lunes, 19 de enero de 2015

Salmos 104

Salmos 104
1 ¡Bendice, alma mía, al Señor! ¡Cuán grande eres, Señor mi Dios! ¡Estás rodeado de gloria y de esplendor!
2 ¡Te has revestido de luz, como de una vestidura! ¡Extiendes los cielos como una cortina!
3 ¡Dispones tus mansiones sobre las aguas! ¡Las nubes son tu lujoso carruaje, y te transportas sobre las alas del viento!
4 ¡Los vientos son tus mensajeros! ¡Las llamas de fuego están a tu servicio!
5 Tú afirmaste la tierra sobre sus cimientos, y de allí nada los moverá.
6 ¡Con las aguas del abismo la cubriste!. Las aguas se detuvieron sobre los montes, 7 pero las reprendiste, y huyeron; al escuchar tu voz, bajaron presurosas.
8 Subieron a los montes, bajaron por los valles, al sitio que les habías destinado.
9 Les pusiste un límite, que no debían cruzar, para que no volvieran a cubrir la tierra.
10 Tú llenas las fuentes con los arroyos que corren ligeros entre los montes; 11 allí apagan su sed los animales salvajes; allí los asnos monteses mitigan su sed.
12 En sus riberas anidan las aves del cielo, y entre las ramas se escuchan sus trinos.
13 Desde las alturas riegas los montes, y la tierra se sacia con el fruto de tus obras.
14 Haces crecer la hierba para los ganados, y las plantas que el hombre cultiva para sacar de la tierra el pan que come 15 y el vino que le alegra el corazón, el aceite que da brillo a su rostro, y el pan que sustenta su vida.
16 Se llenan de savia los árboles del Señor, los cedros del Líbano que él mismo plantó.
17 En sus ramas anidan las aves; en las hayas hacen su nido las cigüeñas; 18 en las altas montañas retozan las cabras monteses; en las peñas se resguardan los damanes.
19 Tú hiciste la luna para medir los tiempos; el sol sabe cuándo debe ocultarse.
20 Dejas caer las sombras, y anochece; y entonces corretean los animales salvajes.
21 Rugen los leones que van tras su presa, y reclaman la comida que Dios les provee.
22 Cuando sale el sol, corren a sus cuevas y satisfechos se tienden a descansar.
23 Sale entonces el hombre a sus labores, y trabaja hasta que cae la noche.
24 ¡Tus obras, Señor, son innumerables! ¡Todas las hiciste con gran sabiduría! ¡La tierra está llena de tus criaturas!
25 ¡Vean el vasto mar! ¡Contemplen su grandeza!
En él se mueven incontables seres vivos, lo mismo grandes que pequeños.
26 Allí navegan las grandes naves; allí está Leviatán, que creaste para jugar con él.
27 Todos los seres esperan de ti que a su tiempo les des de comer.
28 Si abres tu mano y les das su pan, ellos lo toman y quedan satisfechos.
29 Si te escondes de ellos, se desconciertan; si les retiras su espíritu, mueren y vuelven al polvo.
30 Pero si envías tu espíritu, vuelven a la vida, y así renuevas la faz de la tierra.
31 ¡Sea tu gloria eterna, Señor! ¡Que te regocijen las obras que has hecho!
32 Si miras la tierra, ésta tiembla; si tocas los montes, éstos echan humo.
33 Señor, ¡toda mi vida te cantaré!
Dios mío, ¡yo te cantaré salmos mientras viva!
34 Señor, dígnate agradarte de mis pensamientos, pues yo hallo en ti mi alegría.
35 Que sean borrados de la tierra los malvados; ¡que dejen de existir los malhechores!
¡Bendice, alma mía, al Señor! ¡Aleluya!

LA SOBERANIA Y GRANDEZA DE DIOS
1.       La soberanía de Dios (v.1-23; 26-30)
Dios manifiesta su soberanía sobra la creación: en el cielo, las aguas, el viento, el fuego, los montes, la tierra, los animales, las estaciones, el ciclo de vida natural, los frutos, el sol, la luna, el día, la noche, el hombre, la vida, la muerte.
Preg.Aplic.: ¿Estoy reconociendo la soberanía de Dios sobre todo?, ¿estoy confiando en el control del Señor?
2.       La alabanza por la grandeza de Dios (v.24-25; 31-35)
El salmista llama a alabar a Dios por su grandeza, por sus obras, por su gloria, por su poder. Ha decidido cantarle toda su vida y que sus pensamientos le agraden a El.
Preg.Aplic.: ¿Mi vida alaba a Dios?, ¿he decidido serle fiel toda mi vida?, ¿están mis pensamientos siendo agradables a Dios?

Oremos,
Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


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