viernes, 29 de septiembre de 2017

Jeremías 29

Jeremías 29
1 Nabucodonosor se llevó cautivos a Babilonia a los ancianos, sacerdotes y profetas que estaban en Jerusalén, lo mismo que a todo el pueblo. Desde Jerusalén el profeta Jeremías envió una carta a los que sobrevivieron al exilio. Éste es el texto de la carta, 2 la cual envió después de que salieron el rey Jeconías, la reina, el personal de palacio, los príncipes de Judá y de Jerusalén, los artífices y los ingenieros de Jerusalén. 3 Los mensajeros fueron Elasa hijo de Safán y Gemarías hijo de Hilcías, a quienes Sedequías rey de Judá envió a Nabucodonosor rey de Babilonia. A la letra decía:
4 «Así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel, a todos los cautivos que permití que fueran llevados de Jerusalén a Babilonia:
5 “Construyan casas, y habítenlas; planten huertos y coman de sus frutos. 6 Cásense, y tengan hijos e hijas; den mujeres a sus hijos, y maridos a sus hijas, para que tengan hijos e hijas; y multiplíquense allá. ¡No se reduzcan en número!
7 Procuren la paz de la ciudad a la que permití que fueran llevados. Rueguen al Señor por ella, porque si ella tiene paz, también tendrán paz ustedes.”
8 »Así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel: “Que no los engañen los profetas que se encuentran entre ustedes, ni sus adivinos. No hagan caso de los sueños que tengan. 9 Porque ellos falsamente profetizan en mi nombre. Yo no los he enviado.”
—Palabra del Señor.
10 »Así ha dicho el Señor: “Cuando se cumplan los setenta años de Babilonia, yo iré a visitarlos, y les cumpliré mi promesa de hacerlos volver a este lugar. 11 Sólo yo sé los planes que tengo para ustedes. Son planes para su bien, y no para su mal, para que tengan un futuro lleno de esperanza.”
—Palabra del Señor.
12 »Entonces ustedes me pedirán en oración que los ayude, y yo atenderé sus peticiones. 13 Cuando ustedes me busquen, me hallarán, si me buscan de todo corazón. 14 Ustedes me hallarán, y yo haré que vuelvan de su exilio, pues los reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde los arrojé. Yo haré que ustedes vuelvan al lugar de donde permití que se los llevaran.»
—Palabra del Señor.
15 Según ustedes, el Señor ya les ha levantado profetas en Babilonia. 16 Pero así ha dicho el Señor acerca del rey que ha sucedido a David en el trono, y acerca de todo el pueblo que vive en esta ciudad, y de sus compatriotas que no fueron llevados con ustedes en cautiverio:
17 «Yo envío contra ellos espada, hambre y peste. Voy a ponerlos como a los higos malos, que de tan malos no se pueden comer. Lo ha dicho el Señor de los ejércitos. 18 Los perseguiré con la espada, el hambre y la peste. Dejaré que sean el escarnio y la burla de todos los reinos de la tierra y de las naciones por las que los he arrojado. Serán motivo de espanto, y la gente usará su nombre como maldición, 19 por no haber hecho caso de mis palabras, que una y otra vez les comuniqué por medio de mis siervos los profetas.
—Palabra del Señor.
20 »Ustedes, los que fueron llevados en cautiverio de Jerusalén a Babilonia, oigan la palabra del Señor. 21 Así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel acerca de Ajab hijo de Colaías, y de Sedequías hijo de Maseías, esos dos que falsamente les profetizan en mi nombre: “Voy a ponerlos en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y ante sus propios ojos ese rey les quitará la vida.” 22 Todos los que fueron llevados de Judá a Babilonia los convertirán en objeto de maldición, y dirán: “Que el Señor haga contigo lo mismo que hizo con Sedequías y Ajab, a quienes el rey de Babilonia condenó a la hoguera.” 23 Estos dos hicieron mucho mal en Israel: cometieron adulterio con las mujeres de su prójimo, y en el nombre del Señor pronunciaron falsamente palabras que él no les mandó decir. Es un hecho que esto fue así.
—Palabra del Señor.
24 »A Semaías de Nejelán le dirás: 25 “Así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel: Tú has enviado cartas en tu nombre a todo el pueblo en Jerusalén, lo mismo que al sacerdote Sofonías hijo de Maseías, y a todos los sacerdotes. Según tú dices, 26 el Señor te ha designado como sacerdote en lugar del sacerdote Joyadá, para que en la casa del Señor te encargues de todo loco que profetice, y lo pongas en el calabozo y en el cepo. 27 Si es así, ¿por qué no has reprendido a Jeremías de Anatot, que también les ha profetizado? 28 Porque Jeremías mandó a decirnos en Babilonia que nuestro cautiverio será largo, y que debemos construir casas, y habitarlas; y plantar huertos y comer de sus frutos.”»
29 El sacerdote Sofonías leyó esta carta en voz alta al profeta Jeremías. 30 Entonces la palabra del Señor vino a Jeremías, y le dijo:
31 «Envía este mensaje a todos los cautivos: “Así ha dicho el Señor acerca de Semaías de Nejelán: Puesto que Semaías les profetizó sin que yo lo hubiera enviado, con lo que hizo que ustedes confiaran en una mentira, 32 el Señor ha dicho que va a castigar a Semaías de Nejelán y a su descendencia, por haberlos incitado a rebelarse contra él. No tendrá descendientes varones entre este pueblo, ni vivirá para ver el bien que él hara a su pueblo.”»
—Palabra del Señor.

CARTA DE JEREMIAS A LOS CAUTIVOS EN BABILONIA
1.       El mensaje inicial (v.1-9)
Jeremías manda una carta a los cautivos en Babilonia: Construyan sus casas, sean productivos agricultores, multiplíquense, busquen la paz de la ciudad que habitan y no hagan caso de los falsos profetas y obedezcan la Palabra de Dios.
Preg.Aplic.: ¿Estoy viviendo en la tierra en una forma productiva: creciendo y desarrollándome?, ¿a pesar de vivir en mundo anti-Dios estoy disfrutando de las bendiciones del Señor hoy?, ¿estoy obedeciendo a Dios y a Su Palabra?
2.       El cumplimiento de las promesas de Dios (v.10-14)
El Señor luego de 70 años hará volver a los cautivos. El tiene los mejores planes llenos de esperanza, responderá toda oración si le buscan de corazón, y los volverá a reunir de los rincones del mundo.
Preg.Aplic.: ¿Creo en las promesas de Dios y en toda Su Palabra?, ¿confío y me afirmo en los planes de Dios para mi vida?, ¿estoy buscando al Señor con todo mi corazón?
3.       El juicio de Dios contra los falsos profetas (v.15-32)
El juicio de Dios alcanzará a los que han quedado en Jerusalén por no haber obedecido Su Palabra. Los falsos profetas que hablan en Babilonia serán muertos y humillados, y Semaías no tendrá descendencia por haber mentido sin haber sido enviado por Dios.
Preg.Aplic.: ¿Estoy leyendo la Palabra y guio fielmente de ella?, ¿estoy siendo inestable siguiendo a cualquier profeta?, ¿estoy escuchando a profetas fieles a Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán

Equipo AATC

martes, 26 de septiembre de 2017

Jeremías 28

Jeremías 28
1 En el quinto mes de ese mismo año, es decir, del año cuarto, al principio del reinado de Sedequías rey de Judá, el profeta Jananías hijo de Azur, que era de Gabaón, habló con Jeremías en la casa del Señor, delante de los sacerdotes y de todo el pueblo. Le dijo:
2 «Así ha dicho el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: “Voy a hacer pedazos el yugo del rey de Babilonia, 3 y dentro de dos años haré que vuelvan a este lugar todos los utensilios que Nabucodonosor rey de Babilonia tomó de mi casa y se llevó a Babilonia. 4 Yo haré que vuelvan a este lugar Jeconías hijo de Joacín, rey de Judá, y todos los de Judá que fueron llevados a Babilonia, porque voy a hacer pedazos el yugo del rey de Babilonia.”»
—Palabra del Señor.
5 El profeta Jeremías le respondió al profeta Jananías, también delante de los sacerdotes y de todo el pueblo que estaba reunido en la casa del Señor. 6 Le dijo:
«Así sea. Que así lo haga el Señor y confirme tu profecía, de que los utensilios de la casa del Señor, y todos los que fueron llevados a Babilonia, volverán a este lugar. 7 Sin embargo, escucha lo que voy a decirte, a ti en primer lugar, y también a todo el pueblo: 8 Los profetas que nos antecedieron a ti y a mí, anunciaron guerras, aflicción y peste contra muchos países y contra grandes reinos. 9 Si el profeta anuncia paz, y sus palabras se cumplen, entonces se le reconoce como un profeta verdadero, enviado por el Señor.»
10 Entonces el profeta Jananías le quitó al profeta Jeremías el yugo que éste llevaba en el cuello, lo hizo pedazos, 11 y en presencia de todo el pueblo dijo:
«Así ha dicho el Señor: Así también, dentro de dos años haré pedazos el yugo que Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha puesto en el cuello de todas las naciones.»
Jeremías, por su parte, siguió su camino.
12 Pero después de que el profeta Jananías hizo pedazos el yugo que el profeta Jeremías llevaba al cuello, la palabra del Señor vino a Jeremías, y le dijo:
13 «Ve y habla con Jananías, y dile que yo, el Señor, digo: “Tú has hecho pedazos yugos de madera, pero yo voy a reponerlos con yugos de hierro.” 14 Yo, el Señor de los ejércitos y Dios de Israel, digo: “Voy a poner sobre el cuello de todas estas naciones un yugo de hierro, para que sirvan a Nabucodonosor rey de Babilonia. Y van a servirle. ¡Hasta a los animales salvajes los he puesto en sus manos!”»
15 Entonces el profeta Jeremías le dijo al profeta Jananías:
«Escucha bien, Jananías: Tú has llevado a este pueblo a confiar en tus mentiras, aunque el Señor no te ha enviado. 16 Por lo tanto, así ha dicho el Señor: “Voy a borrarte de la faz de la tierra, y este mismo año morirás, pues has llevado al pueblo a rebelarse contra mí.”»
17 Y en el mes séptimo de ese mismo año murió Jananías.

LA FALSA PROFECIA DE JANANIAS Y SU CONDENA POR MENTIROSO
Jananías da una falsa profecía delante de los sacerdotes y el pueblo
1.       La falsa profecía de Jananías (v.1-11)
El profeta Jananías dice Dios va a destrozar al rey de Babilonia y en 2 años hará volver a los utensilios, los príncipes y el pueblo que fueron llevados cautivos. Jeremías le responde que ojalá se cumpla lo que dice, aunque los profetas antes han hablado de destrucciones., pero si un profeta hablaba de paz, si se cumplía su mensaje era de Dios.
Preg.Aplic.: ¿Me guio por mis emociones y por mis propios pensamientos “queriendo” hacer la voluntad de Dios?, ¿me sujeto y obedezco la voluntad de Dios, a pesar que no me guste?, ¿estoy escuchando a profetas de Dios o a falsos profetas?
2.       La verdadera profecía de Jeremías y la muerte de Jananías (v.12-17)
El Señor habla a Jeremías para que de Su Palabra: “Ellos serán cautivos con hierro en Babilonia y van a servirle todos, incluso los animales”. Y da una sentencia contra Jananías: por hablar cuando Dios no le ha enviado será su pronta muerte, lo cual sucedió.
Preg.Aplic.: ¿Estoy escuchando la Palabra de Dios?, ¿soy a los mandamientos de Dios o los cambio para mi propio interés?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


viernes, 22 de septiembre de 2017

Jeremías 27

Jeremías 27
1 Al principio del reinado en Judá de Joacín hijo de Josías, la palabra del Señor vino a mí, y me dijo así:
2 «Jeremías, hazte unas coyundas y unos yugos, y póntelos sobre el cuello. 3 Luego, por medio de los mensajeros que vienen a Jerusalén para ver a Sedequías rey de Judá, se los enviarás a los reyes de Edom, Moab, Amón, Tiro y Sidón, 4 junto con el siguiente mensaje para sus respectivos señores: “Yo, el Señor de los ejércitos y Dios de Israel, les recuerdo esto: 5 Yo, con gran despliegue de poder y con mi brazo extendido, hice la tierra y al hombre, y también a los animales que están sobre la tierra, y la tierra se la di a quien mejor me pareció. 6 Ahora he puesto todos estos territorios en manos de mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y hasta le he dado los animales salvajes, para que le sirvan. 7 Y todas las naciones le servirán, a él, y a su hijo y a su nieto, hasta que llegue el momento de que su propio país sea reducido a servidumbre por muchas naciones y grandes reyes. 8 Yo castigaré a la nación y al reino que no sirva a Nabucodonosor rey de Babilonia, ni doblegue su cuello bajo su yugo; los castigaré con espada, y hambre y peste, hasta que a él mismo le permita destruirlos por completo.
—Palabra del Señor.
9 ”Así que ustedes no presten oído a sus profetas, adivinos, intérpretes de sueños, agoreros y encantadores, que les dicen que no se rindan ante el rey de Babilonia. 10 Lo que ellos les dicen es mentira. Lo que buscan es que ustedes se alejen de su tierra, para que yo los expulse y ustedes mueran. 11 Pero a la nación que doblegue su cuello al yugo del rey de Babilonia y le sirva, yo la dejaré en su tierra, para que la cultive y la habite.”»
—Palabra del Señor.
12 Estas mismas palabras se las comuniqué a Sedequías rey de Judá. Le dije:
«Dobleguen su cuello al yugo del rey de Babilonia, y sírvanle a él y a su pueblo. Así seguirán con vida. 13 ¿Por qué han de morir tú y tu pueblo por la espada, o de hambre y de peste, como ha dicho el Señor que pasará con la nación que no sirva al rey de Babilonia? 14 No hagan caso de las palabras de los profetas que les dicen que no sirvan al rey de Babilonia. Lo que ellos les profetizan es mentira. 15 El Señor no los ha enviado. Ellos profetizan falsamente en nombre del Señor, para que él los expulse de su tierra y ustedes mueran, junto con los profetas que les anuncian tales cosas.»
—Palabra del Señor.
16 También hablé con los sacerdotes y con todo este pueblo. Les dije:
«Así ha dicho el Señor: “No hagan caso de las palabras de esos profetas que les dicen que muy pronto los utensilios de la casa del Señor serán traídos de Babilonia. Eso que les profetizan es una mentira.”»
17 No les hagan caso. Sirvan al rey de Babilonia, y seguirán con vida. ¿Por qué tiene que ser destruida esta ciudad? 18 Si en verdad ellos son profetas, y si la palabra del Señor los respalda, pídanle ahora al Señor de los ejércitos que los utensilios que han quedado en la casa del Señor, y en el palacio del rey de Judá y en Jerusalén, no sean llevados a Babilonia. 19 Porque el Señor de los ejércitos ha hablado acerca de las columnas, del estanque, de las basas y del resto de los utensilios que quedan en esta ciudad 20 y que no quitó Nabucodonosor rey de Babilonia cuando se llevó de Jerusalén a Babilonia a Jeconías hijo de Joacín, rey de Judá, y a todos los nobles de Judá y de Jerusalén. 21 Esto es lo que dijo el Señor de los ejércitos, Dios de Israel, acerca de los utensilios que quedaron en su templo, y en el palacio del rey de Judá y en Jerusalén:
22 «Serán llevados a Babilonia, y allí se quedarán hasta el día en que yo los visite. Después de eso volveré a traerlos y los restauraré a este lugar.»
—Palabra del Señor.
ISRAEL Y NACIONES VECINAS SERAN ESCLAVAS DE BABILONIA
1.       Babilonia será el instrumento de juicio con Israel y las naciones (v.1-8)
Jeremías envía un mensaje con yugos de señal a Israel y los reyes de las naciones. El Todopoderoso ha entregado a Nabucodonosor a estas naciones y sus tierras para le sirvan hasta que Babilonia sea vencida por otras naciones. Es una orden de Dios.
Preg.Aplic.: ¿Estoy creyendo y obedeciendo la Palabra de Dios?
2.       La orden es de Dios (v.9-22)
La orden de ser esclavos de Babilonia es de Dios. Llama al rey de Judá a que obedezcan y no escuchen a falsos profetas que hablan mentiras, para que no sean expulsados de sus tierras. Los utensilios del templo serán llevados a Babilonia por orden del Señor. Al tiempo Dios los restaurará y los utensilios volverán a Israel.
Preg.Aplic.: ¿Estoy escuchando falsas enseñanzas fuera de la Palabra de Dios?, ¿estoy dependiendo de mi religiosidad?, ¿creo y confío en la restauración de Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


miércoles, 20 de septiembre de 2017

Jeremias 26

Jeremías 26
1 Al principio del reinado de Joacín hijo de Josías, rey de Judá, la palabra del Señor vino a Jeremías y le dijo:
2 «Jeremías, ve al atrio de mi casa, y diles a todas las ciudades de Judá que vienen a mi casa para adorarme, todo lo que yo te ordene decirles. No retengas mi palabra. 3 Tal vez te hagan caso y cada uno de ellos se aparte de su mal camino. Así yo dejaré de hacerles el daño que he pensado hacerles por sus malas obras.
4 Diles de mi parte: “Así ha dicho el Señor: Si no me hacen caso ni ponen en práctica mi ley, la cual les expuse, 5 ni prestan atención a las palabras de mis siervos los profetas, que una y otra vez les he enviado y a los cuales no han querido oír, 6 yo haré con esta casa lo que hice con Silo, y todas las naciones de la tierra usarán el nombre de esta ciudad como maldición.”»
7 Los sacerdotes y los profetas, y todo el pueblo, oyeron a Jeremías pronunciar estas palabras en la casa del Señor. 8 Y cuando Jeremías terminó de decir a todo el pueblo lo que el Señor le había ordenado decirles, los sacerdotes y los profetas y todo el pueblo le echaron mano y le espetaron:
«Has dictado tu sentencia de muerte. 9 ¿Cómo te atreves a decir, en nombre del Señor, que a esta casa le va a pasar lo mismo que a Silo, y que esta ciudad quedará asolada y sin habitantes?»
Y todo el pueblo reunido en la casa del Señor se juntó contra Jeremías.
10 Cuando los príncipes de Judá se enteraron de esto, fueron del palacio del rey a la casa del Señor y se sentaron a la entrada de la puerta nueva de la casa del Señor. 11 Entonces los sacerdotes y los profetas dijeron a los príncipes y a todo el pueblo:
«Como ustedes mismos lo han oído, este hombre ha dictado su sentencia de muerte, pues ha profetizado en contra de esta ciudad.»
12 Jeremías dijo entonces a todos los príncipes y a todo el pueblo:
«Todo lo que ustedes han oído son las palabras que el Señor me envió a profetizar contra esta casa y contra esta ciudad. 13 Así que mejoren sus caminos y sus obras, y atiendan a la voz del Señor su Dios, para que cambie de parecer y no les haga el mal que les ha anunciado. 14 En lo que a mí toca, estoy en las manos de ustedes; hagan conmigo lo que les parezca mejor y más adecuado. 15 Pero una cosa deben saber: si me matan, derramarán sangre inocente sobre ustedes, y sobre esta ciudad y sus habitantes, pues lo cierto es que el Señor me envió a decirles a ustedes todo lo que ya han oído.»
16 Los príncipes y todo el pueblo respondieron a los sacerdotes y profetas:
«Este hombre no ha hecho nada que merezca la pena de muerte, porque nos ha hablado en el nombre del Señor, nuestro Dios.»
17 Algunos de los ancianos del país se levantaron y hablaron a todo el pueblo allí reunido, y dijeron:
18 «Durante el reinado de Ezequías sobre Judá, el profeta Miqueas de Moreset habló con todo el pueblo de Judá, y le dijo de parte del Señor de los ejércitos: “Sión quedará como un campo barbechado, y Jerusalén se convertirá en un montón de ruinas. ¡En lo alto de la colina, el templo quedará convertido en un bosque!” 19 Con todo, ni el rey Ezequías ni el pueblo de Judá lo mataron. Al contrario, Ezequías mostró su temor por el Señor y oró en su presencia, y el Señor ya no le hizo el mal que les había anunciado. ¿Habremos de cometer nosotros un mal tan grande contra nosotros mismos?
20 »También Urías hijo de Semaías, de Quiriat Yearín, fue un hombre que hablaba en nombre del Señor, y profetizó contra esta ciudad y contra este país, a la manera de Jeremías. 21 Cuando el rey Joacín y todos sus príncipes y grandes personajes oyeron sus palabras, el rey trató de matarlo; pero cuando Urías se enteró de esto, tuvo miedo y huyó a Egipto. 22 Entonces el rey Joacín mando a Elnatán hijo de Acbor, y a otros hombres con él, para que fueran a Egipto, 23 y éstos sacaron de Egipto a Urías y lo trajeron al rey Joacín, el cual lo mató a filo de espada y echó su cuerpo en la fosa común.»
24 Como Ajicán hijo de Safán estaba a favor de Jeremías, intervino para que no lo entregaran en las manos del pueblo y lo mataran.

JEREMIAS ES CONDENADO A MUERTE
1.       El Señor da una nueva oportunidad a Judá (v.1-6)
El Señor manda a Jeremías a que hable a Judá para que se aparten de su mal camino, practiquen Su ley, obedezcan sus mandamientos y sean librados de Su juicio.
Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo sensible a la Palabra de Dios?, ¿estoy obedeciendo y guardando Sus mandamientos?
2.       Jeremías es apresado y condenado a muerte (v.7-15)
En rebeldía los sacerdotes y profetas lo arrestan en el templo y lo condenan a muerte por haber profetizado contra Judá, y lo acusan ante los príncipes. Jeremías en defensa señala que él ha obedecido y hablado el mensaje del Señor. Es inocente y los llama a arrepentirse.
Preg.Aplic.: ¿Estoy padeciendo injusticias?, ¿estoy siendo obediente al llamado de Dios?, ¿estoy anunciando el evangelio de salvación en Cristo?
3.       Defensas a favor de Jeremías (v.16-24)
Los príncipes lo defienden y reconocen que ha hablado en nombre de Dios. El anciano Ajicán en defensa de Jeremias recuerda al profeta Miqueas quien profetizo contra Jerusalén, nunca se le condenó, pero oró y no se hizo ningún mal. También recuerda como el rey Joacin mató a Urías por haber profetizado contra Jerusalén.
Preg.Aplic.: ¿Estoy defendiendo al inocente?, ¿me allano a la obediencia de Dios y busco su voluntad justa?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


martes, 19 de septiembre de 2017

Jeremías 25

Jeremías 25
1 En el año cuarto del reinado de Joacín hijo de Josías en Judá, que era el año primero del reinado de Nabucodonosor en Babilonia, Jeremías recibió un mensaje acerca de todo el pueblo de Judá. 2 Este mensaje lo comunicó el profeta Jeremías a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén. Les dijo:
3 «Desde el año trece del reinado de Josías hijo de Amón en Judá, hasta el día de hoy, han pasado veintitrés años. En todo ese tiempo ha venido a mí la palabra del Señor, la cual les he comunicado una y otra vez, pero ustedes no han querido escucharla. 4 El Señor les envió también una y otra vez a todos sus siervos los profetas, pero ustedes no quisieron escucharlos, ni les prestaron atención. 5 Ellos les decían: “Apártense ya de su mal camino y de cometer tanta maldad, y vivirán en la tierra que el Señor les dio a ustedes y a sus padres para siempre. 6 No vayan tras dioses ajenos, ni los sirvan ni los adoren. No provoquen mi enojo con sus hechos, y yo no les haré ningún daño. 7 Pero ustedes no me han hecho caso, sino que han despertado mi enojo con sus malas obras, para su propio mal.”
—Palabra del Señor.
8 »Por tanto, así ha dicho el Señor de los ejércitos: “Puesto que no han hecho caso a mis palabras, 9 voy a tomar a todas las tribus del norte, y a mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y haré que se lancen contra esta tierra y sus habitantes, y contra todas las naciones vecinas.
”Voy a destruirlos, a exponerlos al escarnio y a las burlas. ¡Voy a dejarlos en ruinas para siempre.
—Palabra del Señor.
10 ”Voy a hacer que desaparezca de entre ellos la voz de gozo y de alegría, la voz del novio y de la novia, y el ruido del molino y la luz de la lámpara. 11 Toda esta tierra quedará en desoladoras ruinas, y estas naciones servirán al rey de Babilonia durante setenta años. 12 Cuando se cumplan los setenta años, castigaré por su maldad al rey de Babilonia, a esa nación y al país de los caldeos; ¡para siempre la convertiré en un desierto!
—Palabra del Señor.
13 ”Haré que venga sobre ese país todo lo que he anunciado contra él, con todo lo que está escrito en este libro, y que Jeremías ha profetizado contra todas las naciones. 14 También ellas serán sojuzgadas por muchas naciones y por grandes reyes; ¡yo les daré su merecido, según sus malas acciones.”»
15 Así me dijo el Señor y Dios de Israel:
«Toma de mi mano la copa del vino de mi furor, y haz que beban de ella todas las naciones a las cuales yo te envío. 16 Cuando la beban, temblarán de miedo y perderán el juicio por causa de la espada que lanzo contra ellas.»
17 Yo tomé de la mano del Señor la copa, y se la hice beber a todas las naciones a las cuales el Señor me envió, es decir: 18 Jerusalén, las ciudades de Judá, con sus reyes y príncipes, para dejarlos en ruinas y como objeto de escarnio, burla y maldición, como hasta el día de hoy; 19 el faraón, rey de Egipto, y sus siervos y príncipes y todo su pueblo; 20 todos los extranjeros que allí vivan, todos los reyes de la tierra de Uz, y todos los reyes de la tierra de Filistea, Ascalón, Gaza, Ecrón y los sobrevivientes de Asdod; 21 Edom, Moab y los hijos de Amón; 22 todos los reyes de Tiro, todos los reyes de Sidón, los reyes de las costas que están de ese lado del mar; 23 Dedán, Tema y Buz, y todos los que se rapan las sienes; 24 todos los reyes de Arabia, todos los reyes de los varios pueblos que habitan en el desierto; 25 todos los reyes de Zimri, todos los reyes de Elam, todos los reyes de Media, 26 todos los reyes del norte, cercanos y lejanos, unos tras otros, y todos los reinos que hay sobre la faz de la tierra. Finalmente, la beberá el rey de Babilonia.
27 «Tú, Jeremías, les dirás: “Así ha dicho el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Beban, y embriáguense. Vomiten, y cáiganse, y no vuelvan a levantarse, por causa de la espada que yo lanzo contra ustedes.” 28 Y si no quieren tomar ni beber de la copa que les ofreces, les dirás que yo, el Señor de los ejércitos, he dicho que tienen que beberla. 29 Porque yo he comenzado ya a castigar a la ciudad donde se invoca mi nombre, y ninguno de ustedes saldrá bien librado. Yo estoy descargando la espada sobre todos los habitantes de la tierra.”
—Palabra del Señor de los ejércitos.
30 »Tú, Jeremías, profetiza contra ellos todas estas palabras. Diles que yo, el Señor, les haré oír mi voz desde lo alto, desde mi santa morada; ¡lanzaré un fuerte rugido contra mi pueblo! Será como los cantos del lagar, contra todos los habitantes de la tierra. 31 El estruendo de mi voz se oirá hasta lo último de la tierra, porque yo, el Señor, he entablado un juicio contra las naciones. Yo soy el Juez de la humanidad entera, y dejaré que la espada acabe con los malvados.»
—Palabra del Señor.
32 Así ha dicho el Señor de los ejércitos:
«Miren, el mal cundirá de nación en nación. ¡Una gran tempestad se levanta desde los extremos de la tierra! 33 Cuando llegue el día, los cadáveres de aquellos a quienes el Señor quite la vida quedarán esparcidos de un extremo al otro de la tierra. Nadie lamentará su muerte, ni nadie los recogerá ni los enterrará. ¡Se quedarán tirados sobre el suelo, como estiércol! 34 Ustedes, pastores, ¡lancen gritos de dolor! Y ustedes, encargados del rebaño, ¡revuélquense en el polvo! ¡Ya el tiempo se ha cumplido para que sean degollados y esparcidos, y caerán como vasijas de gran precio! 35 ¡Ninguno de ustedes escapará con vida!»
36 ¡Puede oírse la gritería de los pastores! ¡Los encargados del rebaño gimen de dolor! Y es que el Señor dejó secos sus pastos. 37 Los pastos más delicados han sido destruidos por el ardor de la ira del Señor. 38 El Señor ha abandonado a su pueblo, como un león que abandona su guarida. La ira del Señor y la espada del enemigo han dejado asolada la tierra.

EL ANUNCIO DEL JUCIO Y LOS 70 AÑOS
1.       Las advertencias de Jeremías y profetas (v.1-7)
El Señor le da un mensaje para todo Judá. El ha estado 23 años trayéndoles las profecías de Dios junto a otros profetas. Les llamaba a dejar toda maldad e idolatría, pero no han querido escucharlas y han llenado la ira de Dios para mal sobre ellos.
Preg.Aplic.: ¿Estoy escuchando la Palabra de Dios?, ¿estoy escuchando y aplicando las enseñanzas de la biblia?, ¿estoy dejando toda idolatría que me aparta de Dios?
2.       La señal de 70 años y Babilonia (v.8-14)
El Señor va a usar a Babilonia como instrumento de su juicio contra Israel. Los van a destruir y dejar en ruinas, y servirán al rey de Babilonia por 70 años. Luego, Dios va a enjuiciar a los babilonios y serán destruidos por sus malas acciones.
Preg.Aplic.: ¿Estoy sufriendo las consecuencias de la desobediencia de Dios?, ¿creo y confío en la justicia de Dios?
3.       El anuncio del juicio a las naciones (v.15-39)
El Señor manda a Jeremías a llevar la copa de vino a las naciones como anuncio de su ira. Judá será dejado en ruinas, y también todas las naciones y Babilonia sufrirán el juicio de Dios que será implacable.
Preg.Aplic.: ¿Estoy obedeciendo el llamado de Dios?, ¿estoy aprendiendo que todo lo cosecho voy a sembrar?, ¿estoy orando por el juicio a las naciones?, ¿estoy llevando el mensaje de salvación en Cristo?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


lunes, 18 de septiembre de 2017

Jeremías 24

Jeremías 24
1 Después de que Nabucodonosor, rey de Babilonia, llevó cautivo a su país a Jeconías hijo de Joacín, rey de Judá, junto con los príncipes de Judá y los artesanos y herreros de Jerusalén, el Señor me mostró dos cestas de higos, las cuales estaban puestas delante del templo del Señor. 2 En una de las cestas había uno higos tan buenos que parecían brevas; en la otra cesta había unos higos tan malos que no se podían comer.
3 El Señor me dijo:
«¿Qué es lo que ves, Jeremías?»
Yo le contesté:
«Veo unos higos muy buenos, y otros muy malos, tan malos que no se pueden comer.»
4 La palabra del Señor vino a mí, y me dijo:
5 «Yo, el Señor y Dios de Israel, declaro que los habitantes de Judá que eché de este lugar son para mí como estos higos buenos. Para su bien los llevé a la tierra de los caldeos.
6 Para su bien he puesto mis ojos en ellos, y los haré volver a esta tierra. Los edificaré, y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré.
7 Pondré en ellos el deseo de conocerme, y de reconocer que yo soy el Señor. Y si en verdad se vuelven a mí de todo corazón, entonces ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.
8 »Con Sedequías, rey de Judá, haré lo que se hace con los higos malos, que de tan malos no se pueden comer. Y lo mismo haré con sus príncipes y con los que se quedaron en Jerusalén y en esta tierra, y con los que ahora viven en Egipto. Yo, el Señor, lo he dicho. 9 Para su mal, los expondré al escarnio de todos los reinos de la tierra. Por todos los lugares adonde yo los arroje, serán motivo proverbial de burlas; la gente usará su nombre como maldición. 10 Haré venir contra ellos guerras, hambre y peste, hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres.»

LA VISION DE LOS HIGOS
Luego de la invasión de Babilonia, el Señor le da una visión a Jeremías de dos cestas de higos: una buena y una mala (v.1-3).
1.       Los higos buenos (v.4-7)
Dios ha permitido que Israel sea llevado a los Caldeos, pero el Señor se ha fijado en ellos:
·         Los hará volver a su tierra
·         Los edificará
·         Los plantará
·         Pondrá en ellos el deseo de conocer y de reconocer a Dios como Señor
·         Serán pueblo de Dios, si ellos se arrepientes y vuelven al Señor
Preg.Aplic.: ¿He conocido y entregado mi vida a Cristo?, ¿estoy verdaderamente arrepentido de todos mis pecados?, ¿estoy disfrutando de la nueva vida en Dios?
2.       Los higos malos (v.8-10)
Dios ejercerá su juicio contra los malos gobernantes y pueblo rebelde de Israel. Sufrirán escarnio, serán arrojados de “su” tierra y serán humillados hasta ser exterminados por desobedecer al Señor y no seguir sus mandamientos.
Preg.Aplic.: ¿Estoy obedeciendo los mandamientos de Dios?, ¿estoy cayendo en idolatría dejando a Dios de lado?, ¿hay rebeldía o arrepentimiento en mi vida?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán

Equipo AATC

viernes, 1 de septiembre de 2017

Jeremías 23

Jeremías 23
1 «¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan a las ovejas de mi rebaño!»
—Palabra del Señor.
2 Por tanto, así ha dicho el Señor y Dios de Israel a los pastores que apacientan a su pueblo:
«Ustedes dispersaron a mis ovejas. No se hicieron cargo de ellas, sino que las espantaron. Por eso ahora voy a hacerme cargo de ustedes y de sus malas obras.
—Palabra del Señor.
3 »Yo mismo reuniré al resto de mis ovejas. Las haré venir de todos los países por los que las esparcí, para devolverlas a sus apriscos. Allí se reproducirán y se multiplicarán. 4 A cargo de ellas pondré pastores que las cuiden y alimenten, Y nunca más volverán a tener miedo ni a asustarse, y ninguna de ellas se perderá.
—Palabra del Señor.
5 »Vienen días en que haré que un descendiente de David surja como rey. Y será un rey justo, que practicará la justicia y el derecho en la tierra.
—Palabra del Señor.
6 »Durante su reinado, Judá estará a salvo, e Israel podrá vivir confiado. Y ese rey será conocido por este nombre: “El Señor es nuestra justicia.”
7 »Por lo tanto, vienen días en que no volverá a decirse: “Viva el Señor, que sacó de la tierra de Egipto a los hijos de Israel”
—Palabra del Señor
8 »sino que se dirá: “Viva el Señor, que sacó de la tierra del norte a los descendientes de la casa de Israel, y los trajo de todos los países por donde los había dispersado, para que habiten en su propia tierra.”»
9 Por causa de los profetas siento que el corazón se me hace pedazos. ¡Todos los huesos me tiemblan! Hasta parece que estoy ebrio y bajo los efectos del vino, por causa del Señor y de sus santas palabras. 10 En realidad, la tierra está llena de gente adúltera. Por causa de la maldición la tierra está desierta, los pastizales del desierto se han secado; la vida que llevan es depravada, y usan mal su valentía. 11 Tanto los profetas como los sacerdotes son unos malvados. ¡Hasta en el templo se les halla cometiendo su maldad!
—Palabra del Señor.
12 «Por eso su vida será semejante a un oscuro resbaladero: alguien los empujará, y ellos caerán en él. Cuando les llegue la hora de ser castigados, yo dejaré caer sobre ellos la calamidad.
—Palabra del Señor.
13 »He visto a los profetas de Samaria cometer desatinos. Profetizaban en nombre de Baal, e hicieron que mi pueblo Israel perdiera el rumbo. 14 Pero a los profetas de Jerusalén los he visto incurrir en grandes torpezas. Cometen adulterio, Van en pos de la mentira, fortalecen las manos de los malvados, para que ninguno se aparte de su maldad. Para mí, todos ellos son como los habitantes de Sodoma y de Gomorra.»
15 Por lo tanto, así ha dicho el Señor de los ejércitos acerca de esos profetas:
«Voy a hacerlos comer ajenjo; voy a hacerlos beber agua amarga. Porque la hipocrecía que hay en toda la tierra tiene su origen en los profetas de Jerusalén.»
16 Así ha dicho el Señor de los ejércitos:
«No hagan caso de las palabras que los profetas les anuncian. Sólo alimentan en ustedes vanas esperanzas. Sus visiones nacen de su propio corazón, y no de mis labios. 17 Se atreven a decir a los que me desprecian, que yo he dicho que tendrán paz; y a todos los que siguen a su obstinado corazón, les dicen que no les sobrevendrá ningún mal.»
18 A decir verdad, ¿quién conoce los secretos del Señor? ¿Quién vio y oyó su palabra? ¿Quién ha estado atento a su palabra, y la ha escuchado? 19 ¡De parte del Señor viene una furiosa tempestad! ¡Esa tempestad está a punto de caer sobre la cabeza de los malvados! 20 El furor del Señor no cesará hasta haberlo hecho, hasta que haya cumplido los designios de su corazón. Pero esto lo entenderán ustedes claramente cuando ya sea demasiado tarde.
21 «Yo no envié a esos profetas, y sin embargo ellos se dieron prisa; yo jamás les hablé, pero ellos profetizaron. 22 Si ellos realmente se hubieran reunido conmigo, habrían hecho que mi pueblo atendiera mis palabras y se apartara de su mal camino y de sus malas obras.
23 »¿Acaso soy Dios sólo de cerca? ¡No! ¡También a la distancia soy Dios!
—Palabra del Señor.
24 »¿Podrá alguien esconderse donde yo no pueda verlo? ¿Acaso no soy yo el Señor, que llena el cielo y la tierra?
—Palabra del Señor.
25 »Yo sé bien que esos profetas mienten cuando profetizan en mi nombre y aseguran que han tenido un sueño. 26 ¿Hasta cuándo albergarán esos profetas tales mentiras en su corazón? ¡Lo que anuncian sólo existe en su mente! 27 ¿Acaso creen que esos sueños que se cuentan harán que mi pueblo se olvide de mí? ¿Acaso creen que los harán olvidarme, como antes sus padres me olvidaron por seguir a Baal? 28 Si algún profeta tiene un sueño, que cuente su sueño. Pero si yo envío mi palabra a alguno de ellos, tiene que anunciar mi palabra verdadera. Una cosa es la paja, y otra cosa es el trigo.
—Palabra del Señor.
29 »Mi palabra es como el fuego; ¡es como un mazo que parte las piedras!
—Palabra del Señor.
30 »Por eso estoy en contra de los profetas que se roban entre sí sus palabras, y luego dicen que son mías.
—Palabra del Señor.
31 »Yo estoy en contra de los profetas que hablan con dulzura, y luego afirman que yo he hablado.
—Palabra del Señor.
32 »Yo estoy en contra de los que profetizan sueños mentirosos, pues con sus profecías mentirosas y lisonjeras hacen que mi pueblo pierda el camino. Yo no los envié a profetizar. ¡Ningún bien le hacen a mi pueblo!
—Palabra del Señor.
33 »Y cuando este pueblo, o el profeta o el sacerdote, te pregunte y te diga “¿Cuál es, entonces, la profecía del Señor?”, tú les contestarás: “Ésta es la profecía: ¡Voy a deshacerme de ustedes!”
—Palabra del Señor.
34 »Y si algún profeta, o sacerdote, o alguien del pueblo afirma profetizar en mi nombre, yo castigaré a ese hombre y a su casa. 35 Ustedes deben responder así a sus hermanos y amigos: “¿Qué ha dicho el Señor? ¿Qué ha respondido?” 36 Y nunca más se acordarán de decir: “Profecía del Señor”, pues lo que cada uno de ustedes diga le servirá de profecía, ya que ustedes pervirtieron las palabras del Dios vivo, nuestro Dios, el Señor de los ejércitos.
37 »Al profeta le dirás: “¿Qué te respondió el Señor? ¿Qué te dijo?” 38 Pero si le dices: “Profecía del Señor”, entonces el Señor declara: “Por haber pronunciado la frase ‘Profecía del Señor’, siendo que yo les ordené que no la pronunciaran, 39 yo los echaré al olvido; a ustedes y a la ciudad que les di, a ustedes y a sus padres, los borraré de mi presencia. 40 Los haré sufrir una afrenta perpetua y una confusión sin fin, que el olvido jamás podrá borrar.”»

EL juicio de Dios contra los falsos profetas y contra Israel

1.       El juicio a los pastores de Israel y la intervención del Señor (v.1-4)
Los malos pastores de Israel no han cuidado, sino que han espantado y dispersado a las ovejas del Señor. El Señor tendrá un juicio contra ellos. Dios mismo las volverás a reunir y les pondrá pastores que las cuiden y alimenten. Vivirán seguras y firmes.
Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo un pastor (líder) que estoy cuidando a las personas a mi cargo?, ¿soy un pastor que espanta y dispersa a las ovejas del Señor o las uno, cuido y protejo?, ¿estoy creciendo espiritualmente en un ambiente seguro y firme?
2.       La promesa del Mesías (Salvador) (v.5-8)
El Señor va a levantar de la descendencia de David a un Mesías, que será un rey justo y traerá salvación. Cristo será alabado por la liberación de Israel y por haberlos reunido.
Preg.Aplic.: ¿Estoy reconociendo a Cristo como mi salvador y Señor?, ¿estoy viviendo una vida de agradecimiento y dentro del reino de Cristo?
3.       La aflicción de Jeremías (v.9-15)
Jeremías se siente destrozado por la dureza del juicio de Dios, y afligido por la maldad de los israelitas, profetas y sacerdotes que son gente adúltera, profana, mentirosa e injusta. Sobre ellos caerán calamidades.
Preg.Aplic.: ¿Estoy orando por los pecados y maldad de las personas hoy?, ¿estoy siendo consciente del futuro juicio de Dios contra la rebeldía humana?
4.       La Palabra del Señor v.s. los falsos profetas (v.16-40)
Los profetas de Israel mienten y crean falsas esperanzas contra el juicio de Dios. Dios va a ejecutar su juicio contra la maldad y rebeldía de Israel. Estos profetas no son del Señor, sino habrían hecho volver a Israel de sus malos caminos, más bien profetizan mentiras y no anuncian la verdad de Dios, y más bien desvían a Israel. Serán eliminados de la tierra.
Preg.Aplic.: ¿Estoy escuchando y siguiendo sólo la Palabra de Dios?, ¿estoy siguiendo y escuchando a cualquier profeta que contradice la verdad de la biblia?, ¿Cómo maestro de la biblia, estoy siendo fiel a las enseñanzas del Señor?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC