lunes, 26 de octubre de 2020

Marcos 7


 

Marcos 7

1 Los fariseos y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén, se acercaron a Jesús 2 y vieron que algunos de sus discípulos comían pan con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado.

3 (Los fariseos, y todos los judíos, viven aferrados a la tradición de los ancianos, de modo que, si no se lavan las manos muchas veces, no comen. 4 Cuando vuelven del mercado, no comen si antes no se lavan. Y conservan también muchas otras tradiciones, como el lavar los vasos en que beben, los jarros, los utensilios de metal, y las camas.)

5 Entonces los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos impuras?»

6 Jesús les respondió: «¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, cuando escribió:

»“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. 7 No tiene sentido que me honren, si sus enseñanzas son mandamientos humanos.”

8 Porque ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, y se aferran a la tradición de los hombres.» [Es decir, al lavamiento de jarros y de vasos para beber, y a muchas otras cosas semejantes.]

9 También les dijo: «¡Qué bien invalidan ustedes el mandamiento de Dios, para mantener su propia tradición!

10 Porque Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”, y también: “El que maldiga al padre o a la madre, morirá irremisiblemente.”

11 Pero ustedes dicen: “Basta que alguien diga al padre o a la madre: ‘Todo aquello con que podría ayudarte es Corbán’ (es decir, mi ofrenda a Dios)”, 12 y con eso ustedes ya no permiten que nadie ayude más a su padre o a su madre.

13 Es así como ustedes invalidan la palabra de Dios con la tradición que se han transmitido, además de que hacen muchas otras cosas parecidas.»

14 Jesús volvió a llamar a toda la gente, y les dijo: «Escúchenme todos, y entiendan: 15 Nada que venga de afuera puede contaminar a nadie. Lo que contamina a la persona es lo que sale de ella.»

16 [Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.]

17 Cuando entró en la casa, luego de alejarse de la multitud, sus discípulos le preguntaron acerca de la parábola.

18 Jesús les dijo: «¿Tampoco ustedes pueden entender esto? ¿Acaso no entienden que nada que venga de afuera y entre en alguien puede contaminarlo?

19 Porque eso no entra en su corazón, sino en su vientre, y al final va a parar en la letrina.» Con esto Jesús estaba diciendo que todos los alimentos son limpios, 20 aunque también decía que lo que contamina es lo que sale de la persona.

21 Porque de adentro del corazón humano salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, 22 los adulterios, las avaricias, las maldades, el engaño, la lujuria, la envidia, la calumnia, la soberbia y la insensatez. 23 Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona.

24 De allí Jesús se fue a la región de Tiro y de Sidón. Llegó a una casa y trató de que nadie lo supiera, pero no pudo esconderse 25 porque, tan pronto como una mujer, cuya hija tenía un espíritu impuro, supo que él había llegado, fue a su encuentro y se arrojó a sus pies.

26 Esa mujer era griega, de nacionalidad sirofenicia, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio; 27 pero Jesús le dijo: «Primero deja que los hijos queden satisfechos, porque no está bien quitarles a los hijos su pan y echárselo a los perritos.»

28 La mujer le respondió: «Es verdad, Señor. Pero hasta los perritos comen debajo de la mesa las migajas que dejan caer los hijos.»

29 Entonces Jesús le dijo: «Por esto que has dicho, puedes irte tranquila; el demonio ya ha salido de tu hija.»

30 Cuando la mujer llegó a su casa, encontró a su hija acostada en la cama, y el demonio ya había salido de ella.

31 Jesús volvió a salir de la región de Tiro, y fue por Sidón al lago de Galilea, pasando por la región de Decápolis.

32 Le llevaron allí a un sordo y tartamudo, y le rogaban que pusiera la mano sobre él.

33 Jesús lo apartó de la gente, le metió los dedos en las orejas y, con su saliva, le tocó la lengua; 34 luego levantó los ojos al cielo, y lanzando un suspiro le dijo: «¡Efata!», es decir, «¡Ábrete!»

35 Al instante se le abrieron los oídos y se le destrabó la lengua, de modo que comenzó a hablar bien.

36 Jesús les mandó que no contaran esto a nadie, pero mientras más se lo prohibía, ellos más y más lo divulgaban.

37 La gente estaba muy asombrada, y decía: «Todo lo hace bien. Hasta puede hacer que los sordos oigan y que los mudos hablen.»

 

EL SEÑOR SIGUE CUESTIONANDO A LOS FARISEOS Y SANANDO ENFERMOS

1.       La hipocresía de los fariseos (v.1-12)

Los fariseos cuestionan a Jesús porque sus discípulos no se lavaban las manos al comer alimentos.  Los fariseos como tradición, se lavan muchas veces antes de comer y también los utensilios.  El Señor les dice que son hipócritas porque hablan, pero su corazón está lejos de Dios y enseñan tradiciones humanas. Con sus acciones invalidan los mandamientos de Dios. Un ejemplo es no guardar el mandamiento de honrar a los padres ya que se justifican con el corbán aduciendo que sus bienes son ofrenda a Dios y no ayudan a sus padres. Y hacen cosas parecidas con sus tradiciones.

Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo legalista en mi conducta?, ¿me impongo a mi y a otros tradiciones religiosas humanas?, ¿estoy honrando a mis padres?, ¿estoy obedeciendo los mandamientos de Dios con mis actos?

2.       Lo que contamina al hombre (v.14-23)

Lo que contamina a los hombres es lo que sale de adentro y no lo de afuera.  Y lo reafirma a sus discípulos.  Lo que uno come al final termina en la letrina, pero lo que contamina es lo que sale de adentro: malos pensamientos, inmoralidad sexual, robos, homicidios, adulterios, avaricias, maldades, engaños, lujuria, envidias, calumnias, soberbia, insensatez y contaminan a la persona y a otros.

Preg.Aplic.: ¿Qué es lo que tengo dentro de mi corazón?, ¿hay en mi malos pensamientos y maldades?, ¿estoy cayendo en múltiples pecados ocultos?, ¿estoy confesando mis pecados a Dios y volviendo a El en verdadero arrepentimiento?, ¿estoy dejando toda altivez e insensatez y siendo humilde ante Dios?

3.       Jesús sana a hija de mujer sirofenicia (v.24-30)

Jesús se fue al norte a la zona de Tiro-Sidón. Y le buscó una mujer griega sirofenicia que tenía una hija endemoniada y se arrojó a sus pies rogándole que liberara a su hija.  El Señor usa la imagen de que primero se atiende a los hijos (Israel), pero la mujer responde que los perritos comen las migajas que los hijos dejan caer de la mesa. El Señor le dice que por su fe, su hija fue liberada y la mujer encontró a su hija sanada.

Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo humilde y creyendo en las respuestas de Dios?, ¿creo que Dios puede obrar en la liberación de demonios?, ¿creo que hoy puede sanar Dios?

4.       Jesús sana a sordo y mudo (v.31-37)

Jesús llegó a Decápolis y le llevaron a un sordo y tartamudo, el Señor toco sus zonas enfermas y oró y se abrieron sus oídos y destrabado su lengua.  Les pidió que no lo comenten, pero ellos divulgaban su fama que lo hace bien sanando sordos y mudos.  

Preg.Aplic.: ¿Creo en el poder sanador de Dios por enfermedades sin cura humana?, ¿creo que el Señor puede tocar a los enfermos?, ¿está el Señor abriendo mis oídos para oír y mi boca para proclamar el evangelio?

 

 

Oremos,

 

Pedro A. Torres Guzmán

http://atalaatucuello.blogspot.com/

https://www.facebook.com/atalaatucuello/

https://www.instagram.com/atalaatucuello/

Pueden ver el video de la aplicación del devocional en el link:

https://www.youtube.com/watch?v=i6qeu6HLLs0

 

Equipo AATC

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario