miércoles, 28 de octubre de 2020

Marcos 8


 Marcos 8

1 Por esos días volvió a reunirse una gran multitud. Como no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:

2 «Esta gente me parte el corazón. Hace ya tres días que están conmigo, y no tienen qué comer.

3 Si los mando a sus casas en ayunas, podrían desmayarse en el camino, pues algunos de ellos han venido de muy lejos.»

4 Sus discípulos le respondieron: «¿Y dónde vamos a conseguirles pan suficiente en un lugar tan apartado como éste?»

5 Jesús les preguntó: «¿Cuántos panes tienen ustedes?» Y ellos respondieron: «Siete.»

6 Entonces Jesús mandó a la multitud que se recostara en el suelo, luego tomó los siete panes, y después de dar gracias los partió y se los dio a sus discípulos, para que ellos los repartieran entre la multitud. Ellos así lo hicieron.

7 Tenían también unos cuantos pescaditos, así que Jesús los bendijo y mandó también que los repartieran. 8 Toda la gente comió hasta quedar satisfecha y, cuando recogieron lo que sobró, llenaron siete canastas. 9 Los que comieron eran como cuatro mil. Luego Jesús los despidió 10 y enseguida entró en la barca con sus discípulos para irse a la región de Dalmanuta.

11 Los fariseos llegaron y comenzaron a discutir con él, y para ponerlo a prueba le pidieron que hiciera una señal del cielo.

12 Lanzando un profundo suspiro, Jesús dijo: «¿Por qué pide esta gente una señal? De cierto les digo que ninguna señal se le concederá.»

13 Los dejó entonces, y volvió a entrar en la barca para irse a la otra orilla.

14 Los discípulos se habían olvidado de llevar comida, así que en la barca sólo tenían un pan. 15 Jesús les mandó: «Abran los ojos y cuídense de la levadura de los fariseos, y también de la levadura de Herodes.»

16 Ellos se decían entre sí: «Lo dice porque no trajimos pan.»

17 Pero Jesús se dio cuenta y les dijo: «¿Por qué discuten de que no tienen pan? ¿Todavía no entienden ni se dan cuenta? ¿Todavía tienen cerrada la mente?

18 ¿Tienen ojos, pero no ven? ¿Tienen oídos, pero no oyen? ¿Acaso ya no se acuerdan?

19 Cuando repartí los cinco panes entre los cinco mil, ¿cuántas cestas llenas del pan que sobró recogieron?» Y ellos dijeron: «Doce.»

20 «Y cuando repartí los siete panes entre los cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas del pan que sobró recogieron?» Ellos respondieron: «Siete.»

21 Entonces les dijo: «¿Y cómo es que todavía no entienden?»

22 Cuando fueron a Betsaida, le llevaron un ciego y le rogaron que lo tocara.

23 Jesús tomó la mano del ciego y lo llevó fuera de la aldea. Allí escupió en los ojos del ciego, y luego le puso las manos encima y le preguntó: «¿Puedes ver algo?»

24 El ciego levantó los ojos y dijo: «Veo gente. Parecen árboles que caminan.»

25 Jesús le puso otra vez las manos sobre los ojos, y el ciego recobró la vista y pudo ver a todos de lejos y con claridad.

26 Jesús lo envió a su casa, y le dijo: «No vayas ahora a la aldea.»

27 Jesús y sus discípulos fueron entonces a las aldeas de Cesarea de Filipo. En el camino, Jesús les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»

28 Ellos respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros más, que alguno de los profetas.»

29 Entonces él les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy?» Pedro le respondió: «Tú eres el Cristo.»

30 Pero él les mandó que no dijeran nada a nadie acerca de él.

31 Jesús comenzó entonces a enseñarles que era necesario que el Hijo del Hombre sufriera mucho y fuera desechado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y que tenía que morir y resucitar después de tres días.

32 Esto se lo dijo con toda franqueza. Pero Pedro lo llevó aparte y comenzó a reconvenirlo.

33 Entonces Jesús se volvió a ver a los discípulos, y reprendió a Pedro. Le dijo: «¡Aléjate de mi vista, Satanás! ¡Tú no piensas en las cosas de Dios sino en cuestiones humanas!»

34 Luego llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame.

35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá, y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.

36 Porque ¿de qué le sirve a uno ganarse todo el mundo, si pierde su alma?

37 ¿O qué puede dar uno a cambio de su alma?

38 »Si en esta generación adúltera y pecadora alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.»

 

JESUS SIGUE HACIENDO MILAGROS Y ENSEÑA EL COSTO DE SEGUIRLO

1.       Alimentación de los 4,000 (v.1-10)

El Señor tiene compasión de la gente que, está tres días, sin que comer y han venido de lejos. Los discípulos creen que es imposible. El pregunta que tienen?, 7 panes y unos pescadillos. Jesús ora por los panes y los pescados y los partió a los discípulos para repartir a la multitud. La gente quedó satisfecha y quedaron 7 canastas. Fueron 4,000 hombres.

Preg.Aplic.: ¿Estoy teniendo compasión por las necesidades de los demás?, ¿creo que no  hay nada imposible para Dios?, ¿estoy orando y dependiendo de la provisión de Dios?

2.       El Señor enseña a cuidarse de la levadura, de la incredulidad de los fariseos (v.11-21)

Los fariseos piden una señal del cielo, pero el Señor afirma que no se les concederá. Sigue con sus discípulos. Ellos se olvidaron y no tenían pan, solo uno. El Señor les habla que se cuiden de la levadura de los fariseos, pero ellos creen que es porque no hay pan. Jesús les reprende por tener la mente cerrada. El Señor les recuerda el milagro de la alimentación de los 5,000 y que sobraron 12 cestas, y el de los 4,000 que sobraron 7 cestas. Y les pregunta por qué no entienden.

Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo previsor u olvidadizo?, ¿estoy leudando mi mente con incredulidad y cuestionamientos humanos?, ¿estoy reconociendo los milagros de Dios hoy en mi vida?, ¿soy consciente del obrar de Dios en este tiempo?   

3.       Jesús sana a un ciego (v.22-26)

En Betsaida le lleva a un ciego. Lo llevó a fuera de la aldea y escupió en sus ojos y le puso sus manos. Le preguntó si veía, y le dice que ve a hombres como árboles que caminan.  Le puso nuevamente las manos, y ahora si veía con claridad y de lejos. Le mandó a su casa.

Preg.Aplic.: ¿Creo que Dios puede sanar la ceguera?, ¿tengo paciencia y espero en su sanidad por más que demore y no sea inmediata?

 

 

 

4.       Jesús pregunta por quien es El y reprende a Pedro (v.27-33)

En Cesarea de Filipo, pregunta Jesús a sus discípulos sobre lo que dice la gente quién es el. Le responden que Juan el Bautista, Elías o un profeta. Pero les pregunta a sus discípulos que lo que piensan. Pedro le responde que El es el Cristo.  Asimismo, el Señor les enseña que va a sufrir por los fariseos y que va a morir y resucitar en tres días. Pedro lo juzga y le riñe, Jesús lo reprende porque piensa como hombre y no piensa en las cosas de Dios.

Preg.Aplic.: ¿Para mi quien es Jesús?, ¿Cristo es el salvador de mi vida?, ¿estoy juzgando por las apariencias y sólo me fijo en los hechos como humano?, ¿estoy teniendo una perspectiva espiritual de las cosas acorde a la Palabra de Dios?

5.       El costo de seguir a Cristo (v.34-38)

El que quiera seguirlo debe negarse a sí mismo, tomar su cruz (dispuesto a morir en la cruz) y seguirlo. El que le entrega su vida, va a salvarse y nacerá a una nueva vida. De nada sirve ganar todo el oro del mundo y perder su vida sin salvación. No hay que avergonzarse de Jesús ante este mundo malvado, pero si alguien lo hace cuando Cristo vuelva se avergonzará de ellos ante el Padre.

Preg.Aplic.: ¿Reconozco que soy pecador y me arrepiento de todos mi pecados y acepto a Cristo como mi Señor y salvador?, ¿he nacido a una nueva vida en Cristo?, ¿estoy afanado por ganar oro, fama y éxito material dejando a Dios de lado?, ¿estoy dando testimonio de mi fe al mundo?, ¿o me estoy avergonzando de mi fe ante el mundo?, ¿reconozco mis debilidades y le pido fortaleza al Señor?

 

Oremos,

 

Pedro A. Torres Guzmán

http://atalaatucuello.blogspot.com/

https://www.facebook.com/atalaatucuello/

https://www.instagram.com/atalaatucuello/

Pueden ver el video de la aplicación del devocional en el link:

https://www.youtube.com/watch?v=SMnNYonfutA

 

Equipo AATC

 

lunes, 26 de octubre de 2020

Marcos 7


 

Marcos 7

1 Los fariseos y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén, se acercaron a Jesús 2 y vieron que algunos de sus discípulos comían pan con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado.

3 (Los fariseos, y todos los judíos, viven aferrados a la tradición de los ancianos, de modo que, si no se lavan las manos muchas veces, no comen. 4 Cuando vuelven del mercado, no comen si antes no se lavan. Y conservan también muchas otras tradiciones, como el lavar los vasos en que beben, los jarros, los utensilios de metal, y las camas.)

5 Entonces los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos impuras?»

6 Jesús les respondió: «¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, cuando escribió:

»“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. 7 No tiene sentido que me honren, si sus enseñanzas son mandamientos humanos.”

8 Porque ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, y se aferran a la tradición de los hombres.» [Es decir, al lavamiento de jarros y de vasos para beber, y a muchas otras cosas semejantes.]

9 También les dijo: «¡Qué bien invalidan ustedes el mandamiento de Dios, para mantener su propia tradición!

10 Porque Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”, y también: “El que maldiga al padre o a la madre, morirá irremisiblemente.”

11 Pero ustedes dicen: “Basta que alguien diga al padre o a la madre: ‘Todo aquello con que podría ayudarte es Corbán’ (es decir, mi ofrenda a Dios)”, 12 y con eso ustedes ya no permiten que nadie ayude más a su padre o a su madre.

13 Es así como ustedes invalidan la palabra de Dios con la tradición que se han transmitido, además de que hacen muchas otras cosas parecidas.»

14 Jesús volvió a llamar a toda la gente, y les dijo: «Escúchenme todos, y entiendan: 15 Nada que venga de afuera puede contaminar a nadie. Lo que contamina a la persona es lo que sale de ella.»

16 [Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.]

17 Cuando entró en la casa, luego de alejarse de la multitud, sus discípulos le preguntaron acerca de la parábola.

18 Jesús les dijo: «¿Tampoco ustedes pueden entender esto? ¿Acaso no entienden que nada que venga de afuera y entre en alguien puede contaminarlo?

19 Porque eso no entra en su corazón, sino en su vientre, y al final va a parar en la letrina.» Con esto Jesús estaba diciendo que todos los alimentos son limpios, 20 aunque también decía que lo que contamina es lo que sale de la persona.

21 Porque de adentro del corazón humano salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, 22 los adulterios, las avaricias, las maldades, el engaño, la lujuria, la envidia, la calumnia, la soberbia y la insensatez. 23 Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona.

24 De allí Jesús se fue a la región de Tiro y de Sidón. Llegó a una casa y trató de que nadie lo supiera, pero no pudo esconderse 25 porque, tan pronto como una mujer, cuya hija tenía un espíritu impuro, supo que él había llegado, fue a su encuentro y se arrojó a sus pies.

26 Esa mujer era griega, de nacionalidad sirofenicia, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio; 27 pero Jesús le dijo: «Primero deja que los hijos queden satisfechos, porque no está bien quitarles a los hijos su pan y echárselo a los perritos.»

28 La mujer le respondió: «Es verdad, Señor. Pero hasta los perritos comen debajo de la mesa las migajas que dejan caer los hijos.»

29 Entonces Jesús le dijo: «Por esto que has dicho, puedes irte tranquila; el demonio ya ha salido de tu hija.»

30 Cuando la mujer llegó a su casa, encontró a su hija acostada en la cama, y el demonio ya había salido de ella.

31 Jesús volvió a salir de la región de Tiro, y fue por Sidón al lago de Galilea, pasando por la región de Decápolis.

32 Le llevaron allí a un sordo y tartamudo, y le rogaban que pusiera la mano sobre él.

33 Jesús lo apartó de la gente, le metió los dedos en las orejas y, con su saliva, le tocó la lengua; 34 luego levantó los ojos al cielo, y lanzando un suspiro le dijo: «¡Efata!», es decir, «¡Ábrete!»

35 Al instante se le abrieron los oídos y se le destrabó la lengua, de modo que comenzó a hablar bien.

36 Jesús les mandó que no contaran esto a nadie, pero mientras más se lo prohibía, ellos más y más lo divulgaban.

37 La gente estaba muy asombrada, y decía: «Todo lo hace bien. Hasta puede hacer que los sordos oigan y que los mudos hablen.»

 

EL SEÑOR SIGUE CUESTIONANDO A LOS FARISEOS Y SANANDO ENFERMOS

1.       La hipocresía de los fariseos (v.1-12)

Los fariseos cuestionan a Jesús porque sus discípulos no se lavaban las manos al comer alimentos.  Los fariseos como tradición, se lavan muchas veces antes de comer y también los utensilios.  El Señor les dice que son hipócritas porque hablan, pero su corazón está lejos de Dios y enseñan tradiciones humanas. Con sus acciones invalidan los mandamientos de Dios. Un ejemplo es no guardar el mandamiento de honrar a los padres ya que se justifican con el corbán aduciendo que sus bienes son ofrenda a Dios y no ayudan a sus padres. Y hacen cosas parecidas con sus tradiciones.

Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo legalista en mi conducta?, ¿me impongo a mi y a otros tradiciones religiosas humanas?, ¿estoy honrando a mis padres?, ¿estoy obedeciendo los mandamientos de Dios con mis actos?

2.       Lo que contamina al hombre (v.14-23)

Lo que contamina a los hombres es lo que sale de adentro y no lo de afuera.  Y lo reafirma a sus discípulos.  Lo que uno come al final termina en la letrina, pero lo que contamina es lo que sale de adentro: malos pensamientos, inmoralidad sexual, robos, homicidios, adulterios, avaricias, maldades, engaños, lujuria, envidias, calumnias, soberbia, insensatez y contaminan a la persona y a otros.

Preg.Aplic.: ¿Qué es lo que tengo dentro de mi corazón?, ¿hay en mi malos pensamientos y maldades?, ¿estoy cayendo en múltiples pecados ocultos?, ¿estoy confesando mis pecados a Dios y volviendo a El en verdadero arrepentimiento?, ¿estoy dejando toda altivez e insensatez y siendo humilde ante Dios?

3.       Jesús sana a hija de mujer sirofenicia (v.24-30)

Jesús se fue al norte a la zona de Tiro-Sidón. Y le buscó una mujer griega sirofenicia que tenía una hija endemoniada y se arrojó a sus pies rogándole que liberara a su hija.  El Señor usa la imagen de que primero se atiende a los hijos (Israel), pero la mujer responde que los perritos comen las migajas que los hijos dejan caer de la mesa. El Señor le dice que por su fe, su hija fue liberada y la mujer encontró a su hija sanada.

Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo humilde y creyendo en las respuestas de Dios?, ¿creo que Dios puede obrar en la liberación de demonios?, ¿creo que hoy puede sanar Dios?

4.       Jesús sana a sordo y mudo (v.31-37)

Jesús llegó a Decápolis y le llevaron a un sordo y tartamudo, el Señor toco sus zonas enfermas y oró y se abrieron sus oídos y destrabado su lengua.  Les pidió que no lo comenten, pero ellos divulgaban su fama que lo hace bien sanando sordos y mudos.  

Preg.Aplic.: ¿Creo en el poder sanador de Dios por enfermedades sin cura humana?, ¿creo que el Señor puede tocar a los enfermos?, ¿está el Señor abriendo mis oídos para oír y mi boca para proclamar el evangelio?

 

 

Oremos,

 

Pedro A. Torres Guzmán

http://atalaatucuello.blogspot.com/

https://www.facebook.com/atalaatucuello/

https://www.instagram.com/atalaatucuello/

Pueden ver el video de la aplicación del devocional en el link:

https://www.youtube.com/watch?v=i6qeu6HLLs0

 

Equipo AATC

 

miércoles, 21 de octubre de 2020

Marcos 6


 

Marcos 6

1 De allí, Jesús se fue a su tierra, y sus discípulos lo siguieron.

2 Cuando llegó el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga. Al escuchar a Jesús, muchos se preguntaban admirados: «¿De dónde sabe éste todo esto? ¿Qué clase de sabiduría ha recibido? ¿Cómo es que con sus manos puede hacer estos milagros?

3 ¿Acaso no es éste el carpintero, hijo de María y hermano de Jacobo, José, Judas y Simón? ¿Acaso no están sus hermanas aquí, entre nosotros?» Y les resultaba muy difícil entenderlo.

4 Pero Jesús les dijo: «No hay profeta sin honra, excepto en su propia tierra, entre sus parientes, y en su familia.»

5 Y Jesús no pudo realizar allí ningún milagro, a no ser sanar a unos pocos enfermos y poner sobre ellos las manos; 6 y aunque se quedó asombrado de la incredulidad de ellos, siguió recorriendo las aldeas de alrededor para seguir enseñando.

7 Jesús llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos. Les dio autoridad sobre los espíritus impuros, 8 y les mandó que no llevaran nada para el camino. Aparte de un bastón, no debían llevar mochila, ni pan, ni dinero en el cinto.

9 También podían llevar sandalias, pero no dos mudas de ropa.

10 Les dijo: «Cuando ustedes lleguen a una casa, quédense allí hasta que salgan de ese lugar. 11 Si en algún lugar no los reciben ni los escuchan, salgan de allí y sacúdanse el polvo de los pies, como un testimonio contra ellos.» [De cierto les digo que, en el día del juicio, el castigo para los de Sodoma y Gomorra será más tolerable que para aquella ciudad.

12 Los doce salieron e iban predicando a la gente que se arrepintiera.

13 También expulsaban muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban.

14 Como la fama de Jesús había llegado a ser muy notoria, el rey Herodes supo acerca de él y dijo: «¡Juan el Bautista ha resucitado de los muertos! ¡Por eso operan en él estos poderes!»

15 Algunos decían: «Es Elías.» Pero otros más afirmaban: «Es un profeta, o alguno de ellos.»

16 Cuando Herodes oyó esto, dijo: «Éste es Juan, al que yo mandé que le cortaran la cabeza. ¡Ahora ha resucitado de los muertos!»

17 Y es que por causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, que Herodes había tomado por mujer, Herodes mismo había mandado que aprehendieran a Juan y lo encadenaran en la cárcel.

18 Juan le había dicho a Herodes: «No te es lícito tener a la mujer de tu hermano.»

19 Por eso Herodías le guardaba rencor, y deseaba matarlo; pero no podía 20 porque Herodes temía a Juan, pues sabía que era un hombre justo y santo. Y aunque lo que Juan le decía lo dejaba confundido, lo escuchaba de buena gana y lo protegía.

21 Pero llegó la oportunidad. En la fiesta de su cumpleaños, Herodes ofreció una cena a sus príncipes y tribunos, y a la gente importante de Galilea.

22 Entonces la hija de Herodías se presentó en la fiesta y bailó, y tanto agradó esto a Herodes y a los que estaban con él a la mesa, que el rey le dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré.»

23 Y bajo juramento le dijo: «Yo te daré todo lo que me pidas, ¡aun si me pides la mitad de mi reino!»

24 Ella salió y le preguntó a su madre: «¿Qué debo pedirle?» Y su madre le respondió: «¡Pídele la cabeza de Juan el Bautista!»

25 Enseguida ella entró corriendo y le dijo al rey: «Quiero que me des ahora mismo, en un plato, la cabeza de Juan el Bautista.»

 26 Esto entristeció mucho al rey, pero por causa del juramento y de los que estaban con él a la mesa, no quiso desairarla.

27 Enseguida, el rey ordenó a un soldado de la guardia que le trajeran la cabeza de Juan.

28 El soldado fue a la cárcel y lo decapitó, y llevó su cabeza en un plato, se la entregó a la muchacha, y ésta se la entregó a su madre.

29 Cuando los discípulos de Juan supieron esto, fueron a reclamar el cuerpo para darle sepultura.

30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
31 Jesús les dijo: «Vengan conmigo ustedes solos, a un lugar apartado, y descansen un poco.» Y es que tanta gente iba y venía, que ellos no tenían tiempo ni para comer.

32 Así que se fueron solos en una barca a un lugar apartado.

33 Pero muchos que los vieron partir los reconocieron y los siguieron a pie desde las ciudades. Llegaron antes que ellos, y se reunieron con él.

34 Cuando Jesús salió de la barca y vio a tanta gente, tuvo compasión de ellos, porque parecían ovejas sin pastor, y comenzó entonces a enseñarles muchas cosas.

35 El tiempo pasó y se hizo tarde, así que sus discípulos se acercaron a él y le dijeron: «Ya es muy tarde, y en este lugar no hay nada.

36 Despide a esta gente, para que vayan a los campos y aldeas cercanas, y compren algo de comer.»

37 Jesús les respondió: «Denles ustedes de comer.» Pero ellos le dijeron: «¿Quieres que vayamos a comprar pan y les demos de comer? ¡Eso costaría como doscientos denarios!»

38 Jesús les dijo: «Vayan a ver cuántos panes tienen ustedes.» Cuando lo averiguaron, le dijeron: «Tenemos cinco panes y dos pescados.»

39 Jesús les mandó entonces que hicieran que la gente se recostara por grupos sobre la hierba verde, 40 y ellos así lo hicieron, formando grupos de cien y de cincuenta personas.

41 Jesús tomó entonces los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a sus discípulos para que los repartieran entre la gente, y también repartió entre todos los dos pescados.

42 Todos comieron y quedaron satisfechos, 43 y con lo que sobró del pan y los pescados llenaron doce cestas. 44 Los que comieron fueron como cinco mil hombres.

45 Enseguida, hizo que sus discípulos subieran a la barca y que se adelantaran a la otra orilla, a Betsaida, mientras que él despedía a la multitud, 46 pero después de despedirlos se fue al monte a orar.

47 Cuando llegó la noche, la barca ya estaba a la mitad del lago, y Jesús estaba en tierra solo; 48 pero cerca del amanecer fue hacia ellos caminando sobre las aguas, pues los vio remar con mucha dificultad porque tenían el viento en contra. Hizo el intento de pasar de largo, 49 pero ellos, al verlo caminar sobre las aguas, pensaron que era un fantasma y comenzaron a gritar, 50 pues todos lo vieron y se asustaron. Pero él enseguida habló con ellos y les dijo: «¡Ánimo! ¡Soy yo! ¡No tengan miedo!»

51 Al subir a la barca con ellos, el viento se calmó. Y ellos estaban muy asombrados.

52 Más bien, su corazón estaba endurecido, y aún no habían entendido lo de los panes.

53 Terminada la travesía, llegaron a la orilla y tocaron tierra en Genesaret.

54 Tan pronto como bajaron de la barca, la gente reconoció a Jesús, 55 y a medida que recorrían todos los alrededores, en cuanto sabían donde estaba Jesús comenzaron a llevar de todas partes enfermos en sus lechos.

56 Dondequiera que él entraba, ya fueran aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les permitiera tocar siquiera el borde de su manto. ¡Y todos los que lo tocaban quedaban sanos!

 

JESUS LLAMA A SUS DISCIPULOS Y HACE MILAGROS INCREIBLES

1.       Respuesta de Jesús a cuestionamientos (v.1-6)

En la sinagoga de su tierra, muchos cuestionan a Jesús por cómo enseña y cómo puede hacer milagros un simple carpintero de una familia pobre. El Señor señala que no hay profeta sin honra en su tierra. No pudo hacer milagros y se quedó asombrado por la incredulidad de ellos y siguió enseñando.

Preg.Aplic.: ¿Estoy rechazando a otros por su origen humilde?, ¿soy humilde en reconocer que Dios puede levantar a quien a El le plazca?, ¿busco la honra de hombres o hacer la voluntad de Dios?, ¿estoy siguiendo el modelo de Jesús?, ¿hay incredulidad o fe en mi corazón?, ¿está el Señor obrando milagros hoy?

2.       Llamado de sus 12 discípulos y los envía (v.7-13)

Jesús llama a sus discípulos y les da indicaciones:

·         Los envía de dos en dos

·         Les dio autoridad sobre espíritus impuros

·         Que no llevaran nada para el camino, salvo el bastón, no mochila ni pan ni dinero. Llevar sandalias y una muda de ropa

·         Cuando lleguen a un lugar, hospédense en un sola casa (v.10)

·         Si en un lugar no los reciben, salgan y secúndense el polvo para testimonio contra ellos. En el día final, el castigos será mayor a ellos que el de Sodoma y Gomorra (v.11)

·         Predicar para arrepentimiento (v.12)

·         Expulsaban demonios y ungían con aceite a los enfermos y se sanaban (v.13)

Preg.Aplic.: ¿Estoy saliendo en equipo a predicar?, ¿estoy ejerciendo mi autoridad para liberar endemoniados y orar por sanidades de enfermos?, ¿estoy dependiendo de Dios en todo?

3.       Muerte de Juan el Bautista (v.14-29)

La fama de Jesús llegó a Herodes que pensaba que Juan el Bautista había resucitado. Herodes había apresado a Juan porque denunció su pecado de estar con la mujer Herodías de su hermano. Herodes le temía y le protegía, pero Herodías le guardaba rencor y cuando se dio la oportunidad se vengó.  En una fiesta que hizo Herodes, la hija de Herodías valió y lo impactó, y le dijo que le pida lo que quiera. Ella le pidió la cabeza de Juan. Y el rey mandó a traer la cabeza de Juan. Los discípulos de Juan lo entierran.

Preg.Aplic.: ¿Estoy viviendo una vida integra o con pecados ocultos?, ¿me quejo y rechazo al que descubre mi doble vida?, ¿estoy con Dios y con el mundo?, ¿estoy guardando record a otros y que me puede llevar a matar?, ¿estoy siendo fiel al llamado de Dios?, ¿estoy dispuesto a morir como Juan?

 

 

 

 

4.       Alimentación de los 5,000 (v.30-44)

El Señor pide a sus discípulos descansar y se fueron a un lugar apartado. Muchos lo ubicaron y lo siguieron de las ciudades. Al salir del barco, el Señor tuvo compasión de la gente, porque eran como ovejas sin pastor, y les enseñaba. Se hizo tarde y sus discípulos le piden que despida a la gente para que busquen que comer. Jesús les dice que le den de comer, pero ellos lo ven imposible por el dinero. Aunque a la consulta de Jesús, le dicen que sólo tienen 5 panes y 2 pescados. El Señor pide que los agrupen por grupos, y lo hicieron de 50 y 100 personas. El Señor oró por los alimentos y partió el pan y los peces a los discípulos para que compartan a la multitud.  Todos comieron y quedaron 12 cestas. Y los que comieron fueron 5,000 hombres.

Preg.Aplic.: ¿soy balanceado y tomo tiempo para descansar?, ¿estoy teniendo compasión por las personas que están sin pastor hoy?, ¿tengo fe y creo en los milagros de Dios o tengo dudas y pongo reparos materiales?, ¿qué tengo para darle al Señor?, ¿dones, talentos, vidas?, ¿creo que para Dios no hay nada imposible?

5.       Jesús camina en el mar y sana enfermos (v.45-56)

Se despidió a la multitud, sus discípulos se fueron en la barca y el Señor se fue al monte a orar.  El Señor en el amanecer fue a ellos caminando por el mar. Ellos estaban teniendo dificultades en el mar en contra, pero ellos al verlo tuvieron miedo y se asustaron. Jesús les dice que es El y que no tengan miedo.  Al subir a la barca, el mar se calmó y estaban asombrados, aunque su corazón dudaba por los panes.  Llegaron a la orilla y la gente les llevó enfermos. Asimismo, en los pueblos les ponían a sus enfermos para que toquen su manto y quedaban sanos.

Preg.Aplic.: ¿Estoy teniendo una vida de oración permanente?, ¿cómo estoy manejando mi dependencia de Dios?, ¿creo que Dios es Dios de imposibles?, ¿estoy dudando por las pruebas y dificultades?, ¿creo en la sanidad de Dios?, ¿estoy orando por los enfermos?

 

Oremos,

 

Pedro A. Torres Guzmán

http://atalaatucuello.blogspot.com/

https://www.facebook.com/atalaatucuello/

https://www.instagram.com/atalaatucuello/

Pueden ver el video de la aplicación del devocional en el link:

https://www.youtube.com/watch?v=i6qeu6HLLs0

 

Equipo AATC

 

miércoles, 14 de octubre de 2020

Marcos 5

Marcos 5

1 Llegaron al otro lado del lago, a la región de los gerasenos, 2 y en cuanto Jesús salió de la barca, se le acercó un hombre que tenía un espíritu impuro.

3 Este hombre vivía entre los sepulcros, y nadie lo podía sujetar, ni siquiera con cadenas. 4 Muchas veces había sido sujetado con grilletes y cadenas, pero él rompía las cadenas y despedazaba los grilletes, de manera que nadie podía dominarlo.

5 Este hombre andaba de día y de noche por los montes y los sepulcros, gritando y lastimándose con las piedras, 6 pero al ver a Jesús de lejos, corrió para arrodillarse delante de él, 7 y a voz en cuello le dijo: «Jesús, Hijo del Dios Altísimo, ¿qué tienes que ver conmigo? ¡Yo te ruego por Dios que no me atormentes!»

8 Y es que Jesús le había dicho: «Espíritu impuro, ¡deja a este hombre!»

9 Jesús le preguntó: «¿Cómo te llamas?», y él respondió: «Me llamo Legión, porque somos muchos.»

10 Y el hombre le rogaba e insistía que no los mandara lejos de aquella región.

11 Cerca del monte pacía un gran hato de cerdos, 12 y todos los demonios le rogaron: «¡Envíanos a los cerdos! ¡Déjanos entrar en ellos!»

13 Jesús se lo permitió. Y en cuanto los espíritus impuros salieron del hombre, entraron en los cerdos, que eran como dos mil, y el hato se lanzó al lago por un despeñadero, y allí se ahogaron.

14 Los que cuidaban de los cerdos huyeron, y fueron a contar todo esto a la ciudad y por los campos. La gente salió a ver qué era lo que había sucedido, 15 y cuando llegaron a donde estaba Jesús, y vieron que el que había estado atormentado por la legión de demonios estaba sentado, vestido y en su sano juicio, tuvieron miedo.

16 Luego, los que habían visto lo sucedido con el endemoniado y con los cerdos, se lo contaron a los demás, 17 y comenzaron a rogarle a Jesús que se fuera de sus contornos.

18 Cuando Jesús abordó la barca, el que había estado endemoniado le rogó que lo dejara estar con él; 19 pero Jesús, en vez de permitírselo, le dijo: «Vete a tu casa, con tu familia, y cuéntales las grandes cosas que el Señor ha hecho contigo. Cuéntales cómo ha tenido misericordia de ti.»

20 El hombre se fue, y en Decápolis comenzó a contar las grandes cosas que Jesús había hecho con él. Y todos se quedaban asombrados.

21 Jesús regresó en una barca a la otra orilla, y como una gran multitud se reunió alrededor de él, decidió quedarse en la orilla del lago.

22 Entonces vino Jairo, que era uno de los jefes de la sinagoga, y cuando lo vio, se arrojó a sus pies 23 y le rogó con mucha insistencia: «¡Ven que mi hija está agonizando! Pon tus manos sobre ella, para que sane y siga con vida.»

24 Jesús se fue con él, y una gran multitud lo seguía y lo apretujaba.

25 Allí estaba una mujer que desde hacía doce años padecía de hemorragias 26 y había sufrido mucho a manos de muchos médicos, pero que lejos de mejorar había gastado todo lo que tenía, sin ningún resultado.

27 Cuando oyó hablar de Jesús, se le acercó por detrás, entre la gente, y le tocó el manto.

28 Y es que decía: «Si alcanzo a tocar aunque sea su manto, me sanaré.»

29 Y tan pronto como tocó el manto de Jesús, su hemorragia se detuvo, por lo que sintió en su cuerpo que había quedado sana de esa enfermedad.

30 Jesús se dio cuenta enseguida de que de él había salido poder. Pero se volvió a la multitud y preguntó: «¿Quién ha tocado mis vestidos?»

31 Sus discípulos le dijeron: «Estás viendo que la multitud te apretuja, y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”»

32 Pero Jesús seguía mirando a su alrededor, para ver quién había hecho eso.

33 Entonces la mujer, que sabía lo que en ella había ocurrido, con temor y temblor se acercó y, arrodillándose delante de él, le dijo toda la verdad.

34 Jesús le dijo: «Hija, por tu fe has sido sanada. Ve en paz, y queda sana de tu enfermedad.»

35 Todavía estaba él hablando cuando de la casa del jefe de la sinagoga vinieron a decirle: «Ya no molestes al Maestro. Tu hija ha muerto.»

36 Pero Jesús, que oyó lo que decían, le dijo al jefe de la sinagoga: «No temas. Sólo debes creer.»

37 Y con la excepción de Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo, no permitió que nadie más lo acompañara.

38 Cuando llegó a la casa del jefe de la sinagoga, vio mucho alboroto, y gente que lloraba y lamentaba.

39 Al entrar, les dijo: «¿A qué viene tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, sino dormida.»

40 La gente se burlaba de él, pero él ordenó que todos salieran. Tomó luego al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró adonde estaba la niña. 41 Jesús la tomó de la mano, y le dijo: «¡Talita cumi!», es decir, «A ti, niña, te digo: ¡levántate!»

42 Enseguida la niña, que tenía doce años, se levantó y comenzó a caminar. Y la gente se quedó llena de asombro.

43 Pero Jesús les insistió mucho que no dijeran a nadie lo que había ocurrido, y les mandó que dieran de comer a la niña.

 

JESUS HACE ASOMBROSOS MILAGROS

1.       Jesús libera al endemoniado gadareno (v.1-20)

Le sale al encuentro un hombre endemoniado que era incontrolable y andaba por los montes y se lastimaba. Cuando vio a Jesús se arrodilló, reconoció su divinidad y le pidió que no lo atormente. Era una legión de demonios que estaban en el hombre y le pidieron que los envíe al hato de 2,000 cerdos. Estos cayeron y de ahogaron. Los cuidadores fueron a contar los sucedido y volviendo vieron al hombre vestido y en su sano juicio, y tuvieron temor, le pidieron a Jesús que se fuera de sus contornos. El Señor manda al hombre sanado que testifique de lo que Dios ha hecho con él a su familia. Y se fue a Decápolis a compartir su testimonio.

Preg.Aplic.:  ¿Estoy predicando a otros de la misericordia de Dios conmigo?, ¿comparto el evangelio se salvación y de liberación?, ¿creo que Dios puede liberar de demonios hoy?

2.       La hija de Jairo, jefe de la sinagoga (v.21-24; 35-39)

Jairo, uno de los principales líderes judíos, le pide con súplicas y humillación que sane a su hija que está agonizando. Y Jesús va a su casa. En el camino le dicen a Jairo que su hija a muerto, pero Jesús lo alienta a que no tema y que crea. Cuando llegaron a la casa había mucho alboroto, llantos y lamentos. El Señor dice que la niña no está muerta sino dormida. Jesús entra donde la niña con sus padres y discípulos y manda a la niña a levantarse, y la niña de 12 años comenzó a caminar y fue asombroso. Jesús mandó que no se publicite.

Preg.Aplic.: ¿Estoy buscando a Dios con suplicas y humillación?, ¿estoy clamando a Dios para que obre milagros hoy?, ¿creo en los imposibles de Dios?, ¿creo en el poder de la resurrección de Cristo?, ¿estoy teniendo temor en las pruebas?, ¿confió y espero en los milagros de Dios?

3.       La mujer del flujo de sangre (v.25-34)

Entre la grande multitud, había una mujer que padecía de hemorragias y que había gastado todo su dinero sin sanarse. Ella creía que si tocaba a Jesús, sería sana y tocó el manto de Jesús, se detuvo la hemorragia y quedó sana. Jesús pregunta quien lo había tocado porque había salido poder. Y la mujer se acerca con temor y se arrodilla y le dice la verdad. Jesús le dice que por su fe ha sido sana. Y que vaya en paz, ya quedó sana.

Preg.Aplic.: ¿En medio de las multitudes estoy siguiendo los modelos humanos de sanidades?, ¿creo con fe que si toco el manto de Jesús, El me va a sanar?, ¿está el Señor manifestando su poder en mi vida?, ¿estoy siendo por fe sano de mis enfermedades?

 

Oremos,

 

Pedro A. Torres Guzmán

http://atalaatucuello.blogspot.com/

https://www.facebook.com/atalaatucuello/

https://www.instagram.com/atalaatucuello/

Pueden ver el video de la aplicación del devocional en el link:

https://www.youtube.com/watch?v=0kAR3O8u4pg

 

Equipo AATC

 

martes, 13 de octubre de 2020

Marcos 4

Marcos 4

1 Jesús comenzó a enseñar una vez más a la orilla del lago, y fue tanta la gente que se reunió alrededor de él, que se subió a una barca que estaba en el lago y se sentó allí, mientras que la gente se quedó en la orilla.

2 Muchas cosas les enseñó por medio de parábolas, y en sus enseñanzas les decía:

3 «Presten atención. Resulta que un sembrador salió a sembrar.

4 Al sembrar, una parte de las semillas cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y se la comieron.

5 Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra, y enseguida brotó, porque la tierra no era profunda, 6 pero en cuanto salió el sol, se quemó y se secó, porque no tenía raíz.

7 Otra parte cayó entre espinos, pero los espinos crecieron y la ahogaron, de modo que no dio fruto.

8 Pero otra parte cayó en buena tierra, y brotó y creció y dio fruto, y rindió una cosecha de treinta y sesenta, y hasta de ciento por uno.» 9 Entonces les dijo: «El que tenga oídos para oír, que oiga.»

10 Cuando se quedó solo, los que estaban cerca de él junto con los doce le preguntaron qué quería decir la parábola.

11 Él les respondió: «A ustedes se les concede entender el misterio del reino de Dios; pero a los que están afuera todo se les dice por parábolas, 12 para que “viendo, vean y no entiendan; y oyendo, oigan y no comprendan; no sea que se conviertan y sus pecados les sean perdonados”.»

13 También les dijo: «Si no entienden ustedes esta parábola, ¿cómo podrán entender todas las demás?

14 El sembrador es el que siembra la palabra.

15 Algunos son como lo sembrado junto al camino. En ellos se siembra la palabra, pero enseguida, después de oírla, viene Satanás y les arrebata la palabra sembrada en su corazón.

16 Otros son como lo sembrado entre las piedras. Al oír la palabra, enseguida la reciben con gozo; 17 pero, como no tienen raíz, su vida es muy corta, y al venir las aflicciones o la persecución por causa de la palabra, enseguida tropiezan.

18 Otros son como los que fueron sembrados entre espinos. Éstos son los que oyen la palabra, 19 pero las preocupaciones de este mundo, el engaño de las riquezas, y la codicia por otras cosas, entran en ellos y ahogan la palabra, por lo que ésta no llega a dar fruto.

20 Pero hay otros, que son como lo sembrado en buena tierra. Son los que oyen la palabra y la reciben, y rinden fruto; ¡dan treinta, sesenta y hasta cien semillas por cada semilla sembrada!»

21 También les dijo: «¿Acaso la luz se enciende para ponerla debajo de un cajón, o debajo de la cama? Al contrario, ¡se enciende para ponerla en el candelero!

22 Porque no hay nada oculto que no llegue a manifestarse, ni hay nada escondido que no salga a la luz. 23 Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.»

24 También les dijo: «Fíjense bien en lo que oyen, porque con la medida con que ustedes midan a otros, serán medidos, y hasta más se les añadirá.

25 Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le arrebatará.»

26 Jesús dijo también: «El reino de Dios es como cuando un hombre arroja semilla sobre la tierra: 27 ya sea que él duerma o esté despierto, de día y de noche la semilla brota y crece, sin que él sepa cómo.

28 Y es que la tierra da fruto por sí misma: primero sale una hierba, luego la espiga, y después el grano se llena en la espiga; 29 y cuando el grano madura, enseguida se mete la hoz, porque ya es tiempo de cosechar.»

30 También dijo: «¿Con qué vamos a comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola nos sirve de comparación?

31 Puede compararse con el grano de mostaza, que al sembrarlo en la tierra es la más pequeña de todas las semillas, 32 pero que después de sembrada crece hasta convertirse en la más grande de todas las plantas, y echa ramas tan grandes que aun las aves pueden poner su nido bajo su sombra.»

33 Con muchas parábolas como éstas Jesús les hablaba de la palabra, hasta donde podían entender, 34 y sin parábolas no les hablaba, aunque a sus discípulos les explicaba todo en privado.

35 Ese mismo día, al caer la noche, Jesús les dijo a sus discípulos: «Pasemos al otro lado.» 36 Despidió a la multitud, y partieron con él en la barca donde estaba. También otras barcas lo acompañaron.

37 Pero se levantó una gran tempestad con vientos, y de tal manera las olas azotaban la barca, que ésta estaba por inundarse. 38 Jesús estaba en la popa, y dormía sobre una almohada. Lo despertaron y le dijeron: «¡Maestro! ¿Acaso no te importa que estamos por naufragar?»

39 Jesús se levantó y reprendió al viento, y dijo a las aguas: «¡Silencio! ¡A callar!» Y el viento se calmó, y todo quedó en completa calma.

40 A sus discípulos les dijo: «¿Por qué tienen tanto miedo? ¿Cómo es que no tienen fe?»

41 Ellos estaban muy asustados, y se decían unos a otros: «¿Quién es éste, que hasta el viento y las aguas lo obedecen?»

 

ENSEÑANZAS DE JESUS Y CALMA LA TOMENTA

1.       Parábola del Sembrador (v.1-20)

Había mucha gente en la orilla y enseñaba desde una barca. Expone la parábola del sembrador.  Sembrando, unas semillas caen en el camino y vienes aves del cielo y se las comen. Otras cayeron por las piedras, crecieron rápido, pero el sol las secó porque no tenían raíz. Otra parte en espinos, pero fueron ahogados por los espinos. Y otra parte, cayó en buena tierra y dio mucho fruto. El Señor llama a oír.  Los discípulos piden explicación y el Señor les responde:

·         El sembrador   >>>>  Siembra la Palabra (v.14)

·         Sembrado en el camino                  >>>> Oyen la Palabra, pero satanas  les arrebata lo sembrado

·         Sembrado entre las piedras   >>>>  Al principio, hay gozo, pero la venir pruebas por causa de la Palabra, tropiezan y se apartan (v.16-17)     

·         Sembrado entre espinos  >>>>  Oyen la Palabra, pero los afanes del mundo, las riquezas y la codicia material ahogan  la Palabra y no dan frutos (v.18-19)

·         Sembrado en buena tierra  >>>> Oyen la Palabra, cambian sus vidas y dan mucho fruto

Preg.Aplic.:  ¿Soy buena tierra?, ¿he recibido el evangelio de Cristo, me he arrepentido, he obedecido sus mandamientos y mi vida ha sido transformada por Dios?, ¿estoy dejando que los afanes del mundo, lo material y las riquezas me aparten de mi fe?

 

 

 

2.       Enseñanzas de Jesús (v.21-34)

·         La luz se enciende para alumbrar y no hay nada oculto que no se pueda salir a luz (v.21-23)

·         Con la medida que medimos se nos medirá y se hará justicia (v.24-25)

·         El reino de Dios, es como un hombre que arroja semilla y la planta crece por sí misma hasta dar fruto y ser cosechada (v.26-29)

·         El reino de Dios Se puede comparar a un grano de mostaza que de una semilla muy pequeña se convierte en un árbol grande donde las aves se protegen (v.30-32)

·         El Señor enseñaba todo por parábolas y a los discípulos les explicaba en privado (v.33-34)

Preg.Aplic.: ¿Estoy teniendo una vida a la luz y con trasparencia e integridad?, ¿estoy siendo una persona justa en mi conducta?, ¿creo y confío en los frutos que Dios de?, ¿soy un sembrador del evangelio?, ¿creo que mi vida es como un grano de mostaza?, ¿creo que el Señor me va a hacer un árbol de testimonio a las naciones?, ¿estoy aprendiendo la Palabra de Dios?

3.       Jesús calma la tempestad (v.35-41)

Subieron con sus discípulos a una barca cruzando el lago con otras barcas y se levantó una tempestad que hizo que la barca esté por hundirse. Jesús que estaba durmiendo fue despertado con reclamos, pero El se levantó y mandó al viento callar y todo quedo en calma. El Señor les dice: “por qué tienen miedo y falta de fe?”. Los discípulos estaban sorprendidos porque el viento le obedecía.

Preg.Aplic.: ¿Estoy reclamando a Dios por lo que sufro en las tempestades de la vida?, ¿tengo fe y confianza, o dudas en las crisis que paso hoy?, ¿creo que Dios tiene el poder de calmar las tempestades?, ¿estoy dejando todo miedo en el Señor y le pido que aumente mi fe?

 

Oremos,

 

Pedro A. Torres Guzmán

http://atalaatucuello.blogspot.com/

https://www.facebook.com/atalaatucuello/

https://www.instagram.com/atalaatucuello/

Pueden ver el video de la aplicación del devocional en el link:

https://www.youtube.com/watch?v=8ppfqurAYc0

 

 

Equipo AATC