Salmos 95
1 ¡Vengan y
con alegría aclamemos al Señor! ¡Cantemos con júbilo a la roca de nuestra
salvación!
2 ¡Lleguemos
ante su presencia con alabanza! ¡Aclamémosle con cánticos!
3 ¡Grande es
el Señor, nuestro Dios! ¡Gran Rey es él sobre todos los dioses!
4 En su mano
están las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son suyas.
5 Suyo es
también el mar, pues él lo hizo, y sus manos formaron la tierra seca.
6 ¡Vengan, y
rindámosle adoración! ¡Arrodillémonos delante del Señor, nuestro Creador!
7 El Señor
es nuestro Dios, y nosotros somos el pueblo de su prado; ¡somos las ovejas de
su mano!
«Si hoy
escuchan ustedes mi voz, 8 no endurezcan su corazón, como en Meriba, como en el
día de Masah, en el desierto.
9 Allí los
padres de ustedes me tentaron; me pusieron a prueba, aunque vieron mis obras.
10 Cuarenta
años estuve disgustado con esa gente, y me dije: “El corazón de este pueblo
divaga; no han conocido mis caminos.”
11 Por eso,
en mi furor juré que no entrarían en mi reposo.»
LA ALABANZA AL SEÑOR
1. La adoración al rey (v.1-7a)
Cantar
con júbilo al Señor que es grande y tiene control de su creación. Llama a
adorar y humillarse ante Dios.
Preg.Aplic.: ¿Mi vida es de adoración
constante a Dios?, ¿m estoy humillando y rindiendo a El?
2. La lección de Israel (v.7b-11)
No
hay que endurecer el corazón como lo hizo Israel en el desierto ni tentar a
Dios cuestionándolo.
Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo humilde en
confiar y depender de Dios?, ¿me estoy sujetando a Su voluntad?
Oremos,
Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC
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