Salmos
119:9-16
9 ¿Cómo
puede el joven limpiar su camino?, ¡Obedeciendo tu palabra!
10 Yo te he
buscado de todo corazón; ¡no dejes que me aparte de tus mandamientos!
11 En mi
corazón he atesorado tus palabras, para no pecar contra ti.
12 ¡Bendito
seas, Señor! ¡Permíteme aprender tus estatutos!
13 Con mis
labios siempre proclamo todas las sentencias que has dictado.
14 Me alegra
seguir el camino de tus testimonios más que poseer muchas riquezas.
15 Siempre
medito en tus mandamientos, y fijo mi atención en tus sendas.
16 Mi
alegría es el cumplir tus estatutos; ¡nunca me olvido de tus palabras!
LA OBEDIENCIA A LA LEY DE DIOS
El salmista
señala las bendiciones de la obediencia a la Palabra de Dios:
1.
Para una vida limpia hay que obedecer (v.9)
2.
Para ser fiel hay que buscar al Señor (v.10)
3.
Para no pecar hay que atesorar la ley: aprender sus
estatutos, memorizarlos y proclamar sus decretos (v.11-13)
4.
Hay contentamiento en seguir sus mandamientos
(v.14)
5.
Debe haber constancia en meditar la Palabra y en
el foco en seguir a Dios (v.15)
6.
Hay gozo en cumplir la ley de Dios (v.16)
Preg. Aplic.: ¿Cómo está mi vida: limpia?, ¿le
estoy buscando?, ¿estoy leyendo, memorizando y aplicando al Palabra de Dios a
mi vida?, ¿hay gozo y contentamiento en mi vida?
Oremos,
Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC
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