domingo, 5 de octubre de 2014

Salmos 63

Salmos 63
1 Dios mío, ¡tú eres mi Dios!. Yo te buscaré de madrugada. Mi alma desfallece de sed por ti; mi ser entero te busca con ansias, en terrenos secos e inhóspitos, sin agua, 2 con deseos de ver tu poder y tu gloria, como los he mirado en el santuario.
3 Tu misericordia es mejor que la vida; por eso mis labios te alaban.
4 ¡Yo te bendeciré mientras tenga vida, y en tu nombre levantaré mis manos!
5 Mi alma quedará del todo satisfecha, como si comiera los mejores platillos, y mis labios te aclamarán jubilosos 6 al pensar en ti recostado en mi lecho, al meditar en ti durante mis desvelos.
7 Porque tú has sido mi socorro, alegré viviré bajo la sombra de tus alas.
8 Mi alma está apegada a ti; tu mano derecha me brinda apoyo.
9 Los que buscan matarme y acabar conmigo caerán a lo más profundo de la tierra.
10 Los matarán a filo de espada; servirán de alimento a los chacales.
11 Pero el rey se regocijará en Dios, y todos los que juran por él serán alabados, pero la boca de los mentirosos será acallada.

EL SALMISTA CONFIA Y DEPENDE DE DIOS
1.       La confianza total del salmista (v.1-8)
El salmista está totalmente necesitado del Señor. Tiene confianza y gozo en el Señor. Depende del Señor y está pegado a El.
Preg.Aplic.: ¿Estoy recociendo mi necesidad del Señor?, ¿tengo confianza y gozo en mi Dios?, ¿estoy dependiendo del Señor en todo?
2.       El resultado de su confianza (v.9-11)
Sus enemigos van a caer en sus pecados, pero el rey cantará victoria en el Señor.
Preg.Aplic.: ¿Confío en la justicia de Dios más que en la justicia del hombre?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán


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