martes, 30 de septiembre de 2014

Salmos 58

Salmos 58
1 Ustedes los jueces ¿en verdad hacen justicia?. Ustedes, simples mortales, ¿juzgan con rectitud?
2 Más bien, en su corazón urden hacer el mal, y luego actúan con violencia en la tierra.
3 Los impíos se desencaminan desde la matriz; se descarrían y mienten desde que nacen.
4 Son venenosos como serpientes; se tapan los oídos; son como un áspid sordo 5 que no escucha la voz de los magos, de los hábiles encantadores.
6 Dios mío, ¡rómpeles los dientes!. Señor, ¡rómpeles a esos leones los colmillos!
7 ¡Que se diluyan, como el agua que corre!, ¡Que sus saetas se hagan pedazos al dispararlas!
8 ¡Que se disuelvan como los caracoles!, ¡Que sean como abortivos y jamás vean el sol!
9 ¡Que antes de darse cuenta ardan como espinos!, ¡Que aun con vida el viento los arrebate!
10 Al verse vengados, los justos se alegrarán y se empaparán los pies en la sangre del impío.
11 Entonces se dirá:
«Ciertamente, los justos serán recompensados; ciertamente, hay un Dios que juzga en la tierra.»

LA JUSTICIA DE DIOS
1.       El malvado se cree juez (v.1-5)
Los malvados son injustos y violentos. Han nacido en maldad y son hábiles encantadores para destrucción.
Preg.aplic.: ¿Estoy cayendo continuamente en pecados?, ¿hay en mi corazón verdadero arrepentimiento para un cambio verdadero?
2.       El salmista ora por justicia divina (v.6-11)
El salmista pide a Dios que haga su justicia contra los malvados. Y sabe que el Señor responderá y recompensará a sus fieles.
Preg.Aplic.: ¿Estoy confiando y dependiendo de la justicia de Dios?, ¿estoy teniendo fe y creyendo en las respuestas de Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


lunes, 29 de septiembre de 2014

Salmos 57

Salmos 57
1 ¡Ten misericordia de mí, Dios mío; ten misericordia de mí!
Yo he puesto en ti mi confianza, y bajo la sombra de tus alas me refugiaré hasta que haya pasado el peligro.
2 Clamo a ti, Dios Altísimo, pues tú me favoreces; 3 desde los cielos vendrás en mi ayuda, enviarás tu misericordia y tu verdad, y me librarás de mis infames opresores.
4 Me encuentro en medio de gente agresiva; entre gente semejante a leones feroces.
Sus colmillos parecen lanzas y saetas; su lengua es una espada aguda.
5 Tú, mi Dios, estás por encima de los cielos; ¡tu gloria domina toda la tierra!
6 Ante mí han tendido una trampa, y me siento totalmente abatido.
Han cavado una fosa delante de mí, pero serán ellos los que en ella caigan.
7 Mi corazón está dispuesto, Dios mío; mi corazón está dispuesto a cantarte salmos.
8 ¡Despierta, alma mía!, ¡Despierten, salterio y arpa, que voy a despertar al nuevo día!
9 Yo, Señor, te alabaré entre los pueblos; te cantaré salmos entre las naciones, 10 pues tu bondad es grande como los cielos; ¡hasta las nubes llega tu verdad!
11 Tú, mi Dios, estás por encima de los cielos; ¡tu gloria domina toda la tierra!

LA CONFIANZA EN DIOS ANTE ENEMIGOS
1.       El salmista declara su confianza al Señor (v.1-3; 5;7-11)
El salmista clama a Dios y confía en Su protección ante enemigos. Está dispuesto a alabarle porque está confiando en el Dios Soberano y Todopoderoso.
Preg.Aplic.: ¿Estoy clamando y orando en confianza en Dios?, ¿estoy dependiendo totalmente del Todopoderoso?
2.       Los enemigos que enfrenta (v. 4;6)
Son gente agresiva e implacable y han tendido una trampa, pero confía y cree en la liberación de Dios.
Preg.aplic.: ¿Cuál es el tamaño de la dificultad que enfrento?, ¿hay algo imposible para Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


domingo, 28 de septiembre de 2014

Salmos 56

Salmos 56
1 Dios mío, ten misericordia de mí, porque hay gente capaz de devorarme.
Todo el tiempo me oprimen y me combaten; 2 todo el tiempo mis enemigos me pisotean; ¡son muchos los soberbios que me atacan!
3 Pero yo, cuando tengo miedo, confío en ti.
4 Confío en ti, mi Dios, y alabo tu palabra; confío en ti, mi Dios, y no tengo miedo; ¿Qué puede hacerme un simple mortal?
5 Todo el tiempo, ellos tuercen mis palabras; sólo piensan en perjudicarme.
6 Se juntan para acecharme, y vigilan cada uno de mis pasos con la intención de quitarme la vida.
7 ¡Dios mío, toma en cuenta su iniquidad y en tu furor humilla a esa gente!
8 Tú llevas la cuenta de mis huidas; tú has puesto mis lágrimas en tu redoma; más bien, las has anotado en tu libro.
9 El día que yo te pida ayuda mis enemigos serán puestos en fuga, pues yo sé que tú, mi Dios, estás de mi parte.
10 Dios mío, en ti confío y alabo tu palabra; Señor, en ti confío y alabo tu palabra.
11 Confío en ti, mi Dios, y no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?
12 Dios mío, yo tengo presentes mis votos, y habré de tributarte alabanzas, 13 porque me libraste de la muerte y evitaste que mis pies tropezaran para que ante ti camine en la luz de la vida.

LA CONFIAZA EN DIOS FRENTE A LAS DIFICULTADES
1.       El salmista confía en Dios (v.1-4; 10-13)
El salmista confía en Dios frente a las injusticias que padece. Confía y no tiene miedo del hombre. Y se consagra en agradecimiento por la fidelidad del Señor.
Preg.Aplic.: ¿Estoy confiando y rindiendo todo temor a Dios?, ¿me estoy consagrando totalmente a El y dependiendo en todo momento?
2.       Lo que hacen los malvados (v.5-9)
Sus enemigos buscan matarlo y ha estado huyendo con angustia de ellos y confía que Dios lo protegerá y huirán ante El.
Preg.Aplic.: ¿Estoy sufriendo angustias frente a las dificultades?, ¿creo que Dios obrará hoy?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


sábado, 27 de septiembre de 2014

Salmos 55

Salmos 55
1 Dios mío, ¡escucha mi oración!. No te escondas; ¡atiende mi súplica!
2 Préstame atención; ¡respóndeme!. En mi oración clamo a ti, y me conmuevo 3 por las amenazas de mis enemigos, por la opresión de los malvados.
Sobre mí han descargado su iniquidad, y furiosos me persiguen.
4 Dentro de mí, el corazón me duele; sobre mí han caído terrores de muerte.
5 Me ha sobrevenido un terrible temblor, y estoy temblando de miedo.
6 ¡Cómo quisiera tener alas de paloma!, ¡Así podría volar, y descansaría!
7 ¡Me escaparía muy lejos de aquí, y me quedaría a vivir en el desierto!
8 ¡Presuroso escaparía del viento borrascoso!, ¡Huiría de la tempestad!
9 ¡Destrúyelos, Señor!, ¡Confunde su lengua!, ¡En la ciudad sólo veo violencia y rencillas, 10 que día y noche rodean sus murallas!.
En su interior sólo hay iniquidad y violencia; 11 en su interior sólo hay continua maldad; el fraude y el engaño no se apartan de sus calles.
12 No me ha ofendido un enemigo, lo cual yo podría tolerar; tampoco me ha atacado quien me aborrece, pues de él podría haberme escondido.
13 ¡Has sido tú, que parecías ser mi amigo, mi compañero, mi hermano del alma!
14 Tú y yo compartíamos dulces secretos, y juntos andábamos por la casa de Dios.
15 ¡Que la muerte sorprenda a mis enemigos!, ¡Que desciendan vivos al sepulcro,
porque en ellos y en sus casas hay maldad!
16 Por mi parte, yo clamaré a Dios; ¡el Señor vendrá a salvarme!
17 En la tarde, en la mañana, al mediodía, clamaré a Dios, y él oirá mi voz; 18 me salvará de la guerra desatada contra mí, y me hará vivir en paz, aun cuando sean muchos los que me ataquen.
19 Dios me oirá, y los humillará, pues él es el Rey eterno.
Puesto que esos malvados no cambian, ni dan muestras de temer a Dios, 20 violan su pacto y extienden la mano contra los que están en paz con ellos.
21 Sus palabras son suaves, como mantequilla, pero en su corazón se libra una batalla.
Sus palabras son suaves, como el aceite, pero en realidad son espadas desnudas.
22 Tú, deja tus pesares en las manos del Señor, y el Señor te mantendrá firme; el Señor no deja a sus fieles caídos para siempre.
23 Y tú, Dios mío, ¡haz que esa gente descienda al profundo pozo de la perdición!
¡Esa gente sanguinaria y mentirosa no llegará a la mitad de su vida!
Pero yo, siempre confiaré en ti.

LA JUSTICIA DE DIOS
1.       El clamor del salmista (v.1-8; 16-18; 22)
El salmista pide que Dios escuche y atienda su súplica. Clama a Dios ante las amenazas de los enemigos y está lleno de miedo y con ganas de huir. De todos modos, decide clamar a Dios y esperar en su salvación y confiar en la firmeza de Dios.
Preg.Aplic.: ¿Estoy buscando y clamando a Dios?, ¿estoy confiando en la paz de Dios y esperando la guía y salvación de Dios?
2.       La búsqueda de la justicia de Dios (v. 9-15; 19-21; 23)
El salmista eleva una oración imprecatoria de la justicia de Dios para con los malvados. Ha recibido la traición de su mejor amigo. Confía en que Dios obrará su justicia ante los malos engañadores que no se quieren arrepentir ni acercarse a Dios.
Preg.Aplic.: ¿Más que quejarme y buscar mi propia justicia estoy confiando y dependiendo de la justicia de Dios?


Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC



viernes, 26 de septiembre de 2014

Salmos 54


Salmos 54
1 Dios mío, ¡sálvame por tu nombre!, ¡Defiéndeme con tu poder!
2 Dios mío, ¡escucha mi oración!, ¡Presta oído a las palabras de mi boca!
3 Gente extraña se ha levantado contra mí; gente violenta intenta matarme. Dios mío, ¡son gente que no te toma en cuenta!
4 Pero tú, mi Dios, eres quien me ayuda; tú, Señor, eres quien sustenta mi vida.
5 Por tu fidelidad, ¡destrúyelos!, ¡Devuélveles el mal a mis enemigos!
6 Yo, Señor, te ofreceré sacrificios voluntarios, y alabaré tu nombre, porque es bueno alabarte; 7 porque tú me has librado de toda angustia, y con mis ojos he visto la ruina de mis enemigos.

EL CLAMOR DEL SALMISTA
·         Oración (v.1-5)
Ora por salvación frente a gente violenta. Pide que escuche su oración y que Dios haga justicia. Cree en Dios que lo sustenta.
Preg.Aplic.: ¿Estoy abriendo mi corazón a Dios?, ¿tengo la convicción de que Dios va a escuchar mi oración?, ¿confío en la justicia de Dios?, ¿está el Señor sustentando mi vida?
·         Agradecimiento (v.6-7)
En agradecimiento ofrecerá sacrificios y alabará al Señor porque ha escuchado su clamor y librado de sus angustias y enemigos
Preg.Aplic.: ¿Estoy ofreciendo mi vida como sacrificio al Señor?, ¿soy una persona agradecida por que Dios hace?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


jueves, 25 de septiembre de 2014

Salmos 53

Salmos 53
1 Dentro de sí dicen los necios: «Dios no existe.»
Corrompidos están. Sus hechos son repugnantes. No hay nadie que haga el bien.
2 Desde el cielo, Dios observa a la humanidad para ver si hay alguien con sabiduría que busque a Dios.
3 Pero todos se han desviado; todos a una se han corrompido. No hay nadie que haga el bien;
¡ni siquiera hay uno solo!
4 ¿Acaso no piensan esos malhechores, que devoran a mi pueblo como si fuera pan, y jamás invocan a Dios?
5 Ellos se estremecerán de miedo allí, donde no hay nada que temer. Dios esparcirá los huesos de los que te asedian; Dios los desechará y los dejará en vergüenza.
6 ¡Que venga de Sión la salvación de Israel!
Cuando Dios haga volver a su pueblo cautivo, ¡se alegrará Jacob, se regocijará Israel!

LA REALIDAD DE LOS MALOS
·         Para ellos Dios no existe (v.1)
·         Todo están corrompidos, no hay nadie que haga lo bueno (v.1-2)
·         El hombre se ha desviado de Dios y busca hacer bien ni al Señor (v.3-4)
·         El Señor hará juicio a los malos (v.5)
·         El Señor salvará a su pueblo (v.6)
Preg.Aplic.: ¿Soy sensible a Dios y reconozco mi condición de pecador y estoy arrepentido totalmente?, ¿estoy buscando a Dios para que me siga transformando?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Salmos 52

Salmos 52
1 Y tú, fanfarrón, ¿por qué presumes de tu maldad?
¡La misericordia de Dios es constante!
2 Tu lengua es como navaja afilada, que sólo engaña y trama hacer mal.
3 Prefieres hacer lo malo y no lo bueno, y mentir, más que decir la verdad.
4 Tu lengua es engañosa; prefieres proferir toda clase de insultos.
5 Por eso, Dios te destruirá para siempre; te arrancará del lugar donde ahora vives; ¡te desarraigará de la tierra de los vivientes!
6 Los hombres justos verán esto, y temerán; se burlarán de él, y dirán:
7 «¡Miren al que no hizo de Dios su fortaleza!, ¡Miren al que confió en sus muchas riquezas y se mantuvo firme en su maldad!»
8 ¡Pero mírenme a mí!, ¡Soy como un verde olivo en la casa de Dios, y en su misericordia confío ahora y siempre!
9 Yo te alabaré siempre delante de tus fieles, porque has actuado en mi favor.
Por siempre confiaré en tu nombre, porque es bueno confiar en ti.

LA JUSTICIA DE DIOS
1.       La realidad del malo (v.1-5)
El malvado es fanfarrón, hiriente, mentiroso y prefiere lo malo y no la verdad. Pero, Dios le hará justicia.
Preg.Aplic.: ¿Estoy cayendo en pecados y soy autosuficiente?, ¿estoy temiendo a Dios y arrepintiéndome de mis pecados?
2.       La alegría del justo (v.6-9)
El juicio a los malos será un ejemplo a los justos y se alegrarán por confiar en el Señor. Y alabarán al Señor siempre.
Preg.Aplic.: ¿Estoy confiando totalmente en Dios?, ¿mi vida adora y alaba a Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC



martes, 23 de septiembre de 2014

Salmos 51

Salmos 51
1 Dios mío, por tu gran misericordia, ¡ten piedad de mí!; por tu infinita bondad, ¡borra mis rebeliones!
2 Lávame más y más de mi maldad; ¡límpiame de mi pecado!
3 Reconozco que he sido rebelde; ¡mi pecado está siempre ante mis ojos!
4 Contra ti, y sólo contra ti, he pecado; ¡ante tus propios ojos he hecho lo malo!
Eso justifica plenamente tu sentencia, y demuestra que tu juicio es impecable.
5 ¡Mírame! ¡Yo fui formado en la maldad!, ¡Mi madre me concibió en pecado!
6 ¡Mírame! Tú amas la verdad en lo íntimo; ¡haz que en lo secreto comprenda tu sabiduría!
7 ¡Purifícame con hisopo, y estaré limpio!, ¡Lávame, y estaré más blanco que la nieve!
8 ¡Lléname de gozo y alegría, y revivirán estos huesos que has abatido!
9 No te fijes ya en mis pecados; más bien, borra todas mis maldades.
10 Dios mío, ¡crea en mí un corazón limpio!, ¡Renueva en mí un espíritu de rectitud!
11 ¡No me despidas de tu presencia, ni quites de mí tu santo espíritu!
12 ¡Devuélveme el gozo de tu salvación!, ¡Dame un espíritu dispuesto a obedecerte!
13 Así instruiré a los pecadores en tus caminos; así los pecadores se volverán a ti.
14 Dios mío, Dios de mi salvación, ¡líbrame de derramar sangre, y mi lengua proclamará tu justicia!
15 Abre, Señor, mis labios, y mi boca proclamará tu alabanza.
16 Aún si yo te ofreciera sacrificios, no es eso lo que quieres; ¡no te agradan los holocaustos!
17 Los sacrificios que tú quieres son el espíritu quebrantado; tú, Dios mío, no desprecias al corazón contrito y humillado.
18 Por tu bondad, trata bien a Sión; ¡reconstruye las murallas de Jerusalén!
19 Te agradarás entonces con los sacrificios que mereces, con los holocaustos y ofrendas del todo quemadas; se ofrecerán entonces becerros sobre tu altar.

DAVID SE ARREPIENTE DE SU PECADO CON BETHZABE
1.       David está verdaderamente arrepentido (v.1-10)
David pide al Señor que le lave su maldad. Reconoce sus pecados y está arrepentido, y pide que lo perdone, que lo restaure (un nuevo corazón) y lo renueve.
Preg.Aplic.: ¿Estoy verdaderamente arrepentido de mis pecados?, ¿estoy rendido y confiado en el poder de Dios para el cambio total de mi vida?
2.       David expresa su sentir de restauración completa (v.11-19)
David le pide que lo guie a ser obediente y a enseñar a otros. Ya no quiere ser asesino y quiere ser un real adorador con un corazón quebrantado y una vida consagrada.
Preg.aplic.: ¿Estoy obedeciendo a Dios en sus mandamientos?, ¿soy un verdadero adorador: estoy quebrantado y consagrado al Señor?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC




lunes, 22 de septiembre de 2014

Salmos 50

Salmos 50
1 El Señor, el Dios de dioses, ha hablado; de este a oeste ha convocado a la tierra.
2 Desde Sión, la ciudad bella y perfecta, Dios deja ver su esplendor.
3 Nuestro Dios viene, pero no en silencio. Un fuego consumidor lo precede; una poderosa tempestad lo rodea.
4 Convoca a los cielos y a la tierra, pues viene a juzgar a su pueblo.
5 «Reúnan a mi pueblo santo, a los que han hecho un pacto conmigo y me han ofrecido un sacrificio.»
6 Y los cielos declaran su justicia; declaran que Dios mismo es el juez.
7 «Escucha, Israel, pueblo mío; voy a hablar y a testificar contra ti. Yo soy Dios. Yo soy tu Dios.
8 No voy a reprenderte por tus sacrificios, ni por los holocaustos que siempre me ofreces; 9 no voy a tomar ningún becerro de tu casa, ni ningún macho cabrío de tus apriscos, 10 pues míos son todos los animales del bosque, ¡los miles de animales que hay en las colinas!
11 Mías son todas las aves de los montes; mío es todo lo que se mueve en los campos.
12 »Si yo tuviera hambre, no te lo diría, pues el mundo y su plenitud me pertenecen.
13 ¿Acaso me alimento con carne de toros, o bebo sangre de machos cabríos?
14 Yo soy el Dios Altísimo; en vez de sacrificios, ofréceme alabanzas y cúmpleme todos los votos que me hagas.
15 Invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me honrarás.»
16 Pero al malvado Dios le dice:
«¿Qué tienes tú que ver con mis leyes?, ¿Por qué te atreves a hablar de mi pacto?
17 ¡Si tú aborreces la corrección, y echas en saco roto mis palabras!
18 Si ves un ladrón, corres a su encuentro; ¡eres gran amigo de los adúlteros!
19 Para el mal, no mides tus palabras; con tu lengua urdes toda clase de engaños.
20 En los tribunales, hablas contra tu hermano; contra tu propio hermano profieres infamias.
21 Todo esto has hecho, y yo me he callado; habrás pensado que yo soy como tú. Pero ahora voy a reprenderte; voy a exhibir todas tus maldades.
22 »Ustedes, los que se olvidan de mí, entiendan bien esto; no vaya a ser que los despedace
y no haya quien los libre de mí.
23 El que me ofrece alabanzas, me honra; al que enmiende su camino, yo lo salvaré.»

EL DIOS JUSTO
1.       Dios llama a su pueblo (v.1-15; 23)
El Señor se manifiesta con todo su poder a su pueblo. A El no le impresionan los sacrificios. Pide que le ofrezcan alabanzas y que cumplan sus promesas. El va a responder en el día de angustia y va a salvar a quien le honra y enmiende su camino.
Preg.Aplic.: ¿Estoy buscando impresionar a Dios con mis obras?, ¿estoy cumpliendo con el pacto a Dios?, ¿estoy enmendando mi cambio y dejando que Dios me transforme?
2.       Dios reprende la rebeldía (v.16-22)
El malvado cuestiona el pacto y aborrece la corrección de Dios. Es amigo de los malos, es mentiroso y calumniador. Dios va a hacer juicio contra los malos.
Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo humilde y aceptando la corrección de Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC





domingo, 21 de septiembre de 2014

Salmos 49

Salmos 49
1 Escuchen esto, pueblos todos; escuchen esto, habitantes del mundo entero; 2 lo mismo los nobles que los plebeyos, lo mismo los pobres que los ricos.
3 De mis labios brotará sabiduría; de mi corazón, sagaces reflexiones.
4 Inclinaré mi oído a los proverbios y al son del arpa explicaré su sentido.
5 ¿Por qué habré de temer en los días aciagos, cuando la maldad de mis opresores me rodea, 6 cuando los que confían en sus riquezas se jactan de sus muchas posesiones?
7 ¡Ninguno de ellos puede salvar a su hermano, ni dar nada a Dios a cambio de su vida!
8 El rescate de una vida tiene un alto precio, y ningún dinero será jamás suficiente 9 para que siga con vida para siempre y nunca llegue a experimentar la muerte.
10 Es evidente que hasta los sabios mueren; que los necios e insensatos perecen por igual, y que a otros les dejan sus riquezas.
11 Algunos piensan que sus casas serán eternas, y que las habitarán por todas las generaciones, y hasta dan su nombre a las tierras que poseen.
12 Aunque ricos, los mortales no permanecen; lo mismo que las bestias, un día perecen.
13 Este camino suyo es una locura, pero sus hijos se complacen en sus dichos, 14 mientras la muerte los lleva al sepulcro como un pastor que guía a sus rebaños; será el sepulcro su última morada. Allí desaparecerá su buen semblante, y un día los hombres justos serán sus amos.
15 Pero a mí, Dios me rescatará; ¡Dios me librará del poder del sepulcro!
16 Tú, no te preocupes cuando veas que otros se hacen ricos y agrandan sus casas, 17 pues nada se llevarán cuando mueran; sus riquezas no se las llevarán al sepulcro.
18 Aunque se sientan felices mientras vivan, y la gente los alabe cuando prosperen, 19 un día irán a reunirse con sus antepasados y nunca más volverán a ver la luz.
20 Aunque ricos, los mortales no entienden; lo mismo que las bestias, un día perecen.

LA MUERTE DE LOS RICOS
1.       La realidad del que ama las riquezas (v.1-14)
El salmista habla con sabiduría de Dios de que ante la muerte el dinero no es suficiente. A pesar que muchos creen que sus riquezas y propiedades son eternas igual morirán.
Preg.Aplic.: ¿Estoy amando las riquezas?, ¿estoy buscando seguridad en las cosas materiales?, ¿me creo inmortal con mis logros personales?
2.       La confianza del salmista (v.15-20)
El salmista confía en Dios. Llama a no envidiar a los ricos del mundo porque un día perecerán.
Preg.Aplic.: ¿Estoy confiando en Dios por encima de las riquezas?, ¿estoy cayendo en envidia de los ricos de este mundo?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC




sábado, 20 de septiembre de 2014

Salmos 48

Salmos 48
1 ¡Grande es el Señor, nuestro Dios!, ¡Digno es de grandes alabanzas en su ciudad, en su santo monte!
2 Hermosa colina es el monte de Sión, situada al norte de la ciudad del gran Rey; ¡es motivo de gozo en toda la tierra!
3 Dentro de sus fortificaciones Dios es reconocido como un refugio seguro.
4 Los reyes de la tierra se reunieron y juntos avanzaron contra la ciudad, 5 pero al verla quedaron perplejos, y desconcertados, huyeron presurosos.
6 Allí mismo les sobrevino gran temblor; ¡se retorcían de dolor, como parturientas!
7 ¡Y es que tú, con el viento solano, destrozaste las naves de Tarsis!
8 Lo que antes oímos, ahora lo hemos visto en la ciudad de nuestro Dios, en la ciudad del Señor de los ejércitos: ¡Dios afirmará su ciudad para siempre!
9 Dios nuestro, dentro de tu templo nos acordamos de tu misericordia.
10 Dios nuestro, tu nombre es digno de loor hasta los confines de la tierra; con tu diestra prodigas justicia; 11 por tus juicios se alegra el monte de Sión y se regocijan las ciudades de Judá.
12 Recorran los alrededores de Sión; paseen por ella y cuenten sus torres.
13 Observen con atención sus murallas; fíjense en sus fortificaciones, para que puedan decir a los que están por nacer:
14 «¡Éste es nuestro Dios, ahora y para siempre!, ¡El Dios nuestro nos guiará más allá de la muerte!»

EL DIOS PROTECTOR
1.       Reconocimiento de Jerusalén (v.2-8; 12-13)
El monte de Sión es refugio seguro, pero al ver a Dios en medio de ella los enemigos huyeron con pavor. Esta es la ciudad de Dios protegida por el Señor.
Preg.Aplic.: ¿Estoy confiando totalmente en Dios?, ¿me siento seguro como la ciudad de Sión?, ¿estoy seguro y protegido por mi Dios?
2.       Reconocimiento de Dios (v.1; 10-11; 14)
Dios es grande y digno de alabanzas. Sus juicios son sabios. El guiará a su pueblo.
Preg.Aplic.: ¿Estoy alabando a Dios por su grandeza?, ¿vivo para adorarle?, ¿busco conocer y hacer sus juicios?, ¿estoy haciendo la voluntad de Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


viernes, 19 de septiembre de 2014

Salmos 47

Salmos 47
1 Pueblos todos, ¡agiten las manos!, ¡Aclamen a Dios con voces de júbilo!
2 El Señor, el Altísimo, es en verdad temible; ¡es el gran Rey de toda la tierra!
3 El Señor humillará bajo nosotros a los pueblos; pondrá a las naciones bajo nuestros pies.
4 Escogió para nosotros la tierra que habitamos; ¡es el orgullo de Jacob, a quien amó!
5 Dios, el Señor, se ha entronizado entre aclamaciones y sonido de trompetas.
6 ¡Cantemos salmos a nuestro Dios!, ¡Cantemos salmos a nuestro Rey!
7 ¡Cantémosle un salmo digno de él, porque Dios es el Rey de toda la tierra!
8 ¡Dios reina ya sobre las naciones!, ¡Dios ocupa ya su santo trono!
9 Los príncipes de los pueblos se reúnen con el pueblo del Dios de Abrahán.
10 ¡Dios merece ser grandemente exaltado, porque de él son los poderes de la tierra!

RAZONES PARA ALABAR A DIOS
1.       Porque es el Todopoderoso (v.2; 10)
2.       Porque es la Justicia (v.3)
3.       Porque es el Dios de Israel (v.4; 9)
4.       Porque es digno de alabanza (v.5-6)
5.       Porque es el Rey de la tierra (v.7)
6.       Porque Dios es el soberano (v.8)
Preg.Aplic.: ¿Estoy adorando a Dios por lo que es El?, ¿estoy rendido ante el Todopoderoso?, ¿confío en la justicia de Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


jueves, 18 de septiembre de 2014

Salmos 46

Salmos 46
1 Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en todos los problemas.
2 Por eso no tenemos ningún temor. Aunque la tierra se estremezca, y los montes se hundan en el fondo del mar; 3 aunque sus aguas bramen y se agiten, y los montes tiemblen ante su furia.
4 Los afluentes del río alegran la ciudad de Dios, el santuario donde habita el Altísimo.
5 Dios está en medio de la ciudad; por eso, la ciudad no será conmovida; ya en la mañana Dios le brinda su ayuda.
6 Braman las naciones, se tambalean los reinos, pero Dios habla y la tierra se derrite.
7 ¡Con nosotros está el Señor de los ejércitos!, ¡Nuestro refugio es el Dios de Jacob!
8 ¡Vengan a ver las grandes obras del Señor!, ¡Ha sembrado en la tierra gran desolación!
9 ¡Ha puesto fin a las guerras en los confines de la tierra!, ¡Ha roto los arcos y despedazado las lanzas!, ¡Ha arrojado al fuego los carros de guerra!
10 «¡Alto! ¡Reconozcan que yo soy Dios!, ¡Las naciones me exaltan! ¡La tierra me enaltece!»
11 ¡Con nosotros está el Señor de los ejércitos!, ¡Nuestro refugio es el Dios de Jacob!

DIOS ES NUESTRA FORTALEZA
1.       Dios es nuestro amparo y fortaleza (v.1-7; 11)
Dios es el pronto auxilio en las tribulaciones y por eso no hay temor a pesar de las calamidades de la naturaleza. Jerusalén no será conmovida. Dios está con Su pueblo.
Preg.Aplic.: ¿Está siendo el Señor mi fortaleza en las angustias?, ¿está siendo mi vida fortalecida?, ¿tengo la convicción de que el Señor está obrando en mí?
2.       Reconocimiento de Dios (v.8-10)
El salmista invita a adorar a Dios y da testimonio de Su liberación. Y el Señor nos llama a reconocerlo como Dios.
Preg.Aplic.: ¿Estoy reconociendo el señorío de Dios en mi vida?, ¿estoy teniendo una vida de adoración al Señor?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC




miércoles, 17 de septiembre de 2014

Salmos 45

Salmos 45
1 Rebosa mi corazón con un bello poema. Esta obra mía se la dedico al rey.
¡Mi lengua es la pluma de inspirado poeta!
2 Eres el más hermoso de los mortales; la gracia mana de tus labios; ¡por eso Dios te ha bendecido para siempre!
3 ¡Cíñete la espada, valiente guerrero, y cúbrete de honra y majestad!
4 ¡Que tengas prosperidad y gloria!, ¡Cabalga defendiendo la verdad, la humildad y la justicia, guiado por tu diestra portentosa!
5 ¡Que penetren, oh rey, tus agudas flechas en el corazón de tus enemigos, y que los pueblos se rindan ante ti!
6 Oh Dios, tu trono es eterno y permanente; tu cetro real es un cetro de justicia.
7 Porque amas la justicia y odias la maldad, Dios, tu Dios, te ha ungido como rey; ha derramado en ti el perfume de alegría; ¡te eligió a ti, y no a tus compañeros!
8 Mirra, áloe y canela perfuman tus vestidos, y en los palacios de marfil te brindan alegría.
9 Entre tus favoritas hay muchas princesas; La reina, a tu derecha, luce joyas de oro de Ofir.
10 «Hija mía, inclina tu oído y préstame atención: Olvídate de tu pueblo y de la casa paterna,
11 que el rey desea poseer tu hermosura; él es tu señor, y le debes obediencia.
12 Gente de Tiro vendrá a ti con presentes; los ricos del pueblo implorarán tu favor.»
13 ¡Esplendorosa se ve la princesa en su alcoba!, ¡Sus vestidos son de brocado de oro!
14 Así ataviada se presenta ante el rey, seguida por su séquito de doncellas, traídas de lejos para hacerle compañía; 15 y entre jubilosas voces de alegría serán conducidas al palacio real.
16 Tus hijos sucederán a tus padres, y los harás príncipes de toda la tierra.
17 Yo perpetuaré tu nombre para siempre, y perpetuamente los pueblos te alabarán.

LA GRANDEZA DEL REY
1.       Reconocimiento al rey de reyes (v.1-8)
Aunque, el salmista alaba al rey David porque ha sido puesto como rey en Israel, la referencia es al rey Cristo. Su reinado será eterno y su cetro es de justicia.
Preg.Aplic.: ¿Estoy reconociendo la grandeza de Cristo?, ¿estoy dispuesto a que Cristo gobierne y reine en mi vida?
2.       La reina del rey (v.9-17)
La reina señalada aquí no es simplemente la esposa del rey David, tiene una implicancia mayor: es una referencia a la iglesia. La iglesia debe obediencia a Su salvador y su vestido será resplandeciente (embellecido por Cristo) y tendrá un nombre por siempre.
Preg.Aplic.: ¿Es mi vida íntegra ante Dios?, ¿estoy viviendo para glorificar a Cristo?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


martes, 16 de septiembre de 2014

Salmos 44

Salmos 44
1 Dios nuestro, lo oímos con nuestros oídos, y nuestros padres nos lo contaron:
¡las grandes proezas que, en su favor, realizaste en los días de antaño!
2 ¡Tú mismo desalojaste a las naciones, castigaste duramente a esos pueblos, y a nuestros padres los dejaste echar raíces!
3 Porque no fue la espada lo que les dio posesión de la tierra; ni fue tampoco su brazo lo que les dio la victoria; ¡fue tu mano derecha, fue tu brazo, fue el resplandor de tu rostro, porque en ellos te complacías!
4 Dios mío, ¡tú eres mi rey!, ¡Envía tu salvación al pueblo de Jacob!
5 ¡Por ti derrotaremos a nuestros enemigos!, ¡En tu nombre los hundiremos en el suelo!
6 Yo no confiaría en mis flechas, ni tampoco mi espada podría salvarme; 7 pero tú puedes salvarnos de nuestros enemigos, y poner en vergüenza a los que nos odian.
8 ¡En ti, Dios nuestro, nos gloriaremos siempre, y nunca dejaremos de alabar tu nombre!
9 Pero nos has abandonado, nos has puesto en vergüenza.
Ya no acompañas a nuestros ejércitos.
10 Nos has hecho retroceder ante el enemigo, y los que nos aborrecen nos despojan de todo.
11 Has dejado que nos maten como a ovejas, y nos has esparcido entre las naciones.
12 ¡Has vendido a tu pueblo de balde!, ¡Nada has ganado con venderlo!
13 Nos has humillado ante nuestros vecinos; somos motivo de burla para los que nos rodean.
14 Has hecho de nosotros la burla de la gente; al vernos, todos mueven burlones la cabeza.
15 Todo el tiempo debo encarar mi vergüenza; me abruma no poder dar la cara 16 por lo que dicen los que tanto me ofenden, ¡por lo que hacen mis vengativos enemigos!
17 Aunque todo esto nos ha sucedido, jamás nos hemos olvidado de ti; jamás hemos quebrantado tu pacto.
18 Jamás ha decaído nuestro ánimo, ni nos hemos apartado de tus sendas.
19 ¡Pero tú nos arrojaste en cuevas de chacales!, ¡Nos cubriste con las sombras de la muerte!
20 Dios nuestro, si nos hubiéramos olvidado de tu nombre, o si hubiéramos rendido culto a otro dios, 21 ¿acaso tú no habrías llegado a saberlo?
¡Si tú conoces los secretos más recónditos!
22 Pero por ti nos matan todo el tiempo; ¡nos consideran ovejas para el matadero!
23 ¡Despierta, Señor! ¿Por qué duermes?, ¡Levántate, no te alejes para siempre!
24 ¿Por qué te escondes de nosotros?, ¿Por qué te olvidas de la opresión que sufrimos?
25 Nuestro ánimo se halla por el suelo, ¡nuestros cuerpos se arrastran por la tierra!
26 ¡Levántate, ven a ayudarnos y, por tu gran misericordia, sálvanos!

EL CLAMOR A DIOS
1.       Reconocimiento del obrar de Dios (v.1- 8)
Lo que Israel ha logrado es obra de Dios: proezas, vencer a enemigos, darles la tierra prometida. Están convencidos que con el Señor vencerán a sus enemigos.
Preg.Aplic.: ¿Hay un reconocimiento en mi vida de la obra de Dios?, ¿estoy convencido que sólo con el Señor puedo ser victorioso?
2.       El clamor de Israel (v.9-26)
Sienten que Dios los ha dejado a merced de sus enemigos, están humillados y avergonzados, pero no han dejado al Señor ni se han apartado de sus caminos.  Le piden clemencia y que no los deje, están desanimados y clamar por el obrar de Dios.
Preg.Aplic.: ¿En medio de las dificultades me estoy apartando de Dios o estoy afirmando mi fe?, ¿me estoy rindiendo y clamando por el obrar de Dios hoy?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán

Equipo AATC