lunes, 1 de marzo de 2021

Marcos 14- Parte II

 

Marcos 14:32-72

32 Al llegar a un lugar llamado Getsemaní, Jesús les dijo a sus discípulos: «Siéntense aquí, mientras yo voy a orar.»

33 Se llevó consigo a Pedro, Jacobo y Juan, y comenzó a entristecerse y angustiarse.

34 Les dijo: «Siento en el alma una tristeza de muerte. Quédense aquí, y manténganse despiertos.»

35 Se fue un poco más adelante y, postrándose en tierra, oró que, de ser posible, no tuviera que pasar por ese momento.

36 Decía: «¡Abba, Padre! Para ti, todo es posible. ¡Aparta de mí esta copa! Pero que no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»

37 Volvió luego a donde estaban sus discípulos, y los encontró dormidos. Entonces le dijo a Pedro: «¿Duermes, Simón? ¿No has podido mantenerte despierto ni una hora?

38 Manténganse despiertos, y oren, para que no caigan en tentación. A decir verdad, el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.»

39 Una vez más se retiró para orar, y repitió la misma oración.

40 Cuando volvió, otra vez los encontró dormidos, porque los ojos de ellos se les cerraban de sueño, y no sabían qué responderle.

41 Cuando volvió la tercera vez, les dijo: «Sigan durmiendo y descansando. ¡Ya basta! La hora ha llegado. ¡Miren al Hijo del Hombre, que es entregado en manos de los pecadores!

42 ¡Vamos, levántense, que ya se acerca el que me traiciona!»

43 De pronto, mientras Jesús estaba hablando, llegó Judas, que era uno de los doce. Con él venía mucha gente armada con espadas y palos, y enviada por los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos.

44 El que lo estaba traicionando les había dado esta contraseña: «Al que yo le dé un beso, ése es. ¡Arréstenlo, y llévenselo bien asegurado!»

45 Cuando Judas llegó, se acercó a Jesús y le dijo: «¡Maestro!» Y le dio un beso.

46 Aquellos hombres le echaron mano y lo arrestaron. 47 Pero uno de los que estaban allí sacó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja.

48 Jesús les dijo: «¿Han venido a arrestarme con espadas y palos, como si fuera yo un ladrón? 49 Todos los días estuve con ustedes enseñando en el templo, y no me aprehendieron. Pero esto sucede para que se cumplan las Escrituras.»

50 Y todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

51 Cierto joven seguía a Jesús, cubierto con sólo una sábana. Cuando lo aprehendieron, 52 el joven dejó la sábana y huyó desnudo.

53 Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote, y se reunieron todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas.

54 Pedro lo siguió de lejos hasta el interior del patio del sumo sacerdote. Allí se quedó, sentado con los alguaciles y calentándose junto al fuego.

55 Los principales sacerdotes y todo el tribunal buscaban alguna prueba contra Jesús, para poder condenarlo a muerte, pero no la encontraban.

56 Muchos presentaban falsos testimonios contra él, pero sus testimonios no concordaban.

57 Entonces algunos se levantaron y presentaron un falso testimonio contra él. Dijeron:

58 «Nosotros le hemos oído decir: “Yo derribaré este templo hecho por la mano del hombre, y en tres días levantaré otro sin la intervención humana.”»

59 Pero ni aun así se ponían de acuerdo en sus testimonios.

60 El sumo sacerdote se paró en medio del tribunal y le preguntó a Jesús: «¿No vas a responder? ¡Mira lo que éstos dicen contra ti!»

61 Pero Jesús guardó silencio, y no contestó nada, así que el sumo sacerdote le volvió a preguntar: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?»

62 Jesús le respondió: «Yo soy. Y ustedes verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Poderoso, y venir en las nubes del cielo.»

63 El sumo sacerdote se rasgó entonces sus vestiduras, y dijo: «¿Qué necesidad tenemos de más testigos?

64 ¡Ustedes han oído la blasfemia! ¿Qué les parece?» Y todos ellos lo condenaron y declararon que merecía la muerte.

65 Algunos comenzaron a escupirlo, y mientras le cubrían el rostro y le daban de puñetazos, le decían: «¡Profetiza!» Y también los alguaciles le daban de bofetadas.

66 Mientras Pedro estaba abajo, en el patio, llegó una de las criadas del sumo sacerdote 67 y, al ver a Pedro calentándose junto al fuego, le dijo: «¡También tú estabas con Jesús el nazareno!»

68 Pero Pedro lo negó, y dijo: «No lo conozco, ni sé de qué hablas.» Y se dirigió a la entrada. En ese momento cantó el gallo.

69 Pero la criada volvió a verlo, y comenzó a decir a los que estaban allí: «¡Éste es uno de ellos!»

70 Pedro volvió a negarlo. Pero poco después los que estaban allí volvieron a decirle: «La verdad es que eres uno de ellos, pues eres galileo.»

71 Pedro comenzó entonces a maldecir y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre, del que ustedes hablan!»

72 En ese mismo instante el gallo cantó por segunda vez. Entonces Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: «Antes de que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres veces.» Y al pensar en esto, se echó a llorar.

 

JESUS ES CONDENADO A LA MUERTE POR LOS SACERDOTES

1.       Jesús ora en Getsemaní (v.32-42)

Jesús fue a Getsemaní a orar con sus discípulos Pedro, Jacobo y Juan les manifestó que estaba triste de muerte y angustiado. Los dejó en un lado y se fue a orar pidiendo al Padre si es posible no pasar este sufrimiento pero no lo que El quiere sino lo que Padre quiera.

Vuelve y los haya dormidos, los desafía a mantenerse despiertos para no caer en tentación ya que la carne es débil pero el espíritu está dispuesto. Oró de la misma forma hasta tres veces, y siempre estaban dormidos. En la última señala ya la hora de que sea entregado.

Preg.Aplic.: ¿Tengo un grupo de soport?, ¿estoy siendo honesto con los demás sobre mis angustias?, ¿estoy desarrollando una vida de oración?, ¿cómo es mi forma de orar: pedir solamente o sujetarme a su voluntad?, ¿estoy cayendo en tentaciones o me fortalezco en el Señor?

2.       Arresto de Jesús (v.43-53)

Vino una multitud armada con Judas y con un beso entregó al Señor.  Lo arrestaron, pero uno por defender cortó la oreja al siervo del sumo sacerdote. El Señor les increpa que han venido a arrestarlo como ladrón, cuando antes estuvo en el templo, pero es para que se cumpla las Escrituras. Los discípulos lo abandonaron y huyeron. Y lo llevaron ante el sumo sacerdote con los sacerdotes, ancianos y escribas.

Preg.Aplic.: ¿Soy una persona leal o traicionera?, ¿estoy buscando mi propia justicia?, ¿estoy creyendo la verdad de la Palabra de Dios?, ¿estoy cumpliendo mi palabra?, ¿soy miedoso y cobarde y huyo de mis promesas?

3.       Acusación y sentencia de muerte a Jesús (v.54-65)

Pedro seguía Jesús de lejos. En el tribunal buscaban pruebas y había falsos testimonios como uno que dijo que iba a destruir el templo y que lo levantará en tres días. El sumo sacerdote lo interroga de por qué no responde a las acusaciones. Ante su silencio le pregunta si es el Cristo, el hijo del Bendito. Jesús respondió: “Yo soy, y lo verán sentando a la derecha del Poderoso y vendrá en las nubes” . El sumo sacerdote se rasga las vestiduras y todos lo condenan muerte y le comenzaron a golpear, insultar y escupir.

Preg.Aplic.: ¿Estoy buscando un justo juicio o me guio por mentiras?, ¿he creído en Jesús como el Cristo, el Mesías prometido?, ¿busco la justicia humano o clamo por la justicia divina?

4.       Pedro niega a Jesús(v.66-72)

Una criada del sumo sacerdote reconoce a Pedro y le dice que estaba con Jesús. Pedro responde que no lo conoce y se retiró. El gallo cantó por primera vez.

La criada insistía, pero Pedro lo negaba. Otros le dicen que es uno de ellos, porque es galileo. Pedro maldecía y juraba que no conocía a Jesús. El gallo cantó por segunda vez. Pedro se acordó de las palabras de Jesús de que lo iba a negar tres veces y echó a llorar.

Preg.Aplic.: ¿Reconozco que soy pecador y que en mis fuerzas nunca podré ser fiel al Señor?, ¿estoy basando mi fe en la religiosidad o dependo de Dios?, ¿estoy dejando a Dios toda arrogancia y autosuficiencia?

 

Oremos,

 

Pedro A. Torres Guzmán

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Equipo AATC


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