jueves, 4 de mayo de 2017

Jeremías 8

Jeremías 8
1 »Cuando llegue el momento, se sacarán de sus sepulcros los huesos de los reyes de Judá y de sus príncipes, los huesos de los sacerdotes y de los profetas, y los huesos de los habitantes de Jerusalén.
—Palabra del Señor.
2 »Puesto que ellos amaron y sirvieron al sol, a la luna y a todo el ejército del cielo, y se postraron delante de ellos y los siguieron y consultaron, sus huesos no serán recogidos ni enterrados, sino que serán lanzados a esos astros, y se quedarán tirados como estiércol sobre la faz de la tierra. 3 A dondequiera que yo arroje a los pocos sobrevivientes de esta mala generación, éstos preferirán morir antes que seguir viviendo.
—Palabra del Señor de los ejércitos.
4 »También les dirás: “Así ha dicho el Señor: ¿Acaso el que cae no se levanta? ¿Y acaso el que se desvía no vuelve al camino?
5 ¿Por qué, entonces, este pueblo de Jerusalén es rebelde todo el tiempo? Se aferran al engaño, y no quieren volverse a mí.
6 Les he prestado atención, y he escuchado lo que dicen. No hablan con rectitud, y no hay nadie que se arrepienta de su maldad. Nadie se pregunta: ‘¿Pero qué he hecho?’ Son como caballos desbocados en medio de una batalla: cada uno corre como mejor le conviene.
7 Hasta la cigüeña en el cielo sabe cuándo ha llegado su tiempo. La tórtola, la grulla y la golondrina respetan los tiempos de su llegada. ¡En cambio, mi pueblo no conoce la justicia de su Señor!”
8 »¿Cómo pueden decir que son sabios, y que la ley del Señor está con ellos? Lo cierto es que la pluma mentirosa de los escribas la ha convertido en mentira.
9 Los sabios se avergüenzan, se espantan y quedan consternados. Es un hecho que aborrecen la palabra del Señor. Entonces, ¿de qué sabiduría hablan?
10 Por lo tanto, voy a entregar a otros sus mujeres, y sus campos a quienes los conquisten; porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, sólo siguen sus propios intereses; todos, desde el profeta hasta el sacerdote, sólo saben engañar.
11 Se les hace fácil sanar la herida de la hija mi pueblo, con sólo decir “¡Paz, paz!” ¡Pero no hay paz!
12 ¿Acaso se avergüenzan de los hechos repugnantes que cometen? ¡No les causa la más mínima vergüenza! ¡No saben lo que es tener vergüenza! Por eso les advierto que, cuando los castigue, morirán entre los que van a morir. 13 Voy a arrancarlos por completo. No quedarán uvas en la vid, ni higos en la higuera. Todas las hojas se caerán. ¡Voy a quitarles lo que les había dado!»
—Palabra del Señor.
14 ¿Qué hacemos aquí, sentados? ¡Vamos a juntarnos, y entremos en las ciudades fortificadas para morir allí! El Señor nuestro Dios nos ha condenado a morir; nos ha dado a beber aguas amargas, porque pecamos contra él. 15 Esperábamos vivir en paz, y no llegó el bien; esperábamos el momento de sanar, y sólo vemos confusión. 16 Desde Dan se oye cómo resoplan los caballos. Tiembla la tierra al escucharse los relinchos de los corceles. Llegaron y acabaron con la tierra y su abundancia, con la ciudad y sus habitantes.
17 «Es que yo estoy lanzando contra ustedes serpientes y áspides, para que los muerdan. Contra ellas, no hay encantamiento que sirva.»
—Palabra del Señor.
18 Es tan grande el dolor que siento, que mi corazón desfallece. 19 Escuchen el clamor de la hija de mi pueblo, que viene de lejanas tierras, y pregunta:

«¿Acaso ya no está el Señor en Sión? ¿Acaso ya no está en ella su Rey?»
Y el Señor contesta:
«¿Por qué me hicieron enojar con sus imágenes talladas y con falsos dioses ajenos?»
20 Ya ha terminado la cosecha; ya pasó el verano. ¡Y nosotros no hemos sido salvados! 21 La ruina de la hija de mi pueblo me tiene destrozado. Me siento apesadumbrado, ¡sobrecogido de terror! 22 ¿Acaso ya no hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí ningún médico? Si lo hay, ¿por qué no hay medicina para la hija de mi pueblo?

LA OBSTINADA REBELDIA DE ISRAEL
1.       La obstinada rebeldía de Israel (v.1-9)
Los muertos de Israel quedarán regados por haber sido idólatras. Y los sobrevivientes querrán morir, en vez de ser sabios y arrepentirse, seguirán pecando, haciendo cada uno su voluntad, ignorando el camino de Dios y sus mandamientos.
Preg.Aplic.: ¿Estoy sufriendo a consecuencia de mis fallas?, ¿estoy siendo sensible a la disciplina de Dios?, ¿estoy haciendo mis caminos o siguiendo la voluntad de Dios?
2.       Consecuencias de los pecados de Israel (v.10-17)
El Señor les va a entregar a sus mujeres y campos a sus enemigos, porque todos son mentirosos y no se avergüenza de sus actos. El Señor los va a arrancar por completo.
Preg.Aplic.: ¿Soy una persona íntegra o soy mentiroso?, ¿hay un verdadero arrepentimiento en mi vida por mis pecados=
3.       El dolor de Jeremías (v.18-22)
El profeta Jeremías se siente desolado porque Israel no reacciona, está triste porque no hay remedio para Israel debido a sus pecados.
Preg.Aplic.: ¿Estoy orando por los perdidos?, ¿hay en mi corazón sensibilidad por compartir la salvación de Cristo a los demás?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán

Equipo AATC

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