miércoles, 23 de agosto de 2017

Jeremías 20

Jeremías 20
1 El sacerdote Pasjur hijo de Imer oyó a Jeremías cuando éste profetizaba estas palabras. Entonces, como era sacerdote y el jefe principal de la casa del Señor, 2 mandó que azotaran a Jeremías y lo pusieran en el cepo que estaba en la puerta superior de Benjamín, la cual conducía a la casa del Señor.
3 Un día después, Pasjur mandó que sacaran del cepo a Jeremías. Entonces Jeremías le dijo:
«Para el Señor, tu nombre ya no es Pasjur, sino Magor Misabib. 4 Porque así ha dicho el Señor: “Voy a hacer de ti un motivo de terror, lo mismo para ti que para todos los que te quieren, Éstos morirán por la espada de sus enemigos, y tú mismo serás testigo. Pondré a todo Judá en manos del rey de Babilonia, y éste los llevará cautivos a su país, y allá los matará a filo de espada. 5 También pondré en sus manos todas las riquezas de esta ciudad que han acumulado, y todas sus cosas preciosas. Todos los tesoros de los reyes de Judá los pondré en manos de sus enemigos, y éstos los saquearán, se los apropiarán y se los llevarán a Babilonia. 6 Y tú, Pasjur, serás llevado cautivo, junto con todos los habitantes de tu casa. Llegarás a Babilonia, y allí morirás y serás enterrado, junto con todos los que te quieren, a los cuales has engañado con tus profecías.”»
8 Cada vez que hablo, levanto la voz y grito «¡Violencia! ¡Destrucción!» No hay día, Señor, en que tu palabra no sea para mí motivo de afrenta y de escarnio.
9 Me había propuesto no pensar más en ti, ni hablar más en tu nombre, ¡pero en mi corazón se prendía un fuego ardiente que me calaba hasta los huesos! Traté de soportarlo, pero no pude.
10 Muchos murmuran, y puedo oír que dicen: «¡Denunciémoslo! ¡Denunciemos al que grita “Terror por todas partes”!» Todos mis amigos esperan verme claudicar. Hasta dicen: «Tal vez podamos engañarlo. Así lo venceremos y tomaremos de él venganza.»
11 Pero tú, Señor, estás conmigo, como un poderoso guerrero. Eso hará que mis perseguidores tropiecen y no logren vencerme. Quedarán grandemente avergonzados, y no lograrán triunfar. Tan grande será su confusión, que jamás será olvidada.
12 Señor de los ejércitos, que pones a prueba a los justos, que examinas el corazón y los pensamientos, ¡permíteme ver cómo te vengas de ellos, pues en tus manos he puesto mi causa!
13 ¡Canten salmos al Señor!
¡Cántenle alabanzas!
¡El Señor es quien libra al pobre de morir a manos de los malignos!
14 ¡Pero maldito sea el día en que nací!
¡Maldito el día en que mi madre me dio a luz!
15 ¡Maldito aquel que le anunció a mi padre
«¡Felicidades! ¡Ya tienes un varoncito!»
16 ¡Que sea ese hombre como las ciudades que el Señor destruyó sin misericordia!
¡Que en la mañana y al mediodía oiga gritos que le anuncien el peligro!
17 Si el Señor no me hubiera dejado nacer, mi madre habría sido mi sepulcro;
¡me habría quedado en su vientre para siempre!
18 ¿Para qué salí del vientre?
¿Sólo para ver trabajos y penurias, y para pasar mi vida en medio de afrentas?

JEREMIAS EXPRESA SUS SENTIMIENTOS POR LO QUE PADECE AL SER FIEL AL LLAMADO
1.       Jeremías es azotado (v.1-6)
Pasjur manda a azotar a Jeremías por sus profecías. Luego es liberado y le afirma al sacerdote y a Israel que van a ser muertos y saqueados por Babilonia.
Preg.Aplic.: ¿Estoy siendo fiel al llamado de Dios?, ¿estoy padeciendo dificultades por mi fe?
2.       Jeremías expresa sus sufrimientos (v.7-10)
Jeremías confiesa al Señor: por un lado, es sensible a Su llamado y lo obedece, pero también sufre como humano por el desprecio de Israel y de sus amigos que buscan su caída.
Preg.Aplic.: ¿Estoy abriendo mi corazón al Señor en oración?, ¿estoy sufriendo por traiciones de mi entorno inmediato?
3.       Jeremías hace una oración de victoria y de queja (v.11-18)
Jeremías eleva una oración de confianza y victoria al Señor al inicio, pero luego se queja de su vida y de lo que está padeciendo. Nota: Jeremías muestra toda su humanidad y expresa en forma honesta sus sentimientos.
Preg.Aplic.: ¿Estoy creyendo en el obrar de Dios hoy?, ¿me paro quejando por los problemas que afronto hoy?, ¿dejo al Señor todas mis cargas en oración?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán

Equipo AATC

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