Salmos 119:112-120
Sámej
113 No
soporto a la gente hipócrita, pero amo tus enseñanzas.
114 Tú eres
mi escondite; eres mi escudo; en tu palabra he puesto mi esperanza.
115 Ustedes
los malhechores: ¡apártense de mí, que quiero obedecer los mandamientos de mi
Dios!
116
Aliméntame con tu palabra, y viviré; ¡no permitas que se frustre mi esperanza!
117
Sosténme, y estaré a salvo, y siempre me alegraré en tus estatutos.
118 Tú
humillas a los que se apartan de tus estatutos, porque su astucia es pura
falsedad.
119 Consumes
como a basura a todos los malvados, por eso yo amo tus testimonios.
120 Todo mi
ser se estremece de temor; ¡tiemblo a causa de tus sentencias!
LA REALIDAD DEL SALMISTA
El salmista muestra
su realidad ante la ley de Dios:
1.
Ama Sus enseñanzas y se mantiene firme porque El
es su escondite y escudo (v.113-114)
2.
Decide ser obediente y alimentarse de Su Palabra
(v.115-116)
3.
Hay alegría y sustento en Sus testimonios, no
quiere ser humillado ni desechado (v.117-119)
4.
Teme a Sus sentencias (v.120)
Preg. Aplic.: ¿Me estoy manteniendo firme
ante Sus enseñanzas?, ¿es el Señor mi escondite?, ¿me estoy alimentando de la
Palabra de Dios?, ¿vivo en obediencia al Señor?
Oremos,
Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC
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