miércoles, 28 de agosto de 2019

Daniel 3


Daniel 3
1 El rey Nabucodonosor mandó que se erigiera una estatua de oro en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia, la cual medía sesenta codos de alto y seis codos de ancho. 2 Luego el rey ordenó que se reunieran los sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros y jueces, lo mismo que el resto de los gobernadores de las provincias, y que asistieran a la dedicación de la estatua que él había mandado erigir. 3 Y así, sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces y demás gobernadores de las provincias hicieron acto de presencia en la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había mandado erigir. 4 El pregonero anunciaba en voz alta:
«A ustedes, pueblos, naciones y lenguas, se les ordena 5 que, al oír las bocinas y las flautas, los tamboriles, las arpas, los salterios y las zampoñas, y cualquier otro instrumento musical, se arrodillen y adoren la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha mandado erigir. 6 Todo el que no se arrodille ante ella ni la adore será inmediatamente arrojado a un ardiente horno de fuego.»
7 Por eso, en cuanto todos los pueblos, naciones y lenguas escucharon el sonido de bocinas, flautas, tamboriles, arpas, salterios, zampoñas y otros instrumentos musicales, se arrodillaron delante de la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había mandado erigir, y la adoraron.
8 Por esos días, algunos caldeos aprovecharon la ocasión para acusar a los judíos. 9 Se presentaron ante el rey Nabucodonosor y le dijeron:
«¡Que tenga Su Majestad una larga vida! 10 Su Majestad ha decretado que, al oír el sonido de bocinas, flautas, tamboriles, arpas, salterios y zampoñas, y de cualquier otro instrumento musical, todos deben arrodillarse ante la estatua de oro y adorarla, 11 y que quien no se arrodille y la adore sea arrojado a un ardiente horno de fuego. 12 Pues resulta que Sadrac, Mesac y Abednego, esos judíos a los que Su Majestad puso a cargo de los negocios de la provincia de Babilonia, no respetan a Su Majestad, ya que no adoran a sus dioses ni a la estatua de oro que Su Majestad mandó erigir.»
13 Nabucodonosor se indignó mucho, y ordenó que llevaran ante él a Sadrac, Mesac y Abednego, y éstos al instante fueron llevados a la presencia del rey. 14 Entonces Nabucodonosor habló con ellos, y les dijo:
«Sadrac, Mesac y Abednego, ¿es verdad que ustedes no honran a mi dios, ni adoran la estatua de oro que mandé erigir? 15 Díganme entonces si, al oír el sonido de bocinas, flautas, tamboriles, arpas, salterios y zampoñas, y otros instrumentos musicales, están dispuestos a arrodillarse ante la estatua que he mandado hacer, y adorarla. Porque si no la adoran, en ese mismo instante serán arrojados a un ardiente horno de fuego, y entonces ¿qué dios podrá librarlo de mis manos?»
16 Sadrac, Mesac y Abednego respondieron al rey Nabucodonosor:
«No tenemos por qué responder a Su Majestad acerca de esto. 17 Su Majestad va a ver que nuestro Dios, a quien servimos, puede librarnos de ese ardiente horno de fuego, y también puede librarnos del poder de Su Majestad. 18 Pero aun si no lo hiciera, sepa Su Majestad que no serviremos a sus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que ha mandado erigir.»
19 Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y su semblante cambió en contra de Sadrac, Mesac y Abednego, así que ordenó calentar el horno siete veces más de lo acostumbrado. 20 Luego ordenó que los hombres más fuertes de su ejército ataran a Sadrac, Mesac y Abednego, y los arrojaran al ardiente horno de fuego. 21 Fue así como estos jóvenes fueron atados y arrojados, junto con sus mantos, sandalias, turbantes, y toda su vestimenta, a ese candente horno de fuego. 22 La orden del rey fue tan apremiante, y el horno estaba tan candente, que las llamas mataron a quienes arrojaron a Sadrac, Mesac y Abednego, 23 mientras los tres jóvenes caían atados dentro del candente horno de fuego.
24 El rey Nabucodonosor se espantó, y rápidamente se levantó y dijo a los de su consejo:
«¿Acaso no eran tres los jóvenes que arrojaron atados al fuego?»
Ellos le respondieron:
«Así es en verdad, Su Majestad.»
25 Y el rey dijo:
«Pues yo veo a cuatro jóvenes sueltos, que se pasean en medio del fuego y sin que sufran daño alguno. ¡Y el aspecto del cuarto joven es como el de un hijo de los dioses!»
26 Dicho esto, Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno encendido, y dijo:
«Sadrac, Mesac y Abednego, siervos del Dios Altísimo, ¡salgan de allí y vengan acá!»
Entonces Sadrac, Mesac y Abednego salieron del fuego, 27 mientras los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey se juntaban para mirar a estos jóvenes, a quienes el fuego no había podido quemarles el cuerpo, y ni siquiera un solo cabello de la cabeza. Sus vestidos estaban intactos, y ni siquiera olían a humo. 28 En ese momento, Nabucodonosor exclamó:
«Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, que envió su ángel y libró a sus siervos, pues confiaron en él y no cumplieron mi edicto.
Prefirieron entregar sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios.
29 »Por tanto, yo decreto que todo pueblo, nación o lengua que profiera alguna blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, sea descuartizado, y que su casa sea convertida en muladar. ¡Porque ningún dios hay que pueda salvar como este Dios!»
30 Después de esto, el rey exaltó a Sadrac, Mesac y Abednego en la provincia de Babilonia.

LA FE Y CONVICCION DE LOS 3 AMIGOS
Este pasaje del capítulo 3 es muy aleccionador respecto a ser un verdadero creyente con convicciones sólidas de obediencia y fidelidad a Dios.
1.       La estatua del rey sus amenazas (v.1-7)
El rey Nabucodonosor hace una estatua de 28 mts. de alto por 3mts. de ancho con la imagen de él o de un dios suyo, y obliga a todos a adorarla. El que no lo haga será echado al horno de fuego. Así todos lo hicieron.
Preg.Aplic.: ¿Cómo autoridad me creo superior a los demás e impongo mis caprichos?, ¿me rebelo a Dios y cuestiono su señorío levantando ídolos en mi vida más importantes como dinero, éxito, cosas materiales, religión, puestos, etc.?, ¿impongo mis creencias a otros y los cuestiono por no pensar como yo?
2.       Los 3 amigos son acusados y responden con solidas convicciones (v.8-18)
Unos caldeos acusan a Sadrac, Mesac y Abednego ante el rey de no obedecerlo y de no adorar a la imagen y a sus dioses. Son llevados ante el rey y él los cuestiona y pide respuesta. Ellos le responden:
·                 * No hay nada que responder porque ya lo tienen definido
·                 * Dios, a quien sirven, los puede salvar del horno y del rey
·                 * Pero así no fuera, ellos no van a servir a ninguna estatua ni a otro dios
Preg.Aplic.: ¿Estoy padeciendo alguna prueba por fe y creencia en el Dios de la biblia?, ¿he desarrollado una fe sólida y convicciones firmes antes que las dificultades lleguen?, ¿me guio por emociones o convicciones?, ¿tengo la fe de que Dios es Todopoderoso y que puede obrar milagros hoy en mi vida y entorno?, ¿si el Señor no me respondo como espero, sigo creyendo y esperando en su obrar y no pierdo la fe?
3. La acusación a los amigos y la sentencia al horno (v.19-25)
El rey se amargó y calentó el horno 7 veces más, y los mandó a arrojar a los jóvenes. El fuego fuerte mató a los que los lanzaron al horno. El rey va a verlos, y se sorprende que en medio del horno estén libres y sanos los 3 jóvenes y ángel de Dios, sin sufrir daños.
Preg.Aplic.: ¿Tengo la fe del obrar de Dios a pesar que me vienen pruebas mayores?, ¿creo y vivo bajo la protección de Dios de todo mal?, ¿creo que Dios no sólo guía mi vida sino que está conmigo cuidando y guardando mis caminos?
4.       El milagro y la gloria de Dios (v.26-30)
El rey manda sacarlos del horno. Ellos está sanos sin una huella del fuego ni se ha tocado un pelo de sus cabellos. Son de gran testimonio al rey y a las autoridades. El rey alaba a Dios porque los ha librado y porque no cumplieron el edicto, y fueron fieles a su fe. El rey manda un decreto de respeto a Dios y reconoce que no hay otro Dios como el, y los promueve a mejores puestos en la provincia de Babilonia.
Preg.Aplic.: ¿Creo que Dios nos protege hasta las punta de nuestros cabellos?, ¿mi vida de fe es de testimonio e influencia a los demás?, ¿están mis autoridades glorificando a Dios a causa de mi vida de impacto?, ¿está el Señor promoviendo mi vida?, ¿estoy esperando y viviendo una fe activa con contentamiento, sabiendo que Dios me va a responder en Su tiempo a mis necesidades?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC

No hay comentarios:

Publicar un comentario