jueves, 24 de noviembre de 2016

Isaias 6

Isaías 6
1 En el año que murió el rey Uzías, yo vi al Señor sentado sobre un trono alto y sublime. El borde de su manto cubría el templo. 2 Dos serafines permanecían por encima de él, y cada uno de ellos tenía seis alas; con dos se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. 3 Uno de ellos clamaba al otro y le decía:
«¡Santo, santo, santo, es el Señor de los ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!»
4 La voz del que clamaba hizo que el umbral de las puertas se estremeciera, y el templo se llenó de humo. 5 Entonces dije yo:
«¡Ay de mí! ¡Soy hombre muerto! ¡Mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos, aun cuando soy un hombre de labios impuros y habito en medio de un pueblo de labios también impuros!»
6 Entonces uno de los serafines voló hacia mí. En su mano llevaba un carbón encendido, que había tomado del altar con unas tenazas. 7 Con ese carbón tocó mi boca, y dijo:
«Con este carbón he tocado tus labios, para remover tu culpa y perdonar tu pecado.»
8 Después oí la voz del Señor, que decía:
«¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?»
Y yo respondí:
«Aquí estoy yo. Envíame a mí.»
9 Dijo entonces:
«Ve y dile a este pueblo: “Oigan bien, pero no entiendan; vean bien, pero no comprendan.” 10 Entorpece el corazón de este pueblo. Cierra sus oídos, y ciega sus ojos. Que no vea con sus ojos ni oiga con sus oídos, ni entienda con su corazón, para que no se convierta ni sea sanado.»
11 Yo dije:
«¿Hasta cuándo, Señor?»
Y él respondió:
«Hasta que las ciudades se queden asoladas y sin habitantes; hasta que no haya nadie en las casas, y la tierra quede hecha un desierto; 12 hasta que el Señor haya expulsado a la gente y los lugares abandonados se hayan multiplicado en el país. 13 Y si aún queda en el país la décima parte de sus habitantes, éste volverá a ser destruido. Pero la simiente santa será como el roble y como la encina, que después de cortados aún queda el tronco.»

EL LLAMADO DE ISAIAS
1.       La visión de Isaías y su llamado (v.1-7)
Tiene una visión de la grandeza de Dios en su trono y de su adoración por su santidad. Ante ello, Isaías se siente a morir por ser pecador y haber visto al Señor. Un serafin con un carbón del altar lo toca para limpiarlo.
Preg.Aplic.: ¿Tengo una vida de adoración al Señor?, ¿o sólo cuando oro me acercó a elevar peticiones?, ¿hay en mi corazón una humildad por un verdadero arrepentimiento o hay altivez de corazón?
2.       LA FUNCION DE SU LLAMADO (v.8-13)
El Señor hace un llamado e Isaías acepta ser enviado como profeta a Israel. Su función será la de cuestionar la rebeldía de Judá y hablar del juicio de Dios hasta que sean destruidos y quede un remanente.
Preg.Aplic.: ¿Estoy obedeciendo el llamado de Dios?, ¿puedo cumplir un llamado a pesar de que no es de mi agrado?, ¿creo en que Dios puede restaurar a su pueblo (remanente)?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


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