo con fe?, ¿creo que el Señor puede sanarme de toda enfermedad?, ¿creo que Cristo me puede perdonar de todo pecado?, ¿juzgo a los demás por sus acciones?, ¿creo en la sanidad inmediata de Dios?, ¿estoy obedeciendo al Señor?, ¿estoy alabando a Dios por milagros en mi vida hoy’, ¿estoy admirado de Sus obras en mi vida?

4.       Llamado de Mateo  (v.27-35)

Jesús llama a Leví para que lo siga y lo dejó todo y le siguió. Luego, Leví le hizo un gran banquete en su honor, pero los fariseos  cuestionaban a Jesús y a sus discípulos porque comían con publicanos y pecadores. El Señor enseña que ha venido por los enfermos y para llamar al arrepentimiento a los pecadores. Asimismo, estos religiosos critican a Jesús ya que los discípulos de Juan el bautista y de los fariseos ayunan y hacen oraciones, pero sus discípulos comen y beben. Jesús afirma en forma alegórica de una boda y que El es el novio, cuando el novio ya no esté ayunarán.

Preg.Aplic.: ¿He respondido al llamado de Cristo dejando todo y siendo El mi prioridad?, ¿juzgo a los demás por sus compañías?, ¿estoy orando y predicando a los pecadores el evangelio de Cristo?, ¿estoy orando y dependiendo del Señor?

5.       El evangelio no comulga con el legalismo religioso (v.36-39)

El evangelio de Cristo (nuevo vestido, vino nuevo) no puede cambiar al legalismo religioso (vestido viejo, odres viejos, vino viejo). El evangelio necesita un nuevo nacimiento, un cambio, arrepentimiento y una nueva vida, es imposible nacer de nuevo con la vida antigua.

Preg. Aplic.: ¿He dejado toda religiosidad y legalismo?, ¿me he arrepentido de todos mis pecados y he nacido a una nueva vida en Cristo?, ¿soy una nueva criatura?

 

Oremos,

 

Pedro A. Torres Guzmán

http://atalaatucuello.blogspot.com/

https://www.facebook.com/atalaatucuello/

https://www.instagram.com/atalaatucuello/

Pueden ver el video de la aplicación del devocional en el link:

https://www.youtube.com/watch?v=n1t76ZXkMcA

Equipo AATC

 

 

miércoles, 16 de junio de 2021

Lucas 4



Lucas 4

1 Jesús volvió del Jordán lleno del Espíritu Santo, y fue llevado por el Espíritu al desierto.

2 Allí estuvo cuarenta días, y el diablo lo estuvo poniendo a prueba. Como durante esos días no comió nada, pasado ese tiempo tuvo hambre.

3 Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que esta piedra se convierta en pan.»

4 Jesús le respondió: «Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre.”»

5 Entonces el diablo lo llevó a un lugar alto, y en un instante le mostró todos los reinos del mundo, 6 y le dijo: «Yo te daré poder sobre todos estos reinos y sobre sus riquezas, porque a mí han sido entregados, y yo puedo dárselos a quien yo quiera.

7 Si te arrodillas delante de mí, todos serán tuyos.»

8 Jesús le respondió: «Escrito está: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.”»

9 Entonces el diablo lo llevó a Jerusalén, lo puso sobre la parte más alta del templo, y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, lánzate hacia abajo.

10 Porque está escrito:

»“A sus ángeles mandará alrededor de ti, para que te protejan”; 11 y también:

“En sus manos te sostendrán, para que no tropieces con piedra alguna.”»

12 Jesús le respondió: «También está dicho: “No tentarás al Señor tu Dios.”»

13 Cuando el diablo agotó sus intentos de ponerlo a prueba, se apartó de él por algún tiempo.

14 Con el poder del Espíritu, Jesús volvió a Galilea; y su fama se difundió por todos los lugares vecinos.

15 Enseñaba en las sinagogas de ellos, y todos lo glorificaban.

16 Jesús fue a Nazaret, donde se había criado, y en el día de reposo entró en la sinagoga, como era su costumbre, y se levantó a leer las Escrituras.

17 Se le dio el libro del profeta Isaías, y al abrirlo encontró el texto que dice:

18 «El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha ungido para proclamar buenas noticias a los pobres; me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos, a dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos 19 y a proclamar el año de la buena voluntad del Señor.»

20 Enrolló luego el libro, se lo dio al asistente, y se sentó. Todos en la sinagoga lo miraban fijamente. 21 Entonces él comenzó a decirles:

«Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de ustedes.»

22 Todos hablaban bien de él y se quedaban asombrados de las palabras de gracia que emanaban de sus labios, y se preguntaban: «¿Acaso no es éste el hijo de José?»

23 Jesús les dijo: «Sin duda ustedes me recordarán el refrán que dice: “Médico, cúrate a ti mismo”, y también “Haz aquí en tu tierra todo lo que hemos oído que hiciste en Cafarnaún.”» 24 Y añadió: «De cierto les digo que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra.

25 A decir verdad, en los días de Elías, cuando durante tres años y medio el cielo se cerró y hubo mucha hambre en toda la tierra, había muchas viudas en Israel; 26 pero Elías no fue enviado a ninguna de ellas, sino a una viuda en Sarepta de Sidón.

27 Y en los días del profeta Eliseo había también muchos leprosos en Israel, pero ninguno de ellos fue limpiado sino Namán el sirio.»

28 Al oír esto, todos en la sinagoga se enojaron mucho. 29 Se levantaron, lo echaron fuera de la ciudad, y lo llevaron hasta la cumbre del monte sobre el que estaba edificada la ciudad, para despeñarlo.

30 Pero él pasó por en medio de ellos, y se fue.

31 Jesús fue a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y allí enseñaba a la gente en los días de reposo.

32 Y la gente se admiraba de sus enseñanzas, porque les hablaba con autoridad.

33 Había en la sinagoga un hombre que tenía el espíritu de un demonio impuro, el cual gritó con gran fuerza:

34 «¿Qué tienes contra nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? ¡Yo te conozco, y sé que eres el Santo de Dios!»

35 Pero Jesús lo reprendió y le dijo: «¡Cállate, y sal de ese hombre!»

Entonces el demonio derribó al hombre en medio de ellos, y salió de él sin hacerle ningún daño.

36 Todos estaban asustados, y se preguntaban unos a otros: «¿Qué clase de palabra es ésta? ¡Con autoridad y poder da órdenes a los espíritus impuros, y éstos salen!»

37 Y su fama se iba extendiendo por todos los lugares vecinos.

38 Jesús salió de la sinagoga y se dirigió a la casa de Simón. La suegra de Simón tenía una fiebre muy alta, así que le rogaron a Jesús por ella.

39 Él se inclinó hacia ella y reprendió a la fiebre, y la fiebre se le quitó. Al instante, ella se levantó y comenzó a atenderlos.

40 Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades se los llevaban, y él ponía sus manos sobre cada uno de ellos y los sanaba.

41 También de muchos salían demonios, los cuales gritaban: «¡Tú eres el Hijo de Dios!» Pero Jesús los reprendía y no los dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.

42 Al llegar el día, Jesús salió y se fue a un lugar apartado. La gente lo buscaba, y cuando lo encontraron intentaron retenerlo para que no se alejara de ellos; 43 pero él les dijo:

«También es necesario que yo anuncie en otras ciudades las buenas noticias del reino de Dios, porque para esto he sido enviado.»

44 Y siguió predicando en las sinagogas de esa región.

 

TENTACION DE JESUS Y SANIDADES DE ENFERMOS

 

1.       El diablo tienta al Señor tres veces (v.1-13)

Jesús luego de su bautismo fue llevado al desierto por el Espíritu Santo. Estuvo 40 días ayunando y siendo tentado por el diablo.

·         Diablo: “Que esta piedra se convierta en pan” >>> Jesús: “No sólo de pan vive el hombre”

·         El diablo le muestra todos los reinos del mundo “todo te lo daré porque tengo poder si te arrodillas y me adoras” >>>  Jesús: “Al Señor tu Dios adorarás y a El solo servirás”

·         El diablo lo llevó a lo alto del templo “Lánzate abajo, el Señor lanzará a sus ángeles que te protejan” >>>  Jesús “No tentarás al Señor tu Dios”

El diablo derrotado lo dejó por un tiempo

Preg.Aplic.: ¿estoy orando y ayunando para resistir las tentaciones?, ¿estoy concentrado sólo en lo material y en comer?, ¿está vida alimentándose de la Palabra de Dios?, ¿está el dinero y lo material desviando mi vida?, ¿me estoy rindiendo a la idolatría material del mundo?, ¿estoy adorando a Dios sirviéndole?, ¿está el diablo atentando contra mi vida?, ¿estoy reprendiendo todo ataque del diablo en la sangre de Cristo?, ¿estoy orando y dependiendo de Dios para enfrentar en Su poder toda tentación?

2.       En Jesús se cumple las escrituras y los profetas (V.14-30)

El Señor volvió a Galilea y su fama creció. Enseñaba y lo glorificaban. Fue luego a Nazaret y en día de reposo fue a la sinagoga y leyó la escritura en Isaías que refiere a su ministerio en la tierra de dar libertad, sanidad y salvación. Jesús señala que hoy en El se ha cumplido la escritura ante ellos. Todos se asombraban de sus palabras, pero algunos despreciaban su origen. Jesús señala que ningún profeta fue bien recibido en su tierra. Por ejemplo: Elías en tiempo de hambruna sólo ayudado por  la viuda de Sarepta y Eliseo estuvo donde el leproso Namán el sirio que fue sanado. Los de la sinagoga se enojaron mucho y lo llevaron a un monte para despeñarlo, pero el salió de ellos y se fue

Preg.Aplic.: ¿Estoy glorificando a Dios por sus obras hoy?, ¿el Señor me ha dado libertad, sanidad y salvación?, ¿creo en la fidelidad y cumplimiento de la Palabra de Dios?, ¿desprecio a otros por sus orígenes?, ¿estoy buscando reconocimiento donde no me lo van a dar?, ¿tengo odios y resentimientos contras otros?, ¿tengo valentía de enfrentar con paz la ira de otros?

3.       Jesús libera a un hombre endemoniado (v.31-37)

En Capernaum, Jesús enseñaba en día de reposo y la gente se admiraba porque lo hacía con autoridad. En la sinagoga, había un endemoniado que le reclamaba porque venía a destruirlo y lo reconoce como el Santo de Dios. Jesús lo calla y lo libera al hombre del demonio. Algunos se preguntan con qué autoridad expulsa demonios. Se hizo famoso.

Preg.Aplic.: ¿Creo y confío en la autoridad de Jesús sobre el diablo?, ¿creo en la liberación de endemoniados?, ¿ejerzo mi fe orando por personas atadas?, ¿ejerzo mi autoridad en Cristo?

4.       Sanidad de suegra de Pedro y otros enfermos (v.38-44)

Jesús fue a casa de Pedro y su suegra tenía fiebre alta. El Señor oró y reprendió la fiebre, y se curó. Después le llevaron muchos enfermos que él ponía sus manos y se sanaban. También liberaba a endemoniados que reconocían que era el Cristo. Después se fue a un lugar apartado, pero la gente lo buscaba para que se quedara, el señaló que era necesario que vaya a otras ciudades y siguió predicando en otros lugares.

Preg.Aplic.: ¿Estoy orando de inmediato por los enfermos?, ¿estoy orando por liberación de otros?, ¿practico la autoridad en Cristo?, ¿me gusta estar en mi zona de confort?, ¿estoy predicando el evangelio y la salvación en Cristo?

 

Oremos,

 

Pedro A. Torres Guzmán

http://atalaatucuello.blogspot.com/

https://www.facebook.com/atalaatucuello/

https://www.instagram.com/atalaatucuello/

Pueden ver el video de la aplicación del devocional en el link:

https://www.youtube.com/watch?v=PtFwQ8h_ojY

Equipo AATC