jueves, 21 de abril de 2016

Proverbios 1

Proverbios 1
1  Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel.
2 Para entender sabiduría y doctrina, Para conocer razones prudentes,
3 Para recibir el consejo de prudencia, Justicia, juicio y equidad;
4 Para dar sagacidad a los simples, Y a los jóvenes inteligencia y cordura.
5 Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo,
6 Para entender proverbio y declaración, Palabras de sabios, y sus dichos profundos.
7 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
8 Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre;
9 Porque adorno de gracia serán a tu cabeza, Y collares a tu cuello.
10 Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, No consientas.
11 Si dijeren: Ven con nosotros; Pongamos asechanzas para derramar sangre, Acechemos sin motivo al inocente; 12 Los tragaremos vivos como el Seol, Y enteros, como los que caen en un abismo; 13 Hallaremos riquezas de toda clase, Llenaremos nuestras casas de despojos;
14 Echa tu suerte entre nosotros; Tengamos todos una bolsa.
15 Hijo mío, no andes en camino con ellos. Aparta tu pie de sus veredas, 16 Porque sus pies corren hacia el mal, Y van presurosos a derramar sangre. 17 Porque en vano se tenderá la red Ante los ojos de toda ave; 18 Pero ellos a su propia sangre ponen asechanzas, Y a sus almas tienden lazo. 19 Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, La cual quita la vida de sus poseedores.
20 La sabiduría clama en las calles, Alza su voz en las plazas; 21 Clama en los principales lugares de reunión; En las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones.
22 ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, Y los burladores desearán el burlar,
Y los insensatos aborrecerán la ciencia?
23 Volveos a mi reprensión; He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros, Y os haré saber mis palabras.
24 Por cuanto llamé, y no quisisteis oír, Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese, 25 Sino que desechasteis todo consejo mío y mi reprensión no quisisteis, 26 También yo me reiré en vuestra calamidad, y me burlaré cuando os viniere lo que teméis; 27 Cuando viniere como una destrucción lo que teméis, y vuestra calamidad llegare como un torbellino; Cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia.
28 Entonces me llamarán, y no responderé; Me buscarán de mañana, y no me hallarán.
29 Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová, 30 Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía, 31 Comerán del fruto de su camino, Y serán hastiados de sus propios consejos.
32 Porque el desvío de los ignorantes los matará, Y la prosperidad de los necios los echará a perder; 33 Mas el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del mal.







LA SABIDURIA DE DIOS
1.       El principio de la sabiduría (v.1-7)
El principio de la sabiduría es el temor de Dios. Esta sabiduría se muestra en los proverbios para corregir con consejos de prudencia, disciplina, juicio y equidad. Dios dará inteligencia práctica y prudencia para obedecer sus mandamientos y vivir con su bendición. Se llama a no despreciar la sabiduría y disciplina del Señor.
Preg. Aplic. ¿Estoy temiendo y obedeciendo los mandamientos del Señor?, ¿Hay en mi vida prudencia, disciplina y equidad?, ¿estoy tomando decisiones bajo la sabiduría de Dios?
2.       Huye de las ganancias deshonestas (v.8-19)
Es honroso la obediencia y el escuchar a los padres. En este caso, se enseña a huir  de personas que buscan el dinero con codicia y con prácticas deshonestas que no les interesa destruir a los demás.
Preg.Aplic.: ¿Estoy amando el dinero?, ¿por qué quiero ganar más?, ¿está la codicia torciendo mi corazón y me estoy aliando con personas deshonestas?
3.       La caída de los insensatos (v.20-33)
Dios siempre está cercano al hombre y se manifiesta en su creación y cada detalle. Pero el hombre  no le obedece ni le teme. Al contrario, el hombre sigue su propia inteligencia y vive en su rebeldía. Por ello, soportará las consecuencias de sus malas acciones.
Preg.Aplic.:  ¿Estoy sufriendo las consecuencias de mis malas acciones?, ¿me estoy arrepintiendo de mis actos y estoy volviendo en obediencia a Dios?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


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