viernes, 29 de diciembre de 2017

Jeremías 44

Jeremías 44
1 Jeremías recibió un mensaje acerca de todos los judíos que vivían en Migdol, Tafnes, Menfis y Patros, en la tierra de Egipto. Éste fue el mensaje:
2 «Así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel: “Ustedes han visto todo el mal que traje sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá. Como pueden ver, hoy se encuentran asoladas y no hay quien habite en ellas. 3 Esto sucedió por la maldad que ellos cometieron, la cual provocó mi enojo, pues se fueron a ofrecer incienso y a honrar a dioses ajenos, dioses que ni ellos ni ustedes ni sus padres habían conocido. 4 Una y otra vez envié a todos mis siervos, los profetas, para que les dijeran que no hicieran lo que yo detesto y me es tan repugnante. 5 Pero ellos no me hicieron caso ni oyeron ni se apartaron de su maldad, ni tampoco dejaron de ofrecer incienso a dioses ajenos. 6 Por eso ya no pude contener mi ira, y mi furor se derramó sobre las ciudades de Judá y por las calles de Jerusalén, las cuales quedaron destruidas y abandonadas hasta el día de hoy.”
7 »Ahora, pues, así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel: “¿Por qué cometen tan grande mal contra ustedes mismos? ¿Por qué han de ser borrados de entre Judá hombres y mujeres, jóvenes y niños de pecho, sin que les quede un sólo sobreviviente? 8 ¿Por qué me hacen enojar con las obras de sus manos y ofrecen incienso a dioses ajenos en Egipto, adonde han llegado para vivir? ¿Por qué quieren ser eliminados y acabar siendo motivo de maldición y de oprobio a todas las naciones de la tierra? 9 ¿Se han olvidado ya de las maldades de sus padres, las cuales cometieron en la tierra de Judá y en las calles de Jerusalén? ¿O de las maldades de los reyes de Judá y de sus mujeres? 10 Hasta el día de hoy, ustedes no se han humillado ni han mostrado temor de mí. Tampoco han caminado en mi ley ni en mis estatutos, los cuales les expuse a ustedes y a sus padres.”
11 »Por tanto, así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel: “Para mal de ustedes, y para la destrucción de todo Judá, voy a darles la espalda. 12 A los sobrevivientes de Judá, esos que decidieron emigrar a Egipto para establecerse allí, en Egipto serán destruidos por completo. Morirán a filo de espada, o consumidos por el hambre. Desde el menor hasta el mayor, morirán a filo de espada, o de hambre, y serán objeto de execración y espanto, de maldición y oprobio. 13 Yo castigaré a los que viven en Egipto como antes castigué a los de Jerusalén: ¡con la espada, el hambre y la peste! 14 De los sobrevivientes de Judá que se internaron en Egipto para vivir allá, no habrá uno solo que escape. Ninguno de ellos quedará con vida para volver a la tierra de Judá, tierra por la cual suspiran y quisieran habitar. Sólo volverán unos cuantos fugitivos.”»
15 Todos los que sabían que sus mujeres habían ofrecido incienso a dioses ajenos, y toda la gran concurrencia de mujeres allí presentes, y todo el pueblo que vivía en Patros, en Egipto, le respondieron a Jeremías:
16 «Tú dices que nos has hablado en nombre del Señor, pero no vamos a hacerte caso. 17 Más bien, vamos a cumplir con la promesa que hemos hecho, de ofrecer incienso a la reina del cielo y derramar libaciones en su honor, como lo hemos hecho nosotros y lo hicieron nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén. Porque entonces teníamos abundancia de pan, y vivíamos alegres, y no sufrimos ninguna calamidad. 18 En cambio, desde que dejamos de ofrecer incienso a la reina del cielo y de derramarle libaciones, nos falta todo. ¡O nos matan a filo de espada, o nos morimos de hambre!»
19 Las mujeres dijeron:
«Cuando nosotras ofrecimos incienso a la reina del cielo, y le derramamos libaciones, o cuando le hicimos tortas para rendirle culto, ¿acaso lo hicimos sin el consentimiento de nuestros maridos?»
20 Jeremías dijo entonces a todo el pueblo, es decir, a todos los hombres y mujeres que le habían respondido:
21 «¿Y acaso el Señor no se acuerda? ¿Acaso no tiene presente en su memoria el incienso que ustedes y sus padres, y sus reyes y príncipes, y el pueblo de la tierra ofrecieron en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? 22 Pero por causa de sus malas obras y de sus hechos repugnantes el Señor no pudo soportarlo más. Por eso su tierra quedó hecha un desierto, un motivo de espanto y de maldición, por eso se quedó deshabitada, como lo está hoy. 23 Y es que ustedes ofrecieron incienso y pecaron contra el Señor. No obedecieron su voz ni siguieron su ley ni sus estatutos y testimonios. Por eso hasta el día de hoy les ha sobrevenido este mal.»
24 Jeremías dijo también a todo el pueblo, y a todas las mujeres:
«Ustedes, gente de Judá que están en tierra de Egipto, oigan la palabra del Señor. 25 Así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel: “Ustedes y sus mujeres lo han dicho con la boca, y lo han cumplido con las manos. Se han comprometido a cumplir sus votos de ofrecer incienso a la reina del cielo y derramarle libaciones. Pues bien, ¡confirmen sus votos, y pónganlos por obra!” 26 Ahora escuchen la palabra del Señor, todos ustedes, gente de Judá que habita en Egipto. El Señor ha dicho: “Juro por mi gran nombre, que nunca más nadie de Judá invocará mi nombre en Egipto. Nadie volverá a decir ‘¡Vive el Señor!’ 27 Yo los estoy vigilando, para su mal y no para su bien. Todos los hombres de Judá que ahora están en Egipto serán exterminados por la espada o por el hambre, hasta que perezcan por completo. 28 Los pocos sobrevivientes de Judá que han emigrado a Egipto, y que logren escapar de la espada, volverán de Egipto a Judá, y entonces sabrán la palabra de quién se cumplió, si la mía, o la de ellos. 29 Y para que sepan que mis palabras ciertamente permanecerán, para mal de ustedes, voy a darles una señal de que los castigaré en este lugar.”»
—Palabra del Señor.
30 Así ha dicho el Señor:
«Voy a entregar en manos de sus enemigos al faraón Jofra, rey de Egipto. Voy a entregarlo en manos de los que quieren matarlo, así como entregué al rey Sedequías de Judá en manos de su enemigo Nabucodonosor, el rey de Babilonia, que también quería matarlo.»

EL MENSAJE DE DIOS A LOS ISRAELITAS QUE ESTAN EN EGIPTO
1.       Los judíos en Egipto siguen en rebeldía (v.1-14)
El Señor habla a los judíos que están en Egipto. Recuerda la destrucción que trajo sobre Jerusalén por la idolatría y rebeldía de los judíos que nunca se arrepintieron, a pesar de haber enviado a sus profetas a advertirles. Igual les está ocurriendo en Egipto, siguen las mismas maldades y no se han humillado ni obedecido la ley de Dios. Como castigo, van a morir en Egipto humillados y destruidos. No habrá sobrevivientes, salvo unos cuantos.
Preg.Aplic.: ¿Estoy escuchando y obedeciendo la Palabra de Dios?, ¿estoy siguiendo mi voluntad y los malos ejemplos?, ¿hay en corazón un verdadero arrepentimiento para dejar mis malos caminos?
2.       La rebeldía de los judíos en Egipto (v.15-19)
Cuestionan a Jeremías y afirman que van a adorar a la reina de los cielos para que le de pan para comer y abundancia de bienes como lo hicieron antes sus padres en Jerusalen. Las que lideran la rebeldía son las mujeres.
Preg.Aplic.: ¿Estoy buscando sólo bienes y cosas materiales?, ¿mi vida “espiritual” es materialista?, ¿caigo contantemente en idolatría?, ¿estoy dejando que me dominen mis emociones?
3.       Jeremías da la sentencia de Dios (v.20-30)
Jeremías replica que lo que todo el mal que han padecido es consecuencia de la rebeldía contra Dios y desobediencia a su Ley. Si van a adorar a la diosa del cielo que lo cumplan. Por su rebeldía, todos serán exterminados en Egipto y la señal del castigo será: Dios entregará al faraón Jofra a sus enemigos.
Preg.Aplic.:, ¿Me empecino en seguir en mis pecados?, ¿estoy escuchando la voz de Dios y cambiando mis malos caminos?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC



viernes, 15 de diciembre de 2017

Jeremías 43

Jeremías 43
1 En cuanto Jeremías terminó de comunicar al pueblo todas las palabras por las que el Señor su Dios lo había enviado a hablar con ellos, 2 tanto Azarías hijo de Osaías y Johanán hijo de Careaj como otros insolentes le dijeron a Jeremías:
«¡Lo que dices es una mentira! El Señor nuestro Dios no te ha enviado a decirnos que no vayamos a vivir en Egipto. 3 Es Baruc hijo de Nerías quien te incita contra nosotros, para entregarnos en manos de los caldeos, y matarnos y hacer que nos lleven cautivos a Babilonia.»
4 Así que Johanán hijo de Careaj no hizo caso a esta advertencia del Señor para que se quedaran en la tierra de Judá, ni tampoco ninguno de los oficiales militares, ni nadie entre el pueblo. 5 Más bien, Johanán hijo de Careaj y todos los oficiales militares tomaron a todos los sobrevivientes de Judá que habían regresado de todas las naciones por las que habían sido dispersados y que querían vivir en tierra de Judá, 6 es decir, a todos los que Nabuzaradán, el capitán de la guardia, había dejado con Gedalías hijo de Ajicán, hijo de Safán (hombres, mujeres y niños, las hijas del rey, el profeta Jeremías y Baruc hijo de Nerías), 7 y se internaron en Egipto, en desobediencia a la voz del Señor. Y así llegaron a Tafnes.
8 Allí en Tafnes, la palabra del Señor vino a Jeremías, y le dijo:
9 «Ve a la entrada del palacio del faraón en Tafnes, y allí toma unas piedras grandes y entiérralas en el pavimento, y cúbrelas luego con barro, a la vista de los hombres de Judá. 10 Y diles de mi parte: “Yo, el Señor de los ejércitos y Dios de Israel declaro que voy a traer hasta este lugar a mi siervo, el rey Nabucodonosor de Babilonia. Sobre estas piedras que Jeremías ha enterrado pondré su trono, y él extenderá su pabellón. 11 Porque Nabucodonosor vendrá y atacará a Egipto. Unos morirán porque tenían que morir, otros serán llevados cautivos, y otros más morirán a filo de espada. 12 Y le prenderá fuego a los templos de los dioses de Egipto, y a sus dioses los llevará al cautiverio. Arrasará con la tierra de Egipto, como cuando el pastor limpia su capa, y luego saldrá del país en paz. 13 Además, despedazará las estatuas de Bet Semes y les prenderá fuego a los templos de los dioses de Egipto.”»

CONSECUENCIAS A LA DESOBEDIENCIA
1.       Johanán y Azarías se rebelan y no obedecen el mandato de Dios (v.1-7)
En forma insolente, cuestionan la autoridad de Jeremías y lo acusan de mentir. No obedecieron las advertencias, sino que se llevaron a los sobrevivientes, incluidos Jeremías, y llegaron a Tafnes en Egipto.
Preg.Aplic.: ¿Estoy respetando a las autoridades?, ¿Cuándo tengo diferencias me comunico con insolencia o sé relacionarme bien?, ¿tomo decisiones por impulso y en ira?
2.       El Señor afirma las consecuencias a la desobediencia (v.8-13)
En Egipto, Dios les da el mensaje de que va a enviar a Nabucodonosor a Egipto. Va a destruir sus templos, arrasará con la tierra y habrá muchas muertes.
Preg.Aplic.: ¿Estoy midiendo las consecuencias de mi rebeldía a Dios?, ¿estoy permitiendo la idolatría en mi vida?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC



jueves, 14 de diciembre de 2017

Jeremías 42

Jeremías 42
1 Todos los oficiales militares y todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor, junto con Johanán hijo de Careaj, Jezanías hijo de Osaías, fueron 2 y le dijeron al profeta Jeremías:
«Acepta ahora nuestra súplica, y ruega al Señor tu Dios por nosotros, por todo este remanente. Como puedes ver, éramos muchos y sólo hemos quedado unos pocos. 3 Pide al Señor tu Dios que nos muestre el camino que debemos seguir, y qué es lo que debemos hacer.»
4 El profeta Jeremías les dijo:
«Los he escuchado y, tal y como me lo han pedido, voy a orar al Señor su Dios. Todo lo que el Señor les responda, yo se lo diré a ustedes. No les ocultaré una sola palabra.»
5 Ellos le dijeron a Jeremías:
«Que el Señor sea testigo fiel y verdadero entre nosotros, si acaso no cumplimos con todo lo que, por tu conducto, el Señor tu Dios nos mande hacer. 6 Nosotros obedeceremos a la voz del Señor nuestro Dios, a quien te hemos pedido suplicarle. Sea bueno o sea malo, obedeceremos a la voz del Señor nuestro Dios, para que nos vaya bien.»
7 Diez días después, sucedió que la palabra del Señor vino a Jeremías. 8 Entonces llamó a Johanán hijo de Careaj y a todos los oficiales militares que estaban con él, lo mismo que a todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor, 9 y les dijo:
«Así ha dicho el Señor y Dios de Israel, ante quien me pidieron presentar sus ruegos. 10 Si ustedes deciden quedarse en esta tierra, él los levantará y no volverá a destruirlos; los plantará, y no volverá a arrancarlos. El Señor lamenta mucho haberles causado tanto daño. 11 Ustedes tienen miedo de la presencia del rey de Babilonia, pero no hay razón de que le teman, porque el Señor está con ustedes para salvarlos y librarlos de sus manos.
—Palabra del Señor.
12 »El Señor tendrá compasión de ustedes, y hará que también el rey de Babilonia se compadezca de ustedes, para que puedan volver a su tierra. 13 Pero si ustedes deciden no habitar este país, y por lo tanto no obedecer a la voz del Señor su Dios, 14 sino que deciden emigrar a Egipto y quedarse a vivir allá, donde creen que no sabrán nada de guerras, ni oirán sonido de trompetas, ni padecerán hambre, 15 escuchen ustedes, remanente de Judá, la palabra del Señor. Así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel: “Si ustedes deciden emigrar a Egipto, y se internan para vivir allá, 16 va a suceder que la espada que tanto temen los alcanzará allá, en la tierra de Egipto, y el hambre que tanto temen, también los alcanzará allá, en Egipto, y allí morirán. 17 Todos los que decidan emigrar a Egipto y quedarse a vivir allá, morirán por causa de la espada, el hambre y la peste; ni uno solo de ellos quedará con vida, ni podrá escapar del mal que traeré sobre ellos.”
18 »Porque así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel: “Así como mi enojo y mi ira se derramaron sobre los habitantes de Jerusalén, así también se derramará mi ira sobre ustedes, cuando entren en Egipto. Serán motivo de imprecaciones y de espanto, de maldiciones y de afrentas, y no volverán a ver este lugar.”
19 »El Señor ha hablado acerca de ustedes, remanente de Judá. No vayan a Egipto. Queden advertidos de lo que hoy les digo. 20 Ustedes están poniendo en peligro su vida, pues ustedes mismos me enviaron a suplicarle al Señor su Dios, a rogarle que les diera a conocer lo que él quiere que hagan, y se comprometieron a obedecerlo. 21 En este día les he dado a conocer su palabra, y ustedes no han obedecido a la voz del Señor su Dios, ni a nada de lo que él me envió a decirles. 22 Sepan, pues, que allí donde ustedes decidieron emigrar para vivir, allí morirán por la espada, el hambre y la peste.»

JOHANAN Y EL REMANENTE BUSCAN A JEREMIAS
1.       Busca y piden guía de Dios (v.1-6)
Johanán y los que han quedado van donde Jeremías y le piden que intervenga por ellos para que el Señor los guie. Jeremías promete hacerlo, y ellos se comprometen a obedecer el mensaje y voz de Dios.
Preg.Aplic.: ¿Estoy buscando a Dios para conocer su voluntad?, ¿estoy dispuesto a obedecer y hacer los mandamientos del Señor?
2.       Jeremías tiene una respuesta de Dios (v.7-18)
Jeremías les dice que el Señor los va a levanta y plantar si se quedan en Israel. El Señor lamenta la destrucción, pero El los va a salvar. En cambio, si deciden ir a Egipto van a padecer hambre y destrucción, y el Señor se volverán contra ellos.
Preg.Aplic.: ¿Estoy obedeciendo la Palabra de Dios así no me guste?, ¿estoy decidiendo por la vida o por la muerte?
3.       La advertencia final de Jeremías (v.19-22)
Jeremías insiste que no vayan a Egipto porque les va a ir mal. Pero no han obedecido, sino que han decidido irse a Egipto, porque van a morir ahí.
Preg.Aplic.: ¿A pesar del mensaje de Dios, siempre me gusta hacer mi voluntad?, ¿estoy tomando mis propias decisiones sin medir consecuencias?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC




martes, 12 de diciembre de 2017

Jeremías 41

Jeremías 41
1 En el mes séptimo, Ismael hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la descendencia real, fue a Mispá para visitar a Gedalías hijo de Ajicán, y allí en Mispá comieron pan juntos. Lo acompañaban algunos príncipes del rey y otros diez hombres.
2 De pronto, Ismael hijo de Netanías y los diez hombres que con él estaban se levantaron y, con sus espadas, hirieron a Gedalías hijo de Ajicán, hijo de Safán. Así mataron a quien el rey de Babilonia había nombrado gobernador del país. 3 Ismael mató también a todos los judíos que estaban en Mispá con Gedalías, y a los soldados caldeos que allí se encontraban.
4 Un día después, cuando aún nadie sabía que Ismael había matado a Gedalías, 5 unos ochenta hombres llegaron de Siquén, de Silo y de Samaria. Venían con la barba raída y con los vestidos rasgados, y con heridas en el cuerpo, y en sus manos traían una ofrenda e incienso para llevarlos a la casa del Señor. 6 Desde Mispá, Ismael hijo de Netanías les salió al encuentro. Iba todo lloroso. Cuando los encontró, les dijo:
«Vengan a ver a Gedalías hijo de Ajicán.»
7 En cuanto aquellos hombres estuvieron dentro de la ciudad, Ismael hijo de Netanías y los hombres que estaban con él los degollaron, y luego los echaron dentro de una cisterna. 8 Pero entre esos hombres había diez que le dijeron a Ismael:
«No nos mates. En el campo tenemos mucho trigo y cebada, y aceite y miel.»
A esos diez, Ismael los dejó con vida.
9 La cisterna en donde Ismael hijo de Netanías arrojó los cadáveres de todos los hombres que había matado por causa de Gedalías era la misma que el rey Asa había hecho para defenderse de Basá rey de Israel. Pero Ismael la llenó de muertos. 10 Después Ismael se pasó al bando de los amonitas, y se llevó cautivos a los sobrevivientes que había en Mispá, a las hijas del rey, y a todo el pueblo que Nabuzaradán, el capitán de la guardia, había dejado a cargo de Gedalías hijo de Ajicán.
11 Cuando Johanán hijo de Careaj y todos los jefes de los soldados que estaban con él supieron todo el mal que había hecho Ismael hijo de Netanías, 12 tomaron a todos sus hombres y fueron a pelear contra Ismael hijo de Netanías, al que hallaron junto al gran estanque que está en Gabaón.
13 Toda la gente que Ismael tenía prisionera se alegró al ver a Johanán hijo de Careaj y a todos los capitanes de soldados que lo acompañaban. 14 Entonces todos los cautivos que Ismael había traído desde Mispá se volvieron contra él y se unieron a Johanán hijo de Careaj, 15 pero Ismael hijo de Netanías se escapó de Johanán con ocho hombres, y se fue al país de los amonitas. 16 Entonces Johanán hijo de Careaj y todos los jefes de soldados que estaban con él tomaron al resto del pueblo que había rescatado de manos de Ismael hijo de Netanías, es decir, a los soldados, mujeres, niños y eunucos que Johanán había traído de Gabaón y que Ismael se había llevado de Mispá después de matar a Gedalías hijo de Ajicán, 17 y se fueron y habitaron en Guerut Quimán, que está cerca de Belén, con la intención de emigrar a Egipto, 18 pues por haberle dado muerte Ismael hijo de Netanías a Gedalías hijo de Ajicán, al cual el rey de Babilonia había puesto para gobernar la tierra, tenían miedo de los caldeos.

LA TRAICION A GEDALIAS Y EL HEROE JOHANAN
En el capítulo anterior Johanán le avisa a Gedalías que Ismael ha sido enviado por los amonitas para matarlo, pero él no le cree.
1.       Ismael mata a Gedalías (v.1-3)
Ismael va con unos hombres a “visitar” a Gedalías. El sin percatarse cena con ellos, y estos se levantaron y lo mataron junto a judíos y caldeos
Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo prudente en mis relaciones?, ¿estoy buscando la sabiduría de Dios en mis tomas de decisiones?
2.       Matanza de 80 judíos de Siquen (v.4-10)
Un día después, vienen 80 hombres humillados y heridos, e iban a ofrecer incienso al Señor. Ismael todo “lloroso” lo invita a visitar a Gedalías. En la ciudad degollaron a 70 y los echaron a una cisterna. Y sólo 10 perdonaron, porque prometieron mucha comida. Luego, Ismael se unió a los amonitas y se llevó cautivos a los sobrevivientes.
Preg.Aplic.: ¿Estoy cayendo en mentiras para el logro de mis objetivos?, ¿uso la violencia para vengarme?, ¿estoy tomando decisiones impulsivas y sin medir consecuencias?
3.       Johanán busca a Ismael y rescata a cautivos (v.11-18)
Johanán y sus hombres enfrentaron a Ismael en Gabaón. Todos los cautivos se rebelaron y se le unieron, pero Ismael huyó con 8 hombres donde los amonitas. Johanán con todo el pueblo fueron a Guerut Quimán para emigrar a Egipto por temor a los caldeos.
Preg.Aplic.: ¿Estoy haciendo algo para cambiar las cosas?, ¿busco una verdadera justicia?, ¿soy prudente y busco lo mejor para mi equipo?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


viernes, 24 de noviembre de 2017

Jeremías 40

Jeremías 40
1 La palabra del Señor vino a Jeremías después de que Nabuzaradán, el capitán de la guardia, lo liberó en Ramá, y de que él había estado encadenado y marchaba entre todos los cautivos de Jerusalén y de Judá que eran llevados a Babilonia. 2 El capitán de la guardia tomó a Jeremías y le dijo:
«El Señor, tu Dios, había anunciado este mal contra este lugar, 3 y ha cumplido con lo que había dicho. Esto les ha sucedido porque ustedes pecaron contra el Señor y no lo obedecieron. 4 Ahora yo te he quitado las cadenas que tenías en las manos. Si te parece bien venir conmigo a Babilonia, ven. Yo cuidaré de ti. Pero si no te parece bien venir conmigo a Babilonia, no vengas. Ahí está todo el país, delante de ti. Puedes ir a donde quieras, y a donde te parezca mejor. 5 Si prefieres quedarte, regresa a donde está Gedalías hijo de Ajicán, hijo de Safán, pues el rey de Babilonia lo ha puesto al frente de todas las ciudades de Judá. Puedes quedarte con él y vivir entre el pueblo; o ir a donde te parezca mejor.»
Dicho esto, el capitán de la guardia le dio provisiones y un regalo, y lo despidió. 6 Entonces Jeremías se fue a Mispá, donde estaba Gedalías hijo de Ajicán, y vivió allí, entre el pueblo que se había quedado en el país.
7 Cuando todos los jefes del ejército de Judá que no se habían rendido, y sus hombres, supieron que el rey de Babilonia había nombrado gobernador del país a Gedalías hijo de Ajicán, y que había dejado a su cargo a los hombres, las mujeres y los niños, y a los pobres de la tierra que no habían sido llevados a Babilonia, 8 fueron a Mispá para hablar con Gedalías. Ellos eran Ismael hijo de Netanías, Johanán y Jonatán hijos de Careaj, Seraías hijo de Tanjumet, los hijos de Efay el netofatita, y Jezanías, que era hijo de un macatita, más todos sus hombres. 9 A ellos y a sus hombres Gedalías hijo de Ajicán, hijo de Safán, les hizo este juramento:
«No teman servir a los caldeos. Quédense a vivir en el país y sirvan al rey de Babilonia, y les irá bien. 10 Yo me quedaré a vivir en Mispá para hablar con los caldeos cuando vengan a vernos. Ustedes pueden tomar el vino, los frutos de verano y el aceite, y ponerlo en sus almacenes, y quédense en las ciudades que han tomado.»
11 Todos los judíos que estaban en Moab, y entre los hijos de Amón y de Edom, y los que estaban en todas las tierras, se enteraron de que el rey de Babilonia había dejado a algunos en Judá, y que había nombrado gobernador a Gedalías hijo de Ajicán, hijo de Safán. 12 Entonces todos estos judíos regresaron de todos los lugares por donde habían sido esparcidos, y vinieron a la tierra de Judá para ver a Gedalías en Mispá, y para recoger vino y abundantes frutos.
13 Johanán hijo de Careaj y todos los jefes de los soldados que no se habían rendido fueron a ver a Gedalías en Mispá, 14 Y le dijeron:
«¿Acaso no sabes que Baalís, el rey de los amonitas, ha enviado a Ismael hijo de Netanías para que te mate?»
Pero Gedalías hijo de Ajicán no les creyó. 15 Entonces allí en Mispá, Johanán hijo de Careaj habló en secreto con Gedalías y le propuso:
«Voy a ir en busca de Ismael hijo de Netanías, y lo mataré sin que nadie lo sepa. Si él llegara a matarte, ¡todos los judíos que se han reunido contigo se dispersarían, y el resto de Judá perecerá!»
16 Pero Gedalías hijo de Ajicán le dijo a Johanán hijo de Careaj:
«No lo hagas. Eso que dices de Ismael es una falsedad.»

INICIO DE LA GESTION DE GEDALIAS
1.       Jeremías se queda con Gedalias (v.1-6)
Por orden de Nabucodonosor Jeremías fue liberado. Aunque en un principio lo estaban llevando a Babilonia, luego decidió quedarse en casa de Gedalias y junto al pueblo en Jerusalén.
Preg.Aplic.: ¿Creo en la justicia de Dios?, ¿estoy decidiendo con sabiduría?
2.       Los rebeldes judíos de unen a Gesalias (v.7-12)
Los jefes rebeldes judíos que no se habían rendido a los caldeos se unen a Gedalias. El los llama a servir a los caldeos y vivir en paz, y que disfruten de alimentos. Asimismo, también vuelven los judíos de otras zonas cercanas para recoger alimentos.
Preg.Aplic.: ¿Estoy como líder dando tranquilidad a otros?, ¿estoy buscando la paz?
3.       Una buena decisión de Gedalias (v.13-16)
En el grupo de los jefes rebeldes que se habían unido estaba Ismael. Pero Johanán y los otros jefes le dan un chisme a Gedalias que Ismael ha venido para matarlo. Incluso, Johanán se ofrece asesinarlo, pero él no lo permite porque es una falsedad señala.
Preg.Aplic.: ¿Me estoy guiando por chismes y falsedades?, ¿me guio sólo por los consejos o tomo mis propias decisiones?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


miércoles, 22 de noviembre de 2017

Jeremías 39

Jeremías 39
1 En el mes décimo del año noveno del reinado de Sedequías en Judá, el rey Nabucodonosor de Babilonia vino a Jerusalén con todo su ejército, y sitió la ciudad.
2 A los nueve días del mes cuarto del año undécimo del reinado de Sedequías, se abrió una brecha en la muralla de la ciudad, 3 por la que entraron todos los príncipes del rey de Babilonia, es decir, Nergal Sarézer, Samgar Nebo, Sarsequín el Rabsaris, Nergal Sarézer el Rabmag, y todos los demás príncipes del rey de Babilonia, y acamparon en la puerta central. 4 Cuando los vieron el rey Sedequías de Judá y todos sus soldados, huyeron de noche. Salieron de la ciudad por el camino del jardín real, por la puerta entre las dos murallas, y el rey salió por el camino del Arabá. 5 Pero el ejército caldeo los siguió, y alcanzaron y apresaron a Sedequías en los llanos de Jericó. Entonces lo llevaron a Ribla, en tierra de Jamat, donde se encontraba el rey Nabucodonosor de Babilonia, y éste le dictó sentencia. 6 Allí en Ribla, el rey de Babilonia mandó degollar en presencia de Sedequías a los hijos de éste, lo mismo que a todos los nobles de Judá. 7 Al rey Sedequías le sacó los ojos, y se lo llevó a Babilonia sujeto con grilletes. 8 Los caldeos les prendieron fuego al palacio del rey y a las casas del pueblo, y derribaron las murallas de Jerusalén. 9 A los que quedaron con vida en la ciudad, y a los que se habían pasado a su bando, y a todos los sobrevivientes del pueblo, Nabuzaradán, capitán de la guardia, los llevó cautivos a Babilonia. 10 Sin embargo, el capitán Nabuzaradán dejó en Judá a la gente pobre, que no tenía nada, y les dio viñas y terrenos.
11 En cuanto a Jeremías, Nabucodonosor le había dado a Nabuzaradán las siguientes instrucciones: 12 «Tómalo y cuida de él. No le hagas ningún daño. Más bien, haz con él lo que yo te diga.»
13 Fue así como Nabuzaradán, capitán de la guardia, y Nabusazbán el Rabsaris, Nergal Sarézer el Rabmag, y todos los príncipes del rey de Babilonia, 14 ordenaron sacar a Jeremías del patio de la cárcel, para entregárselo a Gedalías hijo de Ajicán, hijo de Safán, quien se lo llevó a su casa. Así Jeremías se quedó a vivir entre el pueblo.
15 Mientras Jeremías estaba preso en el patio de la cárcel, la palabra del Señor vino a él, y le dijo:
16 «Ve y habla con Ébed Mélec, el etíope, y dile de mi parte: “Yo, el Señor de los ejércitos y Dios de Israel, te hago saber que voy a traer sobre esta ciudad todo lo que ya he anunciado. Será para su mal, y no para su bien. Cuando eso suceda, tú mismo serás testigo. 17 Pero yo te pondré a salvo, y no caerás en manos de esa gente, a la que temes.
—Palabra del Señor.
18 ”Yo te libraré. No morirás a filo de espada, sino que tu vida será tu botín de guerra, porque tuviste confianza en mí.”»
—Palabra del Señor.

LA INVACION DE BABILONIA
1.       La toma de Jerusalén (v.1-8)
Nabucodonosor sitió a Jerusalén por cerca de 2 años. Luego, hicieron un hueco en la muralla y entraron, Sedequías huyó con su ejército, pero fue perseguido y atrapado. Mataron a sus hijos y a los nobles de Judá. A Sedequías le sacaron los ojos y se lo llevaron como esclavo. Quemaron el palacio, las casas y derrumbaron las murallas de Jerusalén.
Preg.Aplic.: ¿Estoy haciendo algo en fe para cambiar las cosas?, ¿estoy padeciendo el juicio de Dios?, ¿estoy sufriendo pruebas inmanejables?, ¿estoy buscando y clamando a Dios?
2.       El futuro de los sobrevivientes y de Jeremías (v.9-14)
A los sobrevivientes se los llevaron a Babilonia, pero dejaron a la gente pobre y le dieron viñas y terrenos. A Jeremías, Nabucodosor lo sacó de la cárcel, pidió que lo cuidaran y lo alojaron en casa de Gedalías, para que viviera entre el pueblo.
Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo restaurador con los pobres?, ¿creo en la fidelidad de Dios como el lo hizo con Jeremías que lo protegió?, ¿soy agradecido por las protecciones del Señor?
3.       El premio a Ébed Mélec, el etíope (v.15-18)
Ébed Mélec, el etíope, intercedió ante Sedequías para sacarlo del pozo, y salvar a Jeremías (Ver Cap.38). En medio de la invasión de Babilonia, el Señor lo libró de la muerte a Ébed Mélec porque confió en El y liberó a Su profeta. Dios lo protegió.
Preg.Aplic.: ¿Estoy buscando ser justo en todos mis actos?, ¿actuo en medio de injusticias?, ¿estoy confiando y dependiendo de Dios?, ¿tengo fe del pronto obrar de Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán

Equipo AATC

viernes, 3 de noviembre de 2017

Jeremías 38

Jeremías 38
1 Sefatías hijo de Matán, Gedalías hijo de Pasjur, Jucal hijo de Selemías, y Pasjur hijo de Malquías, se enteraron de los mensajes que Jeremías daba a todo el pueblo, y de que les decía:
2 «Así ha dicho el Señor: “El que se quede en esta ciudad morirá a filo de espada, o de hambre, o de peste. Pero el que se pase al bando de los caldeos, vivirá. Su vida será su botín de guerra, y quedará con vida.”
3 »Así ha dicho el Señor: “No hay duda. Esta ciudad será conquistada, y caerá en manos del ejército del rey de Babilonia.”»
4 Por eso los príncipes le dijeron al rey:
«¡Este hombre merece la muerte! Con sus palabras desanima a los soldados que aún quedan en la ciudad, lo mismo que a todo el pueblo. ¡Este hombre no busca la paz del pueblo, sino su mal!»
5 El rey Sedequías les respondió:
«Ahí lo tienen, en sus manos. Aunque soy el rey, nada puedo hacer contra ustedes.»
6 Entonces ellos le echaron mano a Jeremías y lo arrojaron en la cisterna de Malquías hijo de Hamelec, la cual estaba en el patio de la cárcel. Lo bajaron con sogas, y como en la cisterna no había agua, sino cieno, Jeremías quedó hundido en el cieno.
7 Un etíope llamado Ébed Mélec, que era eunuco de la casa real, se enteró de que Jeremías había sido puesto en la cisterna. Mientras el rey estaba sentado a la puerta de Benjamín, 8 Ébed Mélec salió del palacio y fue a hablar con el rey. Le dijo:
9 «Mi señor y rey, todo lo que estos hombres han hecho con el profeta Jeremías está muy mal. Lo han echado en la cisterna, y allí se morirá de hambre, pues ya no hay pan en la ciudad.»
10 Entonces el rey mandó al mismo etíope Ébed Mélec que tomara treinta hombres de la corte, y que fuera a sacar de la cisterna al profeta Jeremías, antes de que se muriera. 11 Ébed Mélec se puso al mando de esos hombres, y entró en la tesorería, que estaba en la parte baja del palacio del rey, y tomó de allí trapos viejos y ropas raídas y andrajosas, y con unas sogas las echó a la cisterna donde estaba Jeremías. 12 Luego el etíope Ébed Mélec instruyó a Jeremías:
«Ponte ahora estos trapos viejos, y estas ropas raídas y andrajosas, debajo de los sobacos, para que no te lastimen las sogas.»
Y Jeremías lo hizo así. 13 De ese modo, con sogas sacaron a Jeremías de la cisterna, y Jeremías se quedó en el patio de la cárcel.
14 Después de eso, el rey Sedequías ordenó que llevaran al profeta Jeremías a su presencia, y lo recibió en la tercera entrada de la casa del Señor. Allí el rey le dijo a Jeremías:
«Voy a hacerte una pregunta, y quiero que me digas la verdad.»
15 Jeremías le respondió:
«Si te digo la verdad, ordenarás que me maten. Y si te doy un consejo, no vas a hacerme caso.»
16 El rey Sedequías le hizo a Jeremías un juramento secreto. Le dijo:
«Te juro por el Señor, que nos dio la vida, que no te mataré ni te pondré en manos de esos hombres que quieren matarte.»
17 Entonces Jeremías le dijo a Sedequías:
«Así ha dicho el Señor y Dios de los ejércitos, el Dios de Israel: “Si te entregas enseguida a los príncipes del rey de Babilonia, seguirás con vida y esta ciudad no será incendiada. Tú y los tuyos seguirán con vida. 18 Pero si no te entregas a los príncipes del rey de Babilonia, esta ciudad caerá en manos de los caldeos, y ellos le prenderán fuego, y tú no podrás escapar de sus manos.”»
19 El rey Sedequías le contestó:
«Jeremías, tengo miedo de los judíos que se han pasado al bando de los caldeos. Tal vez me entreguen en sus manos y me pongan en ridículo.»
20 Pero Jeremías le dijo:
«No te entregarán. Si atiendes a la voz del Señor, y a lo que yo te digo, te irá bien y vivirás. 21 Pero si te niegas a entregarte, esto es lo que el Señor me ha revelado: 22 Todas las mujeres que han quedado en el palacio real de Judá serán entregadas a los príncipes del rey de Babilonia, y ellas mismas dirán: “Tus amigos te engañaron, y te han vencido. Hundieron tus pies en el cieno, y luego te abandonaron.” 23 Entonces todas tus mujeres y tus hijos serán entregados a los caldeos, y tú no escaparás de sus manos, sino que el rey de Babilonia mismo te hará prisionero, y a esta ciudad le prenderán fuego.»
24 Sedequías le dijo a Jeremías:
«Si no quieres morir, nadie debe enterarse de esto. 25 Si los príncipes llegan a saber que yo he hablado contigo, y vienen a verte y te dicen: “Dinos por favor de qué hablaste con el rey. Si no quieres que te matemos, no nos ocultes nada. Y dinos también qué te dijo el rey”, 26 tú les responderás: “Yo le pedí al rey que no me hiciera volver a la casa de Jonatán, pues no quiero morir allí.”»
27 En efecto, todos los príncipes fueron a ver a Jeremías y le preguntaron, y él les respondió tal y como el rey le había sugerido. Entonces ellos, al ver que ese asunto no había trascendido, dejaron a Jeremías en paz. 28 Y Jeremías se quedó en el patio de la cárcel hasta el día en que Jerusalén fue conquistada. El día en que Jerusalén cayó, Jeremías estaba allí.

JEREMIAS ES METIDO Y LIBERADO DE UNA CISTERNA
1.       Jeremías es metido a una cisterna (v.1-6)
Los príncipes escuchan el mensaje de Jeremías de que Jerusalén será conquistada por Babilonia y lo acusan ante el rey de ser traidor por desanimarlos y piden su muerte. El rey no hace nada y se los entrega, y ellos lo meten a una cisterna llena de barro.
Preg.Aplic.: ¿Estoy escuchando la Palabra de Dios?, ¿Cómo líder asumo mi responsabilidad o no hado nada?, ¿soy vengativo y despiadado cuando estoy resentido?
2.       Jeremías es sacado de la cisterna por un etiope (v.7-13)
Ebed Melec siervo etíope de la corte del rey, intercede para sacar a Jeremías de la cisterna porque va a morir de hambre. El rey le autoriza y con 30 soldados va y saca a Jeremías de la cisterna y lo deja en el patio de la cárcel.
Preg,Aplic.: ¿Estoy siendo prójimo de los necesitados?, ¿estoy utilizando mi trabajo para bendecir a los demás?, ¿estoy haciendo algo hoy para cambiar las cosas?
3.       El rey Sedequías consulta a Jeremías (v.14-23)
El rey consulta a Jeremías y le jura que no lo va a matar por decir la verdad. Jeremías le dice que para vivir debe entregarse a Babilonia, porque vendrán los caldeos a destruir la ciudad. Si no obedece va a ser prisionero de Babilonia y sus hijos serán entregados a los caldeos.
Preg.Aplic.: ¿Estoy cumpliendo lo que prometo?, ¿estoy siendo prudente a las advertencias de la Palabra de Dios?,
4.       Jeremías obedece a Sedequías (v.24-28)
Sedequías le pide a Jeremías prudencia con lo hablado en privado. Los príncipes lo buscan para indagar sobre lo conversado con el rey, y el les responde como el rey había pedido.
Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo prudente con mis conversaciones?, ¿estoy cortando todo chisme y habladurías?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


martes, 31 de octubre de 2017

Jeremías 37

Jeremías 37
1 El rey Nabucodonosor de Babilonia nombró rey de Judá a Sedequías hijo de Josías, y éste reinó en lugar de Conías hijo de Joacín. 2 Pero ni él ni sus siervos, ni el pueblo de la tierra, hicieron caso de las palabras que el Señor les anunció por medio del profeta Jeremías. 3 Sin embargo, el rey Sedequías envió a Jucal hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías hijo de Maseías, para que le pidieran al profeta Jeremías que orara al Señor su Dios por ellos. 4 Jeremías andaba con toda libertad en medio del pueblo, porque todavía no lo habían encarcelado.
5 Los caldeos tenían sitiada a la ciudad de Jerusalén, pero cuando les llegó la noticia de que el ejército del rey de Egipto marchaba contra ellos, se retiraron de Jerusalén. 6 La palabra del Señor vino entonces al profeta Jeremías, y le dijo:
7 «Así ha dicho el Señor y Dios de Israel: El rey de Judá los envió a consultarme. Pues díganle que el ejército del faraón, que había salido en su ayuda, ya se ha regresado a Egipto, su país. 8 Así que los caldeos volverán y atacarán esta ciudad, y la conquistarán y le prenderán fuego.
9 »Así ha dicho el Señor: No se engañen a ustedes mismos, ni piensen que los caldeos van a apartarse de ustedes, porque no se apartarán. 10 Aun cuando ustedes hieran a todo el ejército caldeo que los combate, y de ellos queden solamente hombres heridos, cada uno de ellos se levantará de su tienda y le prenderá fuego a esta ciudad.»
11 En el momento en que, por causa del ejército de Faraón, se retiraba de Jerusalén el ejército de los caldeos, 12 Jeremías quiso alejarse del pueblo y salió de Jerusalén para irse a la tierra de Benjamín, 13 pero sucedió que, al llegar a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán llamado Irías hijo de Selemías, hijo de Jananías, el cual tomó preso al profeta Jeremías con el pretexto de que éste se estaba pasando al bando de los caldeos. 14 Jeremías negó estar pasándose al bando de los caldeos, pero Irías no le hizo caso, sino que lo aprehendió y lo hizo comparecer ante los príncipes. 15 Éstos se enojaron con Jeremías, y ordenaron azotarlo y ponerlo en prisión en la casa del escriba Jonatán, la cual habían convertido en cárcel.
16 Jeremías entró en las bóvedas de la casa de la cisterna, y allí se quedó mucho tiempo. 17 Pero el rey Sedequías envió por él y lo sacó de allí, y una vez en su casa le preguntó de manera confidencial:
«¿Tienes algún mensaje del Señor?»
Y Jeremías le dijo:
«Lo tengo. Vas a caer en manos del rey de Babilonia.»
18 Además, Jeremías también le dijo al rey:
«¿Qué pecado cometí contra ti, o contra tus siervos, o contra este pueblo, para que ustedes me echaran en la cárcel? 19 ¿Dónde están esos profetas que les profetizaban que el rey de Babilonia no vendría a atacarlos, ni a ustedes ni a esta tierra? 20 Yo te ruego, mi rey y señor, que atiendas mi súplica y no me hagas volver a casa del escriba Jonatán. ¡No quiero morir allí!»
21 Entonces el rey Sedequías ordenó que Jeremías quedara bajo vigilancia en el patio de la cárcel, y que todos los días se le diera una pieza de pan, directamente de las panaderías, mientras hubiera pan en la ciudad. Fue así como Jeremías se quedó en el patio de la cárcel.

ENCARCELACION DE JEREMIAS EN EL GOBIERNO DEL REY SEDEQUIAS
1.       Sedequías manda a consultar a Jeremías (v.1-5)
Ni el nuevo rey Sedequías, ni los líderes y ni el pueblo hicieron caso a las palabras de Jeremías. Aunque el rey mandó a consultar a Jeremías porque Jerusalén estaba sitiada por los caldeos. Pero estos se retiraron por la llegada del rey de Egipto.
Preg.Aplic.: ¿Estoy escuchando y obedeciendo la Palabra de Dios?, ¿busco sólo a Dios cuando tengo problemas?, ¿me protejo con la religión?
2.       La respuesta de Dios a Sedequías (v.6-10)
El Señor les responde que debido a que Egipto ha vuelto a su país, los caldeos regresarán y conquistarán Jerusalén y le prenderán fuego a la ciudad.
Preg.Aplic.: ¿Estoy sufriendo las consecuencias de mis pecados?, ¿estoy siendo previsor en lo que hago?
3.       Encarcelación de Jeremías (v.11-21)
Jeremías es atrapado cuando huía de Jerusalén a Benjamin debido a la invasión de los babilonios. Se le acusa con injusticia de traición, de querer unirse a los caldeos. Fue azotado y encarcelado. Luego el rey Sedequías lo llama. El mensaje de Dios es que va a ser invadidos por los babilonios. Jeremías pide justicia, el rey lo pone en el patio de la cárcel.
Preg.Aplic.: ¿Estoy actuando con injusticia contra otras personas?, ¿estoy haciendo algo para cambiar ante la Palabra de Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán

Equipo AATC

lunes, 16 de octubre de 2017

Jeremías 36

Jeremías 36
2 «Toma un rollo de cuero, y escribe en él cada una de las palabras que te he comunicado en contra de Israel y de Judá, y en contra de todas las naciones, desde los días de Josías, que fue cuando comencé a hablarte, hasta el día de hoy. 3 Tal vez la casa de Judá preste atención a todo el mal que yo pienso hacerles, y cada uno de ellos se aparte de su mal camino. Entonces yo les perdonaré su maldad y su pecado.»
4 Jeremías llamó entonces a Baruc hijo de Nerías, y Baruc escribió en un rollo de cuero todo lo que Jeremías le dictó, y que eran las palabras que el Señor le había comunicado. 5 Después Jeremías le dijo a Baruc:
«A mí se me ha prohibido entrar en la casa del Señor. 6 Así que entra tú en ella, y en el día del ayuno lee ante el pueblo las palabras del Señor, que yo te he dictado y que están en este rollo. Léelas también en presencia de todos los de Judá, que vienen de sus ciudades. 7 Tal vez la oración de ellos llegue a la presencia del Señor, y cada uno de ellos se aparte de su mal camino. Porque son demasiado grandes el furor y la ira que el Señor ha manifestado contra este pueblo.»
8 Baruc hijo de Nerías cumplió con todo lo que el profeta Jeremías le mandó hacer, y en el templo leyó del rollo de cuero las palabras del Señor.
9 En el mes noveno del año quinto del reinado de Joacín hijo de Josías, en Judá, en la presencia del Señor se promulgó ayuno a todo el pueblo de Jerusalén y a todos los que venían de las ciudades de Judá a Jerusalén. 10 Baruc leyó entonces en la casa del Señor las palabras de Jeremías que estaban en el rollo de cuero. Lo hizo en presencia del pueblo, desde el aposento del escriba Gemarías hijo de Safán, que estaba en el atrio superior, a la entrada de la puerta nueva de la casa del Señor. 11 Cuando Micaías hijo de Gemarías, hijo de Safán, oyó la lectura de todas las palabras del Señor, 12 se dirigió al palacio del rey y entró en el aposento del secretario. Allí estaban sentados todos los príncipes, es decir: el secretario Elisama, Delaía hijo de Semaías, Elnatán hijo de Acbor, Gemarías hijo de Safán, Sedequías hijo de Jananías, y todos los príncipes. 13 Allí Micaías les contó todo lo que había oído cuando Baruc dio lectura al rollo de cuero en presencia del pueblo. 14 Entonces todos los príncipes enviaron a Yehudí hijo de Netanías, hijo de Selemías, hijo de Cusi, para que le dijera a Baruc que tomara el rollo que había leído ante el pueblo y se presentara ante ellos. Entonces Baruc hijo de Nerías tomó el rollo de cuero y fue a verlos. 15 Allí los príncipes le dijeron:
«Siéntate, por favor, y léenos el rollo.»
Y Baruc se lo leyó. 16 En cuanto los príncipes oyeron todo aquello, cada uno miró espantado a su compañero, y le dijeron a Baruc:
«Tenemos que informar al rey de todo esto.»
17 Luego le preguntaron a Baruc:
«Ahora, cuéntanos cómo fue que escribiste todas estas palabras de labios de Jeremías.»
18 Y Baruc les contestó:
«Jeremías me dictaba todas estas palabras, y yo las iba escribiendo en el rollo.»
19 Entonces los príncipes le aconsejaron a Baruc:
«Pues corran a esconderse, tú y Jeremías, y que nadie sepa dónde se encuentran.»
20 Luego de depositar el rollo en el aposento del secretario Elisama, los príncipes se dirigieron al atrio, donde estaba el rey, y allí le informaron al rey acerca de todas estas palabras. 21 Entonces el rey ordenó a Yehudí que fuera por el rollo, y éste fue y lo tomó del aposento del secretario Elisama, y lo leyó ante el rey y ante todos los príncipes que le hacían compañía. 22 Era el mes noveno, y el rey estaba en la casa de invierno. Delante de él había un brasero encendido. 23 Yehudí habría leído tres o cuatro columnas del texto, cuando el rey rasgó el rollo con un cortaplumas de escriba, y lo arrojó al fuego que había en el brasero, hasta que todo el rollo se consumió. 24 Cuando el rey y sus siervos oyeron todas estas palabras, no mostraron ningún temor ni se rasgaron los vestidos. 25 Elnatán, Delaía y Gemarías le rogaron al rey que no quemara el rollo, pero el rey no les hizo caso; 26 al contrario, mandó a Yeramel hijo de Hamelec, a Seraías hijo de Azriel y a Selemías hijo de Abdel, para que aprehendieran al escriba Baruc y al profeta Jeremías, pero el Señor los escondió.
27 Después de que el rey quemó el rollo con las palabras que Jeremías le dictó a Baruc, y que éste había escrito, la palabra del Señor vino a Jeremías, y le dijo:
28 «Vuelve a tomar otro rollo, y escribe en él todas las palabras que ya estaban escritas en el primer rollo que quemó Joacín rey de Judá. 29 Y dile de mi parte: “Tú, Joacín rey de Judá, quemaste este rollo, y objetaste el hecho de que allí estuviera escrito que el rey de Babilonia vendrá y destruirá esta tierra, hasta que no queden en ella ni hombres ni animales. 30 Por lo tanto, yo, el Señor, te digo a ti, Joacín rey de Judá: Ningún descendiente tuyo te sucederá en el trono de David. Además, tu cadáver quedará expuesto al calor del día y al frío de la noche. 31 Por no haberme hecho caso, voy a castigarte por tu maldad, y también castigaré a tus descendientes y a tus siervos; voy a traer sobre ellos, y sobre los habitantes de Jerusalén y de Judá, todo el mal que les he anunciado.”»
32 Jeremías tomó otro rollo, y se lo dio al escriba Baruc hijo de Nerías; éste, por su parte, escribió en él todas las palabras que Jeremías le había dictado antes, y que estaban escritas en el rollo que el rey Joacín de Judá quemó en el fuego, ¡y aun fueron añadidas a ellas muchas otras palabras semejantes!

EL ULTIMO MENSAJE DE DIOS PARA ARREPENTIMIENTO DE JUDA
1.       La oportunidad de Dios a Judá (v.1-8)
El Señor manda a Jeremías a que escriba el mensaje de juicio contra Judá e Israel con el fin de que puedan arrepentir y volver a Dios. Le pide a Baruc que lleve el mensaje y lo lea en el templo en el tiempo de oración, tal vez se arrepientan.
Preg.Aplic.: ¿Estoy escuchando atentamente los mandamientos de Dios?, ¿soy sensible a la voz de Dios y me estoy volviendo de todo mal camino?
2.       Baruc lee el rollo con el mensaje en el templo (v.9-19)
Baruc leyó el mensaje en presencia del pueblo y los sacerdotes. Micaías va al palacio e informar a los príncipes sobre el mensaje. Ellos mandan por Baruc, quien les lee el mensaje. Deciden dar el mensaje al rey, y piden que Jeremías y Baruc se escondan.
Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo fiel en hacer la voluntad de Dios?, ¿reacciono a tiempo ante el mensaje de Dios o simplemente lo escucho y no hay cambios en mi vida?
3.       El rey destruye el rollo con el mensaje de Dios (v.20-26)
Se lleva el rollo y se lee el mensaje al rey Joacín. Este solo escucha una parte y decide destruir el rollo, no hay ningún temor ni arrepentimiento de nadie. E incluso manda a apresar a Jeremías y a Baruc, pero Dios los estaba protegiendo.
Preg.Aplic.: ¿Tengo temor por la Palabra de Dios?, ¿tomo decisiones apresuradas sin medir las consecuencias?, ¿está el Señor protegiendo mi vida?
4.       Un nuevo rollo re-afirma el juicio de Dios (v.27-32)
El Señor manda a Jeremías escribir otro rollo con el mismo mensaje y con el juicio contra Joacin. Morirá malamente sin descendencia, y destruirá a Jerusalén y a Judá por su rebeldía.
Preg.Aplic.: ¿Estoy sufriendo las consecuencias de mi rebeldía?, ¿hay en mi corazón sencillez para un verdadero arrepentimiento?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC