viernes, 12 de septiembre de 2014

Salmos 40

Salmos 40
1  Esperé pacientemente al SEÑOR, Y El se inclinó a mí y oyó mi clamor.
2  Me sacó del hoyo de la destrucción, del lodo cenagoso; Asentó mis pies sobre una roca y afirmó mis pasos.
3  Puso en mi boca un cántico nuevo, un canto de alabanza a nuestro Dios. Muchos verán esto, y temerán Y confiarán en el SEÑOR.
4  Cuán bienaventurado es el hombre que ha puesto en el SEÑOR su confianza, Y no se ha vuelto a los soberbios ni a los que caen en falsedad.
5  Muchas son, SEÑOR, Dios mío, las maravillas que Tú has hecho, Y muchos Tus designios para con nosotros; Nadie hay que se compare contigo; Si los anunciara, y hablara de ellos, No podrían ser enumerados.
6  Sacrificio y ofrenda de cereal no has deseado; Me has abierto los oídos; Holocausto y ofrenda por el pecado no has pedido.
7  Entonces dije: "Aquí estoy; En el rollo del libro está escrito de mí;
8  Me deleito en hacer Tu voluntad, Dios mío; Tu ley está dentro de mi corazón."
9  He proclamado buenas nuevas de justicia en la gran congregación; No refrenaré mis labios, Oh SEÑOR, Tú lo sabes.
10  No he escondido Tu justicia dentro de mi corazón; He proclamado Tu fidelidad y Tu salvación; No he ocultado a la gran congregación Tu misericordia y Tu fidelidad.
11  Tú, oh SEÑOR, no retengas Tu compasión de mí; Tu misericordia y Tu fidelidad me guarden continuamente, 12 porque me rodean males sin número; Mis iniquidades me han alcanzado, y no puedo ver; Son más numerosas que los cabellos de mi cabeza, Y el corazón me falla.
13  Ten a bien, oh SEÑOR, libertarme; Apresúrate, SEÑOR, a socorrerme.
14  Sean avergonzados y humillados a una Los que buscan mi vida para destruirla; Sean vueltos atrás y cubiertos de ignominia Los que se complacen en mi mal.
15  Queden atónitos a causa de su vergüenza Los que me dicen: "¡Ajá, ajá!"
16  Regocíjense y alégrense en Ti todos los que Te buscan; Que los que aman Tu salvación digan continuamente: "¡Engrandecido sea el SEÑOR!"
17  Por cuanto yo estoy afligido y necesitado, El Señor me tiene en cuenta. Tú eres mi ayuda y mi libertador; Dios mío, no Te tardes.

EL DIOS QUE LEVANTA
1.       La respuesta de Dios (v.1-5)
David esperó con paciencia y el Señor lo oyó y lo sacó del pozo y lo puso sobre roca y afirmó sus pasos. En gratitud, alaba y adora al Señor porque ser incomparable y David es feliz por haber confiado en El
Preg.Aplic.: ¿Estoy buscando a Dios con paciencia o quiero que Dios me responda con rapidez y como “yo quiero”?, ¿está el Señor respondiendo mis oraciones y me está sacando de todo desánimo?, ¿soy feliz por con confiar en mi Dios incomparable?
2.       Lo que ha hecho David (v.6-17)
David se deleita en hacer la voluntad de Dios y proclama las buenas nuevas y alaba y adora a Dios en medio de su iglesia. Clama a Dios y pide socorro y protección ante los enemigos. Reconoce sus pecados y confía en el Señor.
Preg.Aplic.: ¿Estoy buscando hacer la voluntad de Dios?, ¿estoy clamando a Dios y estoy arrepentido de todos mis pecados?, ¿confío totalmente en Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC



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