martes, 31 de octubre de 2017

Jeremías 37

Jeremías 37
1 El rey Nabucodonosor de Babilonia nombró rey de Judá a Sedequías hijo de Josías, y éste reinó en lugar de Conías hijo de Joacín. 2 Pero ni él ni sus siervos, ni el pueblo de la tierra, hicieron caso de las palabras que el Señor les anunció por medio del profeta Jeremías. 3 Sin embargo, el rey Sedequías envió a Jucal hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías hijo de Maseías, para que le pidieran al profeta Jeremías que orara al Señor su Dios por ellos. 4 Jeremías andaba con toda libertad en medio del pueblo, porque todavía no lo habían encarcelado.
5 Los caldeos tenían sitiada a la ciudad de Jerusalén, pero cuando les llegó la noticia de que el ejército del rey de Egipto marchaba contra ellos, se retiraron de Jerusalén. 6 La palabra del Señor vino entonces al profeta Jeremías, y le dijo:
7 «Así ha dicho el Señor y Dios de Israel: El rey de Judá los envió a consultarme. Pues díganle que el ejército del faraón, que había salido en su ayuda, ya se ha regresado a Egipto, su país. 8 Así que los caldeos volverán y atacarán esta ciudad, y la conquistarán y le prenderán fuego.
9 »Así ha dicho el Señor: No se engañen a ustedes mismos, ni piensen que los caldeos van a apartarse de ustedes, porque no se apartarán. 10 Aun cuando ustedes hieran a todo el ejército caldeo que los combate, y de ellos queden solamente hombres heridos, cada uno de ellos se levantará de su tienda y le prenderá fuego a esta ciudad.»
11 En el momento en que, por causa del ejército de Faraón, se retiraba de Jerusalén el ejército de los caldeos, 12 Jeremías quiso alejarse del pueblo y salió de Jerusalén para irse a la tierra de Benjamín, 13 pero sucedió que, al llegar a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán llamado Irías hijo de Selemías, hijo de Jananías, el cual tomó preso al profeta Jeremías con el pretexto de que éste se estaba pasando al bando de los caldeos. 14 Jeremías negó estar pasándose al bando de los caldeos, pero Irías no le hizo caso, sino que lo aprehendió y lo hizo comparecer ante los príncipes. 15 Éstos se enojaron con Jeremías, y ordenaron azotarlo y ponerlo en prisión en la casa del escriba Jonatán, la cual habían convertido en cárcel.
16 Jeremías entró en las bóvedas de la casa de la cisterna, y allí se quedó mucho tiempo. 17 Pero el rey Sedequías envió por él y lo sacó de allí, y una vez en su casa le preguntó de manera confidencial:
«¿Tienes algún mensaje del Señor?»
Y Jeremías le dijo:
«Lo tengo. Vas a caer en manos del rey de Babilonia.»
18 Además, Jeremías también le dijo al rey:
«¿Qué pecado cometí contra ti, o contra tus siervos, o contra este pueblo, para que ustedes me echaran en la cárcel? 19 ¿Dónde están esos profetas que les profetizaban que el rey de Babilonia no vendría a atacarlos, ni a ustedes ni a esta tierra? 20 Yo te ruego, mi rey y señor, que atiendas mi súplica y no me hagas volver a casa del escriba Jonatán. ¡No quiero morir allí!»
21 Entonces el rey Sedequías ordenó que Jeremías quedara bajo vigilancia en el patio de la cárcel, y que todos los días se le diera una pieza de pan, directamente de las panaderías, mientras hubiera pan en la ciudad. Fue así como Jeremías se quedó en el patio de la cárcel.

ENCARCELACION DE JEREMIAS EN EL GOBIERNO DEL REY SEDEQUIAS
1.       Sedequías manda a consultar a Jeremías (v.1-5)
Ni el nuevo rey Sedequías, ni los líderes y ni el pueblo hicieron caso a las palabras de Jeremías. Aunque el rey mandó a consultar a Jeremías porque Jerusalén estaba sitiada por los caldeos. Pero estos se retiraron por la llegada del rey de Egipto.
Preg.Aplic.: ¿Estoy escuchando y obedeciendo la Palabra de Dios?, ¿busco sólo a Dios cuando tengo problemas?, ¿me protejo con la religión?
2.       La respuesta de Dios a Sedequías (v.6-10)
El Señor les responde que debido a que Egipto ha vuelto a su país, los caldeos regresarán y conquistarán Jerusalén y le prenderán fuego a la ciudad.
Preg.Aplic.: ¿Estoy sufriendo las consecuencias de mis pecados?, ¿estoy siendo previsor en lo que hago?
3.       Encarcelación de Jeremías (v.11-21)
Jeremías es atrapado cuando huía de Jerusalén a Benjamin debido a la invasión de los babilonios. Se le acusa con injusticia de traición, de querer unirse a los caldeos. Fue azotado y encarcelado. Luego el rey Sedequías lo llama. El mensaje de Dios es que va a ser invadidos por los babilonios. Jeremías pide justicia, el rey lo pone en el patio de la cárcel.
Preg.Aplic.: ¿Estoy actuando con injusticia contra otras personas?, ¿estoy haciendo algo para cambiar ante la Palabra de Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán

Equipo AATC

lunes, 16 de octubre de 2017

Jeremías 36

Jeremías 36
2 «Toma un rollo de cuero, y escribe en él cada una de las palabras que te he comunicado en contra de Israel y de Judá, y en contra de todas las naciones, desde los días de Josías, que fue cuando comencé a hablarte, hasta el día de hoy. 3 Tal vez la casa de Judá preste atención a todo el mal que yo pienso hacerles, y cada uno de ellos se aparte de su mal camino. Entonces yo les perdonaré su maldad y su pecado.»
4 Jeremías llamó entonces a Baruc hijo de Nerías, y Baruc escribió en un rollo de cuero todo lo que Jeremías le dictó, y que eran las palabras que el Señor le había comunicado. 5 Después Jeremías le dijo a Baruc:
«A mí se me ha prohibido entrar en la casa del Señor. 6 Así que entra tú en ella, y en el día del ayuno lee ante el pueblo las palabras del Señor, que yo te he dictado y que están en este rollo. Léelas también en presencia de todos los de Judá, que vienen de sus ciudades. 7 Tal vez la oración de ellos llegue a la presencia del Señor, y cada uno de ellos se aparte de su mal camino. Porque son demasiado grandes el furor y la ira que el Señor ha manifestado contra este pueblo.»
8 Baruc hijo de Nerías cumplió con todo lo que el profeta Jeremías le mandó hacer, y en el templo leyó del rollo de cuero las palabras del Señor.
9 En el mes noveno del año quinto del reinado de Joacín hijo de Josías, en Judá, en la presencia del Señor se promulgó ayuno a todo el pueblo de Jerusalén y a todos los que venían de las ciudades de Judá a Jerusalén. 10 Baruc leyó entonces en la casa del Señor las palabras de Jeremías que estaban en el rollo de cuero. Lo hizo en presencia del pueblo, desde el aposento del escriba Gemarías hijo de Safán, que estaba en el atrio superior, a la entrada de la puerta nueva de la casa del Señor. 11 Cuando Micaías hijo de Gemarías, hijo de Safán, oyó la lectura de todas las palabras del Señor, 12 se dirigió al palacio del rey y entró en el aposento del secretario. Allí estaban sentados todos los príncipes, es decir: el secretario Elisama, Delaía hijo de Semaías, Elnatán hijo de Acbor, Gemarías hijo de Safán, Sedequías hijo de Jananías, y todos los príncipes. 13 Allí Micaías les contó todo lo que había oído cuando Baruc dio lectura al rollo de cuero en presencia del pueblo. 14 Entonces todos los príncipes enviaron a Yehudí hijo de Netanías, hijo de Selemías, hijo de Cusi, para que le dijera a Baruc que tomara el rollo que había leído ante el pueblo y se presentara ante ellos. Entonces Baruc hijo de Nerías tomó el rollo de cuero y fue a verlos. 15 Allí los príncipes le dijeron:
«Siéntate, por favor, y léenos el rollo.»
Y Baruc se lo leyó. 16 En cuanto los príncipes oyeron todo aquello, cada uno miró espantado a su compañero, y le dijeron a Baruc:
«Tenemos que informar al rey de todo esto.»
17 Luego le preguntaron a Baruc:
«Ahora, cuéntanos cómo fue que escribiste todas estas palabras de labios de Jeremías.»
18 Y Baruc les contestó:
«Jeremías me dictaba todas estas palabras, y yo las iba escribiendo en el rollo.»
19 Entonces los príncipes le aconsejaron a Baruc:
«Pues corran a esconderse, tú y Jeremías, y que nadie sepa dónde se encuentran.»
20 Luego de depositar el rollo en el aposento del secretario Elisama, los príncipes se dirigieron al atrio, donde estaba el rey, y allí le informaron al rey acerca de todas estas palabras. 21 Entonces el rey ordenó a Yehudí que fuera por el rollo, y éste fue y lo tomó del aposento del secretario Elisama, y lo leyó ante el rey y ante todos los príncipes que le hacían compañía. 22 Era el mes noveno, y el rey estaba en la casa de invierno. Delante de él había un brasero encendido. 23 Yehudí habría leído tres o cuatro columnas del texto, cuando el rey rasgó el rollo con un cortaplumas de escriba, y lo arrojó al fuego que había en el brasero, hasta que todo el rollo se consumió. 24 Cuando el rey y sus siervos oyeron todas estas palabras, no mostraron ningún temor ni se rasgaron los vestidos. 25 Elnatán, Delaía y Gemarías le rogaron al rey que no quemara el rollo, pero el rey no les hizo caso; 26 al contrario, mandó a Yeramel hijo de Hamelec, a Seraías hijo de Azriel y a Selemías hijo de Abdel, para que aprehendieran al escriba Baruc y al profeta Jeremías, pero el Señor los escondió.
27 Después de que el rey quemó el rollo con las palabras que Jeremías le dictó a Baruc, y que éste había escrito, la palabra del Señor vino a Jeremías, y le dijo:
28 «Vuelve a tomar otro rollo, y escribe en él todas las palabras que ya estaban escritas en el primer rollo que quemó Joacín rey de Judá. 29 Y dile de mi parte: “Tú, Joacín rey de Judá, quemaste este rollo, y objetaste el hecho de que allí estuviera escrito que el rey de Babilonia vendrá y destruirá esta tierra, hasta que no queden en ella ni hombres ni animales. 30 Por lo tanto, yo, el Señor, te digo a ti, Joacín rey de Judá: Ningún descendiente tuyo te sucederá en el trono de David. Además, tu cadáver quedará expuesto al calor del día y al frío de la noche. 31 Por no haberme hecho caso, voy a castigarte por tu maldad, y también castigaré a tus descendientes y a tus siervos; voy a traer sobre ellos, y sobre los habitantes de Jerusalén y de Judá, todo el mal que les he anunciado.”»
32 Jeremías tomó otro rollo, y se lo dio al escriba Baruc hijo de Nerías; éste, por su parte, escribió en él todas las palabras que Jeremías le había dictado antes, y que estaban escritas en el rollo que el rey Joacín de Judá quemó en el fuego, ¡y aun fueron añadidas a ellas muchas otras palabras semejantes!

EL ULTIMO MENSAJE DE DIOS PARA ARREPENTIMIENTO DE JUDA
1.       La oportunidad de Dios a Judá (v.1-8)
El Señor manda a Jeremías a que escriba el mensaje de juicio contra Judá e Israel con el fin de que puedan arrepentir y volver a Dios. Le pide a Baruc que lleve el mensaje y lo lea en el templo en el tiempo de oración, tal vez se arrepientan.
Preg.Aplic.: ¿Estoy escuchando atentamente los mandamientos de Dios?, ¿soy sensible a la voz de Dios y me estoy volviendo de todo mal camino?
2.       Baruc lee el rollo con el mensaje en el templo (v.9-19)
Baruc leyó el mensaje en presencia del pueblo y los sacerdotes. Micaías va al palacio e informar a los príncipes sobre el mensaje. Ellos mandan por Baruc, quien les lee el mensaje. Deciden dar el mensaje al rey, y piden que Jeremías y Baruc se escondan.
Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo fiel en hacer la voluntad de Dios?, ¿reacciono a tiempo ante el mensaje de Dios o simplemente lo escucho y no hay cambios en mi vida?
3.       El rey destruye el rollo con el mensaje de Dios (v.20-26)
Se lleva el rollo y se lee el mensaje al rey Joacín. Este solo escucha una parte y decide destruir el rollo, no hay ningún temor ni arrepentimiento de nadie. E incluso manda a apresar a Jeremías y a Baruc, pero Dios los estaba protegiendo.
Preg.Aplic.: ¿Tengo temor por la Palabra de Dios?, ¿tomo decisiones apresuradas sin medir las consecuencias?, ¿está el Señor protegiendo mi vida?
4.       Un nuevo rollo re-afirma el juicio de Dios (v.27-32)
El Señor manda a Jeremías escribir otro rollo con el mismo mensaje y con el juicio contra Joacin. Morirá malamente sin descendencia, y destruirá a Jerusalén y a Judá por su rebeldía.
Preg.Aplic.: ¿Estoy sufriendo las consecuencias de mi rebeldía?, ¿hay en mi corazón sencillez para un verdadero arrepentimiento?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


viernes, 13 de octubre de 2017

Jeremías 35

Jeremías 35
1 La palabra del Señor vino a Jeremías durante el reinado de Joacín hijo de Josías, en Judá. Le dijo:
2 «Ve a la casa de los recabitas y habla con ellos. Llévalos a uno de los aposentos en la casa del Señor, y dales a beber vino.»
3 Yo, Jeremías, tomé a Jazanías hijo de Jeremías y nieto de Jabasinías, y a sus hermanos y a todos sus hijos, es decir, a toda la familia de los recabitas, 4 y los llevé a la casa del Señor, al aposento de los hijos de Janán hijo de Igdalías, que era un hombre de Dios. Ese aposento estaba junto al aposento de los príncipes, el cual estaba sobre el aposento de Maseías hijo de Salún, que cuidaba la puerta. 5 A todos los miembros de la familia de los recabitas les serví tazas y copas llenas de vino, y los invité a beber; 6 pero ellos dijeron:
«Nosotros no bebemos vino, porque nuestro padre, Jonadab hijo de Recab, nos ordenó que jamás bebiéramos vino, ni nosotros ni nuestros hijos. 7 También nos ordenó que no construyéramos casas, ni cultiváramos la tierra ni plantáramos viñas, ni las poseyéramos. Nos dijo que, si queríamos vivir muchos años en la tierra que habitamos, debíamos vivir siempre en tiendas de campaña.
8 »Nosotros hemos obedecido las órdenes de nuestro padre, Jonadab hijo de Recab. Nunca hemos bebido vino, ni tampoco nuestras mujeres, ni nuestros hijos e hijas, 9 Tampoco construimos casas para habitarlas, ni tenemos viñas ni terrenos, ni cultivamos el campo. 10 Vivimos en tiendas de campaña, y hemos obedecido al pie de la letra todo lo que nos mandó nuestro padre Jonadab. 11 Sin embargo, sucedió que cuando Nabucodonosor rey de Babilonia invadió el país, decidimos venir a Jerusalén y ocultarnos aquí de la presencia de los ejércitos caldeos y sirios. Así fue como nos quedamos en Jerusalén.»
12 La palabra del Señor vino entonces a Jeremías, y le dijo:
13 «Así ha dicho el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Ve y pregúntales a los habitantes de Judá y de Jerusalén cuándo aprenderán a obedecer mis palabras.
—Palabra del Señor.
14 »Las palabras de Jonadab hijo de Recab fueron muy firmes cuando les mandó a sus hijos que no bebieran vino, y ellos, en obediencia al mandamiento de su padre, no lo han bebido hasta el día de hoy; en cambio, yo les he hablado a ustedes una y otra vez, y no me han hecho caso. 15 De igual manera, una y otra vez envié a todos mis siervos los profetas para que les dijeran que se apartaran de su mal camino y corrigieran sus actos, y que no siguieran a los dioses ajenos ni les sirvieran, para que vivieran en la tierra que les di a ustedes y a sus padres. Pero ustedes no me prestaron oído ni me hicieron caso. 16 No hay duda de que los hijos de Jonadab hijo de Recab reconocieron la firmeza del mandamiento que les dio su padre; pero este pueblo no ha querido obedecerme.
17 »Por lo tanto, yo, el Señor y Dios de los ejércitos, Dios de Israel, declaro que voy a lanzar sobre Judá y sobre todos los habitantes de Jerusalén todo el mal que contra ellos he anunciado. Porque les hablé, y no me hicieron caso; los llamé, y no me respondieron.»
18 A la familia de los recabitas, Jeremías dijo:
«Así ha dicho el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Puesto que ustedes obedecieron al mandamiento de Jonadab, su padre, y cumplieron todos sus mandamientos y actuaron en conformidad con todo lo que él les mandó hacer, 19 yo, el Señor de los ejércitos y Dios de Israel, declaro que siempre estará en mi presencia un descendiente de Jonadab hijo de Recab.»

EL EJEMPLO DE LOS RECABITAS
1.       La firmeza de los recabitas (v.1-11)
Jeremías lleva a los recabitas al templo y les invita vino. Ellos no lo aceptan porque siguen las ordenes de su padre Jonadab: no beber vino nunca, no tener tierras ni cultivarlas y vivir en tiendas de campaña (nómades). Y ellos han obedecido al pie de la letra lo mandado por Jonadad, pero hoy están en Jerusalén buscando refugio de los babilonios.
Preg.Aplic.: ¿Soy firme en mis convicciones?, ¿obedezco con fidelidad los mandamientos de Dios?, ¿he desarrollado un carácter serio y firme?
2.       El Señor cuestiona la desobediencia de Israel (v.12-17)
El Señor destaca la firmeza y obediencia de los recabitas. Llama a Judá a aprender a obedecer, porque nunca escucharon a los profetas que envió para corregir sus caminos, al contrario, fueron infieles e idolatras. Por ello, el juicio de Dios viene contra Israel.
Preg.Aplic.: ¿Estoy siguiendo buenos ejemplos de fidelidad a Dios?, ¿estoy escuchando la Palabra de Dios?, ¿he aprendido a obedecer los mandamientos del Señor?
3.       El premio a los recabitas (v.18-19)
El Señor en respuesta a la fidelidad de los recabitas les promete que siempre habrá un descendiente de Janadab sirviéndole a El
Preg.Aplic.: ¿Está el Señor premiando mi fidelidad?, ¿estoy disfrutando de una relación plena con Dios y teniendo una vida abundante?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


jueves, 12 de octubre de 2017

Jeremías 34

Jeremías 34
1 La palabra del Señor vino a Jeremías cuando Nabucodonosor rey de Babilonia y todo su ejército, y todos los reinos y pueblos de la tierra bajo su dominio, peleaban contra Jerusalén y contra todas sus ciudades. Le dijo:
2 «Así ha dicho el Señor Dios de Israel: Ve y habla con Sedequías rey de Judá, y dile de mi parte: Yo, el Señor, voy a entregarle esta ciudad al rey de Babilonia, y él le prenderá fuego. 3 Tú no escaparás de sus manos, sino que serás apresado y puesto en sus manos. Tendrás que enfrentarte al rey de Babilonia y hablarás con él cara a cara, y serás llevado a Babilonia. 4 Sin embargo, Sedequías rey de Judá, oye mi palabra: Yo, el Señor, te hago saber que no morirás a filo de espada. 5 Tendrás una muerte tranquila, y se quemarán especias por ti, así como antes se quemaron por tus padres, los reyes que te antecedieron. Se guardará luto por ti, y se dirá “¡Ay, señor!”, porque así lo he dicho.»
—Palabra del Señor.
6 El profeta Jeremías fue a Jerusalén y le repitió todas estas palabras a Sedequías rey de Judá. 7 El ejército del rey de Babilonia se encontraba atacando a Jerusalén, Laquis y Azeca, porque de todas las ciudades fortificadas de Judá sólo éstas habían quedado.
8 La palabra del Señor vino a Jeremías después de que Sedequías hizo un pacto con todo el pueblo en Jerusalén, para dejarlos en libertad 9 y que cada uno dejara libre a sus compatriotas hebreos, para que no hubiera siervos ni siervas israelitas. 10 Cuando se enteraron de esto todos los príncipes, y todo el pueblo que había convenido en el pacto de dejar cada uno libre a su siervo y a su sierva, y de no tenerlos más como siervos, obedecieron y los dejaron en libertad. 11 Pero después cambiaron de parecer y volvieron a tomar como siervos y siervas a los que antes habían dejado libres, y los obligaron a servirles. 12 Entonces la palabra del Señor vino a Jeremías, y le dijo:
13 «Así dice el Señor y Dios de Israel: Cuando yo saqué a sus padres de Egipto, donde eran esclavos, hice un pacto con ellos. Les dije: 14 Al cabo de siete años, cada uno de ustedes dejará en libertad a su hermano hebreo que le haya sido vendido. Le servirá seis años, y después de ese tiempo lo dejará en libertad. Pero los padres de ustedes no me hicieron caso ni me prestaron atención. 15 Sin embargo, hoy ustedes se habían vuelto a mí y habían hecho lo recto delante de mis ojos, al anunciar cada uno libertad a su prójimo. Habían hecho un pacto en mi presencia, en la casa donde se invoca mi nombre. 16 Pero al cambiar de parecer han profanado mi nombre. Cada uno de ustedes ha vuelto a tomar a sus siervos y siervas, que habían dejado en libertad, y una vez más los han hecho sus esclavos. 17 Por eso, yo, el Señor, declaro: Como ustedes no me han obedecido para promulgar cada uno la libertad de su hermano y compañero, ahora yo voy a promulgar la libertad de la espada, la peste y el hambre. ¡Voy a hacer que todos los reinos de la tierra se horroricen al verlos!
—Palabra del Señor.
18 »A los que transgredieron mi pacto y no cumplieron sus términos, los cuales pactaron en mi presencia, los voy a partir en dos, del mismo modo que se partió en dos el becerro con el que se selló el pacto. Voy a partir en dos 19 a los príncipes de Judá y de Jerusalén, a los oficiales y sacerdotes, y a todo el pueblo de la tierra; en fin, ¡a todos los que pasaron por en medio de las dos partes del becerro! 20 Voy a ponerlos en manos de sus enemigos, que quieren matarlos. Sus cadáveres les servirán de comida a las aves de rapiña y a los animales salvajes. 21 Al rey Sedequías y a sus príncipes los entregaré en manos de sus enemigos, que quieren matarlos, y en manos del ejército del rey de Babilonia, que ha dejado de atacarlos. 22 Voy a darles la orden de volver a esta ciudad, y de que la ataquen y la conquisten, y le prendan fuego. Voy a hacer de las ciudades de Judá un desierto, hasta que no quede un solo habitante.»
—Palabra del Señor.

EL JUCIO CONTRA LA DESOBEDIENCIA DE JUDA
1.       Mensaje al rey Sedequías sobre su muerte (v.1-7)
El Señor le habla a Sedequías que Jerusalén y otras ciudades serán tomadas por Babilonia, será esclavo de ellos, pero tendrá una muerte con honores
Preg.Aplic.: ¿Me estoy sujetando a la voluntad de Dios?, ¿estoy confiando en el actuar de Dios en medios de las dificultades?
2.       Mensaje contra la rebeldía al pacto sobre la esclavitud (v.8-22)
Sedequías y el pueblo de Judá hicieron el pacto de liberar a los esclavos hebreos. Pero, aunque al inicio los liberaron, luego volvieron a esclavizar a sus compatriotas. El Señor los castigará por haberse burlado de El y haber profanado Su nombre. Serán destruidos sus ciudades y muertos a manos de sus enemigos.
Preg.Aplic.: ¿Hago pactos a Dios en forma superficial?, ¿estoy obedeciendo los mandamientos de Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC




martes, 10 de octubre de 2017

Jeremías 33

Jeremías 33
1 La palabra del Señor vino a Jeremías por segunda vez, mientras él estaba aún preso en el patio de la cárcel. Le dijo:
10 »Yo, el Señor, declaro: En este lugar, del cual dicen que está desierto y sin gente ni animales, y en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que ahora están en ruinas, sin gente ni animales, 11 volverá a escucharse la voz de gozo y de alegría, la voz del novio y de la novia, la voz de los que dicen: “¡Alabemos al Señor de los ejércitos, porque el Señor es bueno, porque su misericordia es eterna!”, la voz de los que traen a mi casa ofrendas de acción de gracias. Porque yo haré que cambie la suerte de esta tierra, la cual volverá a ser lo que antes fue. Yo, el Señor, lo he dicho.
12 »Yo, el Señor de los ejércitos, declaro: En este lugar desierto, sin gente ni animales, y en todas sus ciudades, volverá a haber pastos donde los pastores harán pacer a sus ganados. 13 En las ciudades de las montañas y de la Sefela, y en las ciudades del Néguev en la tierra de Benjamín y alrededor de Jerusalén, y en las ciudades de Judá, se volverán a contar los ganados. Yo, el Señor, lo he dicho.
14 »Vienen días en que yo confirmaré las buenas promesas que he hecho a la casa de Israel y a la casa de Judá.
—Palabra del Señor.
15 »Cuando llegue el día y el momento, haré que de David surja un Renuevo de justicia, que impondrá la justicia y el derecho en la tierra. 16 En esos días Judá será salvado, y Jerusalén habitará segura y será llamada “El Señor es nuestra justicia”.
17 »Yo, el Señor, declaro: Nunca faltará un sucesor de David en el trono de la casa de Israel. 18 Tampoco faltarán sacerdotes ni levitas que todos los días ofrezcan ante mí holocaustos, ofrendas quemadas y sacrificios.»
19 La palabra del Señor vino a Jeremías, y le dijo:
20 «Yo, el Señor, declaro: El día que mi pacto con el día y con la noche llegue a su fin, de tal manera que no vuelva a haber ni día ni noche, 21 ese día también llegará a su fin mi pacto con mi siervo David para que sus descendientes reinen sobre su trono, lo mismo que mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros. 22 Porque yo multiplicaré la descendencia de mi siervo David, y la de los levitas que me sirven. Serán como el ejército del cielo, que no puede ser contado, y como la arena del mar, que no se puede medir.»
23 La palabra del Señor vino a Jeremías, y le dijo:
24 «¿Te has fijado que hay quienes dicen que yo, el Señor, he rechazado a las dos familias que escogí? ¡Tan en poco tienen a Israel y Judá que ya no los consideran una nación! 25 Pues yo, el Señor, declaro: Si mi pacto con el día y la noche dejara de tener validez, y quitara yo las leyes que gobiernan al cielo y a la tierra, 26 entonces también llegaría yo a rechazar a la descendencia de Jacob y de mi siervo David, y no tomaría a ninguno de sus descendientes para gobernar a la posteridad de Abrahán, Isaac y Jacob. Pero lo cierto es que yo haré volver a sus cautivos, y tendré de ellos misericordia.»

LA RESTAURACION COMPLETA DE ISRAEL
El Señor habla a Jeremías, el Todopoderoso, Elohim y le confirma su total restauración:
·         “Clama a mi y te responderé con cosas grandes y maravillosas que no conoces” (v.3)
·         “Voy a sanar toda herida y destrucción, y traerá paz abundante y duradera” (v.4-6)
·         “Haré volver a los cautivos y los restableceré como al principio” (v.7). Nota: Referencia a Genesis 1: Una relación completa de Dios y su creación.
·         “Los limpiaré y perdonaré de todo pecado y rebeldía” (v.8)
·         Jerusalén será motivo de gozo, alabanza y gloria. Las naciones van a temer por todo el bien y paz que les daré (v.9)
·         En los lugares destruidos se volverá a escuchar gozo y alegría, y alabarán al Señor por su bondad y misericordia porque cambiaré la suerte de esta tierra y volverá a ser lo que antes fue, dice el Señor (v.10-11)
·         En los lugares desiertos volverán a haber pastos y ganado. Confirma las promesas que ha hecho a Israel (v.12-14)
·         Levantará un heredero de David que imparta justicia y rectitud. El Señor será la justicia de Jerusalén (v.15-16). Nota: Referencia a Cristo
·         Nunca faltará sucesor de David ni sacerdotes que ofrezcan ofrendas al Señor (v.17). Nota: Referencia al sacerdocio de la iglesia
·         El Señor va a cumplir su pacto con Israel como sale el sol y la luna, y los multiplicará y los hará poderosos (v.19-26)
Preg.Aplic.: ¿Estoy clamando a Dios y creyendo en sus prontas respuestas?, ¿está el Señor sanando toda enfermedad?, ¿vivo en paz y plenitud?, ¿está restableciendo el Señor mi vida como al principio?, ¿estoy arrepentido de todo pecado y disfruto del perdón restaurador de Dios?, ¿está el Señor levantando mi vida como testimonio al mundo?, ¿está el Señor dándome prosperidad integral?, ¿he entregado mi vida a Cristo?, ¿estoy siendo un real sacerdote y sirvo a Dios siempre?, ¿creo completamente en Dios y en sus promesas?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


jueves, 5 de octubre de 2017

Jeremias 32

Jeremías 32
1 La palabra del Señor vino a Jeremías en el año décimo de Sedequías rey de Judá, que fue el año decimoctavo de Nabucodonosor. 2 El ejército del rey de Babilonia tenía entonces sitiada a Jerusalén, y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la cárcel que estaba en el palacio del rey de Judá. 3 Sedequías rey de Judá lo había encarcelado porque cuestionaba lo que Jeremías había profetizado, y que era lo siguiente:
«Así ha dicho el Señor: “Voy a entregar esta ciudad en manos del rey de Babilonia, y éste la conquistará. 4 Sedequías rey de Judá no podrá escapar de las manos de los caldeos. Más bien, será entregado en manos del rey de Babilonia, y tendrá que enfrentarse a él cara a cara. 5 Además, Sedequías será llevado cautivo a Babilonia, y allá se quedará hasta que yo lo visite. Y si ustedes les declaran la guerra a los caldeos, no les irá bien.”»
—Palabra del Señor.
6 La palabra del Señor vino a mí, y me dijo:
7 «Jeremías, toma en cuenta que Janamel, el hijo de tu tío Salún vendrá a verte, y te pedirá que le compres el terreno que tiene en Anatot, pues tú tienes sobre él derecho de comprar.»
8 En efecto, y conforme a la palabra del Señor, mi primo Janamel fue a verme al patio de la cárcel, y me dijo:
«Cómprame el terreno que tengo en Anatot, en tierra de Benjamín, pues tú tienes derecho de compra sobre él, así que a ti te corresponde rescatarlo. Cómpralo para ti.»
Con esto reconocí que ésta era palabra del Señor, 9 y compré el terreno de mi primo Janamel, el cual estaba en Anatot, y le pagué por él diecisiete monedas de plata. 10 Preparé la carta de compraventa y la sellé, la certifiqué en presencia de testigos, y le pesé el dinero. 11 Una vez sellada la carta de compraventa, conforme al derecho y la costumbre, la tomé junto con la copia abierta, 12 y se la di a Baruc hijo de Nerías, hijo de Maseías, en presencia de mi primo Janamel y de los testigos que la habían suscrito, así como de todos los judíos que estaban en el patio de la cárcel. 13 También en presencia de ellos le di a Baruc las siguientes instrucciones:
14 «Así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel: “Toma estas cartas, es decir, la carta de compraventa sellada, y la copia abierta, y ponlas en una vasija de barro, para que se conserven durante mucho tiempo. 15 Porque el Señor de los ejércitos y Dios de Israel ha dicho que en este país todavía se comprarán casas, terrenos y viñas.”»
16 Después de darle a Baruc hijo de Nerías la carta de compraventa, oré al Señor. Le dije:
17 «¡Señor, Señor! Tú, con tu gran poder y con tu brazo extendido, hiciste el cielo y la tierra. No hay para ti nada que sea difícil. 18 Tú muestras tu misericordia a miles de gente, y castigas la maldad de los padres en sus hijos. Dios grande y poderoso, tu nombre es Señor de los ejércitos. 19 Tus planes son impresionantes, tus hechos son portentosos; siempre estás atento a los actos del género humano, y a cada uno de nosotros nos das lo que merecemos, según lo que cada uno haya hecho. 20 Tú hiciste señales y portentos en tierra de Egipto, y hasta este día sigues haciéndolos en Israel; te has ganado el reconocimiento de toda la humanidad, como puede verse el día de hoy. 21 Con señales y portentos, con mano fuerte y brazo extendido, e infundiendo gran terror, sacaste de Egipto a tu pueblo Israel 22 y le diste esta tierra, la cual fluye leche y miel, tierra que habías jurado a sus padres que se la darías, 23 y ellos entraron en ella y disfrutaron de ella. Pero no atendieron tu voz, ni siguieron tu ley. No hicieron nada de lo que les mandaste hacer, y por eso les has enviado todo este mal.
24 »¡Mira! La ciudad va a ser entregada en manos de los caldeos, que pelean contra ella y que con arietes la atacan para tomarla. Por causa de la espada, del hambre y de la peste ha venido a suceder lo que dijiste que sucedería, ¡y ya lo estás viendo!
25 »¡Señor, Señor! ¿Cómo pudiste decirme que compre para mí el terreno, y que lo pague ante testigos, si la ciudad va a caer en manos de los caldeos?»
26 Y la palabra del Señor vino a mí, y me dijo:
27 «Jeremías, yo soy el Señor, el Dios de toda la humanidad. ¿Acaso hay algo que me sea difícil? 28 Yo, el Señor, declaro que voy a entregar esta ciudad en manos de los caldeos, y que Nabucodonosor rey de Babilonia la tomará. 29 Los caldeos que atacan esta ciudad vendrán y le prenderán fuego. La quemarán junto con las casas sobre cuyas azoteas provocaron mi ira al ofrecer incienso a Baal y derramar libaciones a dioses ajenos. 30 Desde su juventud, los hijos de Israel y los hijos de Judá sólo han hecho lo malo delante de mis ojos. Los hijos de Israel no han hecho más que provocarme a ira con las obras de sus manos.
—Palabra del Señor.
31 »Desde el día en que esta ciudad fue edificada, y hasta el día de hoy, lo único que ha hecho es provocar mi enojo y mi furor. Por eso la borraré de mi presencia, 32 por toda la maldad que, para hacerme enojar, han cometido los hijos de Israel y de Judá, junto con sus reyes, príncipes, sacerdotes, profetas, varones de Judá y habitantes de Jerusalén. 33 Me dieron la espalda y no la cara; no quisieron escuchar ni recibir corrección, aun cuando una y otra vez les enseñaba. 34 Al contrario, contaminaron la casa en donde se invoca mi nombre, al poner allí sus ídolos repugnantes; 35 para hacer pecar a Judá edificaron lugares altos en honor de Baal, los cuales aún están en el valle del Ben Jinón, y en honor a Moloc hicieron pasar por el fuego a sus hijos y sus hijas, un hecho repugnante que nunca les mandé hacer, ni me pasó por la mente que harían.»
36 Por todo eso, ahora el Señor y Dios de Israel dice a esta ciudad, acerca de la cual ustedes dicen que, por causa de la espada, el hambre y la peste, va a caer en manos del rey de Babilonia:
37 «Voy a reunirlos de todos los países por los que, en mi furor y gran indignación, los esparcí, y los haré volver a este lugar para que vivan tranquilos. 38 Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios. 39 Yo les daré un solo corazón y un solo camino, para que me teman perpetuamente, para bien de ellos y de sus hijos. 40 Haré con ellos un pacto eterno, y nunca dejaré de hacerles bien. Pondré mi temor en su corazón, para que no se aparten de mí, 41 y en verdad me regocijaré de hacerles bien. Con todo mi corazón y con toda mi alma los plantaré en esta tierra.»
42 Así ha dicho el Señor:
«Así como descargué todo este gran mal sobre este pueblo, así también derramaré sobre ellos todo el bien que les he prometido. 43 Y aunque al hablar de esta tierra ustedes dicen que está desierta, y sin gente ni animales, y que caerá en manos de los caldeos, yo les digo que volverán a poseerla. 44 En el territorio de Benjamín y en los contornos de Jerusalén volverán a comprarse terrenos por dinero, y se harán las escrituras y se sellarán en presencia de testigos. Y esto mismo se hará en las ciudades de Judá, y en las ciudades de las montañas, de la Sefela y del Néguev; porque yo haré volver a sus cautivos.»
—Palabra del Señor.

EL MENSAJE DE RESTAURACION DE DIOS A JEREMIAS Y A ISRAEL
1.       Jeremías preso por Sedequías (v.1-5)
Cuando Nabucodonosor sitia a Jerusalén estaba Jeremías en la cárcel porque el rey de Sedequías cuestionaba su profecía respecto a la caída de Israel.
Preg.Aplic.: ¿Estor confiando o cuestionando la Palabra de Dios?, ¿me sujeto o me rebelo a la voluntad de Dios?
2.       Jeremías compra un terreno (v.6-15)
El Señor le muestra que su primo Janamel le ofrecerá comprar un terreno. Justamente, el primo lo busca en la cárcel y le ofrece el terreno y entiende que es la voluntad de Dios, y lo compra con las formalidades de Israel. Pide guardar el contrato de compra en una vasija.
Preg.Aplic.: ¿Estoy escuchando atentamente la Palabra de Dios?, ¿estoy aprovechando las oportunidades que Dios me da?, ¿me conduzco en la voluntad de Dios?. ¿soy serio y formal en mis negocios?
3.       Jeremías ora y se cuestiona por la compra del terreno (v.16-25)
Jeremías ora y reconoce la grandeza de Dios y sus planes impresionantes. El liberó a Israel de Egipto y le dio herencia, pero no obedecieron y ahora enfrentan Su juicio. Es por ello, que Jeremías tiene dudas de la compra porque Babilonia los va a destruir.
Preg.Aplic.: ¿Estoy desarrollando una vida de oración?, ¿estoy alabando y reconociendo la grandeza de Dios?, ¿me angustio por las circunstancias y dudo de la voluntad de Dios?
4.       El Señor enseñan a Jeremías (v.26-44)
El Señor le confirma que Babilonia destruirá a Jerusalén. El juicio viene porque Israel ha hecho lo malo ante El. Pero, les anuncia que El los hará volver y los restaurará:
·         Serán el pueblo de Dios (v.38)- Obra de Cristo
·         Les dará un solo corazón (v.39) – Nuevo nacimiento
·         Les dará un solo camino (v.39)- Cristo
·         Tendrán temor perpetuo por Dios para bien de sus familias (v.39)- Obra del Espiritu Santo
·         Hará un pacto eterno (v.40)- La salvación en Cristo Jesús
·         Dios siempre les hará bien (v.40)- Misericordia
·         Pondrá el temor de Dios en su corazón para no apartarse de El (v.41)- Obra del Espiritu Santo
·         Les volverá dar nuevas herencias. La compra de Jeremías es una señal de lo que vendrá (v. 42-44)- Volver al origen: promesa de Genesis 1
Preg.Aplic.: ¿Estoy sufriendo por mis pecados?, ¿estoy disfrutando de la salvación en Cristo?, ¿estoy confiando y dependiendo del Espiritu Santo?, ¿estoy cada día creciendo en fi en Cristo?, ¿estoy disfrutando de las bendiciones de Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán

Equipo AATC

miércoles, 4 de octubre de 2017

Jeremías 31

Jeremías 31
1 «En aquel tiempo, yo seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellas serán mi pueblo.»
—Palabra del Señor.
2 Así ha dicho el Señor:
«Israel, un pueblo que escapó de morir a filo de espada, halló gracia en el desierto y ahora avanza en busca de reposo.»
3 Hace ya mucho tiempo, el Señor se hizo presente y me dijo:
«Yo te amo con amor eterno. Por eso te he prolongado mi misericordia. 4 Yo volveré a reconstruirte, virginal Jerusalén. Y serás reconstruida, y te adornarán con panderos para que dances con alegría. 5 Los que plantan viñas las plantarán en los montes de Samaria, y disfrutarán de sus uvas. 6 Viene el día en que los guardianes del monte de Efraín gritarán: “¡Vamos, arriba todos! ¡Subamos a Sión, al monte del Señor nuestro Dios!”»
7 Así ha dicho el Señor:
«¡Griten de alegría por Jacob! ¡Llénense de júbilo por la nación más importante! ¡Hagan resonar sus alabanzas! ¡Pídanme que salve a mi pueblo, al remanente de Israel!
8 Yo los hago volver del país del norte; los estoy reuniendo de los confines de la tierra. Entre ellos vienen ciegos, cojos, mujeres encintas y recién paridas; ¡vuelven acompañados de una gran muchedumbre!
9 Con llanto en los ojos se fueron, pero yo los haré volver con gran misericordia; al volver, los llevaré por arroyos de aguas, por caminos rectos, para que no tropiecen. Yo soy el padre de Israel, y Efraín es mi primogénito.»
10 Ustedes, las naciones, oigan la palabra del Señor. Háganlo saber en las costas más lejanas. Digan que el que esparció a Israel ahora lo reúne, y que lo cuidará como cuida el pastor a su rebaño. 11 Porque el Señor ha redimido a Jacob; lo ha redimido del poder del que era más fuerte que él.
12 «Ellos vendrán a las alturas de Sión entre gritos de alegría, y se deleitarán con mis bondades: con el pan, el vino y el aceite, y el ganado de las ovejas y de las vacas; y ellos mismos serán como un huerto bien regado, y nunca más volverán a experimentar el dolor.
13 Entonces las doncellas danzarán con alegría, lo mismo que los jóvenes y los ancianos. Yo los consolaré, y cambiaré sus lágrimas en gozo y su dolor en alegría. 14 Satisfaré abundantemente y con lo mejor el hambre y la sed de los sacerdotes y de mi pueblo.»
—Palabra del Señor.
15 Así ha dicho el Señor:
«Se oye una voz en Ramá; amargo llanto y lamento. Es Raquel, que llora por sus hijos, y no quiere que la consuelen, porque ya han muerto.»
16 Así ha dicho el Señor:
«Reprime tu llanto y tus sollozos; seca las lágrimas de tus ojos, porque no has trabajado en vano: tus hijos volverán de ese país enemigo.
—Palabra del Señor.
17 »Tus descendientes tienen esperanza; tus hijos volverán a su propia tierra.
—Palabra del Señor.
18 »He escuchado a Efraín llorar y lamentarse: “Me azotaste. He sido castigado como un novillo indómito. Pero haz que me vuelva a ti, y a ti me volveré, porque tú eres el Señor, mi Dios. 19 Después de apartarme de ti, me arrepentí; después de reconocer mi falta, me herí en el muslo. Me quedé avergonzado y confundido, porque cargué con la afrenta de mi juventud.”
20 »¡Pero Efraín, tú eres mi hijo más querido! ¡Eres el niño en quien me complazco! Siempre que hablo de ti, lo hago con mucho cariño. Por ti, el corazón se me estremece. Ciertamente tendré de ti misericordia.»
—Palabra del Señor.
21 ¡Regresa, virginal Israel! ¡Regresa a tus ciudades por el mismo camino por el que te fuiste! ¡Pon señales y marcas, y fíjate bien cuál es el camino!
22 ¿Hasta cuándo vas a andar errante, mujer contumaz? El Señor ha establecido algo nuevo en la tierra: ¡la mujer corteja al varón!
23 Así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel:
«Cuando yo haga volver a los cautivos, en la tierra de Judá y en sus ciudades volverán a decirse estas palabras: “¡Que el Señor te bendiga, monte santo, mansión de justicia!”
24 Y Judá volverá a vivir allí, y en todas sus ciudades, y habrá allí labradores y pastores con sus rebaños. 25 Yo satisfaré el hambre y la sed de la gente triste y fatigada.»
26 De pronto desperté, abrí los ojos, ¡y me encantó lo que había soñado!
27 «Vienen días en que llenaré la casa de Israel y la casa de Judá con multitudes de hombres y de animales.
—Palabra del Señor.
28 »Y así como me ocupé de ellos para arrancar y destruir, y arruinar, derribar y afligir, también me ocuparé de ellos para construir y plantar.
—Palabra del Señor.
29 »En esos días no volverá a decirse “Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera”, 30 sino que cada cual morirá por su propia maldad. La dentera la tendrán los dientes de todo el que coma las uvas agrias.
31 »Vienen días en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
—Palabra del Señor.
32 »No será un pacto como el que hice con sus padres cuando los tomé de la mano y los saqué de la tierra de Egipto. Porque yo fui para ellos como un marido, pero ellos quebrantaron mi pacto.
—Palabra del Señor.
33 »Cuando hayan pasado esos días, el pacto que haré con la casa de Israel será el siguiente: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón. Y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
—Palabra del Señor.
34 »Nadie volverá a enseñar a su prójimo ni a su hermano, ni le dirá: “Conoce al Señor”, porque todos ellos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán. Y yo perdonaré su maldad, y no volveré a acordarme de su pecado.»
—Palabra del Señor.
35 Así ha dicho el Señor, cuyo nombre es el Señor de los ejércitos; el que ha puesto al sol la ley de alumbrar durante el día, y a la luna y las estrellas la ley de alumbrar de noche; el que agita el mar y hace que rujan sus olas:
36 «Mientras estas leyes sigan vigentes, Israel y sus descendientes serán también ante mí una nación para siempre.»
—Palabra del Señor.
37 Así ha dicho el Señor:
«Yo desecharé a todos los descendientes de Israel por todo lo que hicieron, sólo cuando los altos cielos puedan medirse, y cuando los fundamentos inferiores de la tierra puedan explorarse.
—Palabra del Señor.
38 »Vienen días en que la ciudad será reconstruida en mi honor, desde la torre de Jananel hasta la puerta angular.
—Palabra del Señor.
39 »Los linderos de la ciudad se extenderán en dirección a la colina de Gareb, y rodearán a Goa. 40 Y todo el valle donde se entierra a los muertos y se tira la ceniza, y todas las llanuras hacia el oriente, hasta el arroyo de Cedrón y hasta la esquina de la Puerta de los Caballos, estarán consagradas a mí, y nunca más Jerusalén volverá a ser arrancada ni destruida.»

EL NUEVO PACTO DE DIOS CON SU PUEBLO
1.       La restauración de Israel (v.1-14)
El Señor restaurará a Su pueblo Israel. El siempre los ha amado, extenderá su misericordia y Jerusalén será reconstruida con tierras productivas. Redimidos por Dios, vendrán del norte muchos afectados por dolencias y con llanto disfrutarán de la salvación del Señor con gozo. El Señor los consolará y les proveerá en abundancia.
Preg.Aplic.: ¿Estoy creyendo en la restauración integral del Señor?, ¿estoy esperando y confiando en los tiempos de Dios?, ¿creo en el pronto actuar del Señor?
2.       La respuesta de Dios al sufrimiento de Israel (v.15-30)
El Señor en su tiempo va a consolar todo llanto y clamor de Israel. Israel está arrepentido de sus pecados. El Señor ama y tiene misericordia por Su pueblo, y los sanará y los multiplicará nuevamente.
Preg.Aplic.: ¿Estoy buscando y clamando a Dios?, ¿hay en mi vida un verdadero arrepentimiento de cambio?
3.       Dios hará un nuevo pacto con Israel (v.31-40)
El Señor va a hacer un nuevo pacto con Israel. Será un pacto mayor que el hecho con sus padres en Egipto. En el nuevo, podrá Su ley en la mente y será escrita en los corazones. Los redimidos conocerán a Dios y el Señor los perdonará y restaurará. Hará una sola nación y restaurará a Israel. Nota: Esta es una referencia a Cristo quien con su obra hizo un nuevo pacto y refiere a la obra del Espiritu Santo en el creyente. La iglesia representa a la nueva nación.
Preg.Aplic.: ¿Estoy viviendo en el nuevo pacto en Cristo?, ¿estoy creciendo y dependiendo del Espiritu Santo?


Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán

Equipo AATC

lunes, 2 de octubre de 2017

Jeremías 30

Jeremías 30
1 La palabra del Señor vino a Jeremías, y le dijo:
2 «Así ha dicho el Señor y Dios de Israel: “Escribe en un rollo de cuero cada una de las palabras que te he dicho. 3 Porque se acerca el día en que haré volver del exilio a mi pueblo, Israel y Judá. Los traeré a la tierra que le entregué a sus padres, y tomarán posesión de ella.”»
—Palabra del Señor.
4 El Señor habló también acerca de Israel y de Judá. Éstas fueron sus palabras:
5 «Así ha dicho el Señor: “Se oye un grito de terror; un grito de miedo y no de paz. 6 Vamos a ver: ¿Desde cuando los hombres dan a luz? ¿Cómo es que a todos ellos los veo con los brazos en jarras, como mujeres parturientas? ¿Cómo es que todos ellos tienen pálido el rostro? 7 ¡Ah, qué terrible será ese día! ¡Terrible como ninguno otro! Serán tiempos de angustia para los de Jacob, pero lograrán sobrevivir!”
8 »En aquel día, yo haré pedazos el yugo que pesa sobre su cuello, y reventaré sus coyundas. Ningún extranjero volverá a esclavizarlos.
—Palabra del Señor de los ejércitos.
9 »Sólo servirán al Señor su Dios, a David su rey, y a quien yo haga reinar en su lugar.
10 »Así que no tengas miedo, mi querido siervo Jacob. No tengas ningún temor, Israel, porque yo te salvaré, a ti y a tu descendencia, de esa tierra lejana donde ahora estás cautivo. Tú, Jacob, volverás de allá, y vivirás tranquilo y en paz, sin que nadie te infunda terror.
—Palabra del Señor.
11 »Yo estoy contigo, para salvarte Destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí, pero a ti no te destruiré. Por supuesto, no dejaré de castigarte, pero mi castigo será lo justo.
—Palabra del Señor.
12 »Así ha dicho el Señor: “Tu fractura es incurable, y muy dolorosa tu llaga. 13 No hay quien defienda tu caso. Ningún remedio sirve para sanar tu herida. 14 Todos tus amantes te han olvidado. Ya no te buscan. Y es que yo te herí como se hiere a un enemigo. Por causa de tu mucha maldad y de tus muchos pecados te azoté como a un cruel adversario.
15 ¿Para qué gritar por causa de tu fractura? Tu dolor es incurable. Y te he tratado así por causa de tu mucha maldad y de tus muchos pecados. 16 Pero todos los que te devoran serán devorados; todos tus adversarios serán llevados al cautiverio. Los que te pisotearon serán pisoteados, y los que te saquearon serán saqueados. 17 Aunque te han llamado ‘la despreciada’, y aunque dicen: ‘Ésta es Sión, de la que nadie se acuerda’, yo te devolveré la salud y sanaré tus heridas.”
—Palabra del Señor.
18 »Así ha dicho el Señor: “Fíjate bien: Yo haré que cambie la suerte de las tiendas de Jacob. Tendré misericordia de sus campamentos; la ciudad será edificada sobre su colina, y el templo será restaurado. 19 De en medio de ellos saldrán alabanzas, voces de una nación en pleno regocijo. Yo haré que, lejos de disminuir, el número de ellos se multiplique. Yo los multiplicaré, y aumentaré su número. 20 Sus hijos volverán a ser lo que antes fueron, y su congregación será confirmada ante mí. ¡Yo castigaré a todos sus opresores! 21 De entre ellos surgirá su príncipe, que será quien los gobierne. Yo le permitiré acercarse a mí, y él se acercará; pues ¿de qué otra manera podría alguien atreverse a acercarse a mí?”
—Palabra del Señor.
22 »Y ustedes serán mi pueblo, y yo seré su Dios.»
23 La tempestad del Señor se desata con furor; la tempestad que se está gestando caerá sobre la cabeza de los impíos. 24 El ardor de la ira del Señor no se calmará hasta que haya realizado los designios de su corazón. Pero esto lo entenderán ustedes cuando ya sea demasiado tarde.

UN MENSAJE POSITIVO PARA ISRAEL
1.       Un mensaje de aliento (v.1-9)
EL Señor da un mensaje de aliento a Israel: los va a hacer volver del exilio y tomarán la tierra prometida. Aunque pasarán grandes angustias, luego sobrevivirán y serán liberados de esclavitud, y servirán sólo a Dios y al rey de Israel.
Preg.Aplic.: ¿Estoy pasando angustias, pero tengo esperanza del pronto actuar de Dios?, ¿estoy creyendo en Dios y en sus promesas?
2.       La afirmación de Dios (v.10-22)
El Señor afirma a Israel: “no tengas miedo, te voy a salvar, volverás a vivir en paz, yo estoy contigo, te castigaré justamente por tus muchos pecados, te haré justicia de tus enemigos, te sanaré, tu ciudad y el templo serán restaurados, yo te multiplicaré, te levantaré un nuevo rey, serás mi pueblo y yo seré tu Dios”.
Preg.Aplic.: ¿Creo y confío en la Palabra de Dios?, ¿creo en Dios va a obrar poderosamente en vida y que todo tiempo de dificultad pasará y vendrá tiempo de restauración?, ¿soy pueblo de Dios, el Señor es mi Dios?
3.       El Señor hará su justicia (v.23-24)
El Señor va a ejecutar su justicia contra Israel y sus enemigos por sus múltiples pecados. La restauración no será inmediata, sino luego de arrepentimiento y de Su tiempo soberano.
Preg.Aplic.: ¿Estoy aceptando con humildad la disciplina de Dios?, ¿en medio de las dificultades clamo y busco a Dios?, ¿si estoy padeciendo adversidades por causa de mis pecados, hay en mi corazón un verdadero arrepentimiento de cambio?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC