miércoles, 9 de noviembre de 2016

Isaias 2

Isaías 2
1 Visión de Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén:
2 En los últimos días el monte de la casa del Señor será confirmado como cabeza de los montes; será exaltado por encima de las alturas, y hacia él correrán todas las naciones. 3 Muchos pueblos vendrán y dirán:
«¡Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob! Él nos guiará por sus caminos, y nosotros iremos por sus sendas. Porque la enseñanza saldrá de Sión; de Jerusalén saldrá la palabra del Señor. 4 Él juzgará entre las naciones, y dictará sentencia a muchos pueblos. Y ellos convertirán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces. Ninguna nación levantará la espada contra otra nación, ni se entrenarán más para hacer la guerra.»
5 Vengan ustedes, los de la casa de Jacob; caminemos a la luz del Señor. 6 Ciertamente tú has abandonado a tu pueblo, a la casa de Jacob, porque se ha llenado de costumbres de oriente; sus adivinos abundan como filisteos, y hacen tratos con gente extraña. 7 Su país está lleno de plata y de oro, y sus tesoros son ilimitados. Su país está lleno de caballos, y sus carros son incontables. 8 Su país está lleno de ídolos; ¡se arrodillan ante la obra de sus manos, ante lo que hicieron con sus dedos! 9 Todos se han inclinado; todos se han humillado. Por eso, ¡no los perdones!
10 ¡Métete en la peña! ¡Escóndete en el polvo de la temible presencia del Señor y de su esplendorosa majestad! 11 En aquel día serán doblegados los altivos y humillados los soberbios; ¡sólo el Señor será exaltado!
12 Porque el día del Señor de los ejércitos vendrá contra todos los soberbios y altivos; contra todos los que se enaltecen, los cuales serán humillados; 13 contra todos los altos y erguidos cedros del Líbano; contra todas las encinas de Basán; 14 contra todos los altos montes; contra todas las elevadas alturas; 15 contra toda torre alta; contra todo muro fuerte; 16 contra todas las naves de Tarsis; contra todos los barcos preciados. 17 La altivez humana será abatida; la soberbia humana será humillada; en aquel día sólo el Señor será exaltado. 18 Los ídolos serán totalmente eliminados. 19 Cuando el Señor se disponga a castigar la tierra, la gente se meterá en las grietas de las peñas y en los hoyos de la tierra, para huir de la temible presencia del Señor y de su esplendorosa majestad.
20 En ese día la gente arrojará a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y de oro, que se fabricó para adorarlos. 21 Cuando el Señor se disponga a castigar la tierra, la gente se meterá en las hendiduras de las rocas y en las grietas de las peñas, para huir de su temible presencia y de su esplendorosa majestad. 22 Dejen ya de confiar en el hombre, que depende del aire que respira. ¿Qué tanto puede valer?

EL JUICIO FUTURO
Definitivamente, prontamente habrá un juicio de Dios contra su pueblo.
1.       El reinado futuro del Señor (v.1-5)
Cuando el Señor venga hará justicia a su pueblo y a las naciones. Pero también guiará a las naciones y esperarán su luz.
Preg. Aplic.: ¿Creo y confio en la justicia divina?, ¿confio en el poder y soberanía de Dios?
2.       Las razones del juicio de Dios contra Judá (v.6-9)
El juicio vendrá por las siguientes razones: se ha llenado de costumbres del oriente; los adivinos abundan; hacen tratos con pueblos extraños; tienen riqueza abundante tanto en metales como en caballos y en carros; están llenos de ídolos y se han rendido a ellos Y han dejado totalmente a Dios, su proveedor.
Preg.Aplic.: ¿Estoy manteniendo mi integridad o me estoy adoptando al mundo?, ¿estoy consultando a adivinos y no a Dios?, ¿estoy confiando más en las riquezas que en el Señor?, ¿he caído en idolatría dejando a Dios de lado?
3.       La llegada del juicio de Dios (v.10-22)
El Señor vendrá con poder y majestad, y hará juicio a: los altivos y soberbios serán humillados; los poderosos erguidos serán rendidos; los idólatras serán doblegados y sus ídolos eliminados. Se llama a dejar de confiar en el hombre.
Preg.Aplic.: ¿Hay en mi corazón altivez y soberbia?, ¿he dejado toda idolatría y confío totalmente en el Señor?, ¿estoy siguiendo al mundo u obedezco los mandamientos del Señor?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


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