lunes, 30 de marzo de 2020

Mateo 9


Mateo 9
1 Después de esto, Jesús subió a la barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad.
2 Allí le llevaron un paralítico, tendido sobre una camilla. Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al paralítico: «Ten ánimo, hijo; los pecados te son perdonados.»
3 Algunos de los escribas se decían a sí mismos: «Éste blasfema.»
4 Pero Jesús, que conocía los pensamientos de ellos, dijo: «¿Por qué piensan mal dentro de ustedes mismos?
5 ¿Qué es más fácil? ¿Que le diga “los pecados te son perdonados”, o que le diga “levántate y anda”?
6 Pues para que ustedes sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados, entonces éste le dice al paralítico: “Levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa.”»
7 Entonces el paralítico se levantó y se fue a su casa.
8 Al ver esto, la gente se quedó asombrada y glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres.
9 Al continuar su camino, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado donde se cobraban los impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Y Mateo se levantó y lo siguió.
10 Estando Jesús en la casa, sentado a la mesa, muchos cobradores de impuestos y pecadores que habían venido se sentaron también a la mesa, con Jesús y sus discípulos.
11 Cuando los fariseos vieron esto, dijeron a los discípulos: «¿Por qué come su Maestro con cobradores de impuestos y con pecadores?»
12 Al oír esto, Jesús les dijo: «No son los sanos los que necesitan de un médico, sino los enfermos.
13 Vayan y aprendan lo que significa “Misericordia quiero, y no sacrificio”. Porque no he venido a llamar a los justos al arrepentimiento, sino a los pecadores.»
14 Los discípulos de Juan se le acercaron entonces, y le preguntaron: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no?»
15 Jesús les respondió: «¿Acaso los invitados a una boda pueden estar de luto mientras el esposo está con ellos? ¡Claro que no! Pero vendrán días, cuando el esposo les será quitado. Entonces ayunarán.»
16 Nadie remienda un vestido viejo con un paño de tela nueva, porque la tela nueva estira la tela vieja, y la rotura se hace peor.
17 Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres, y entonces el vino se derrama y los odres se echan a perder. Más bien, el vino nuevo debe echarse en odres nuevos, y tanto lo uno como lo otro se conserva juntamente.
18 Mientras él les decía estas cosas, un magistrado vino y se arrodilló ante él, y le dijo: «Mi hija acaba de morir; pero ven y pon tu mano sobre ella, y ella volverá a la vida.»
19 Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
20 En eso, una mujer que desde hacía doce años padecía de hemorragias, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto, 21 pues pensaba: «Si alcanzo a tocar tan sólo su manto, me sanaré.»
22 Pero Jesús se volvió a mirarla y le dijo: «Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado.» Y a partir de ese momento la mujer quedó sana.
23 Cuando Jesús entró en la casa del magistrado, vio a los que tocaban flautas y a la gente que hacía alboroto, 24 y les dijo: «Váyanse, porque la niña no está muerta, sino dormida.» Ellos se burlaron de él.
25 Pero luego de despedir a la gente, él entró y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó.
26 Esta noticia se difundió por toda aquella región.
27 Cuando Jesús salió de allí, dos ciegos lo siguieron, y a gritos le decían: «¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!»
28 Cuando Jesús llegó a la casa, los ciegos se le acercaron y él les preguntó: «¿Creen que puedo hacer esto?» Ellos dijeron: «Sí, Señor.»
29 Entonces les tocó los ojos, y les dijo: «Que se haga con ustedes conforme a su fe.»
30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Pero Jesús les encargó con mucha firmeza: «Asegúrense de que nadie sepa esto.»
31 Sin embargo, en cuanto ellos salieron, divulgaron la fama de él por toda aquella región.
32 En el momento en que salían, le trajeron a Jesús un mudo que estaba endemoniado.
33 En cuanto el demonio fue expulsado, el mudo comenzó a hablar. Y la gente se asombraba y decía: «¡Nunca se ha visto nada igual en Israel!»
34 Pero los fariseos decían: «Éste expulsa a los demonios por el poder del príncipe de los demonios.»
35 Jesús recorría todas las ciudades y las aldeas, y enseñaba en las sinagogas de ellos, predicaba el evangelio del reino y sanaba toda enfermedad y toda dolencia del pueblo.
36 Al ver las multitudes, Jesús tuvo compasión de ellas porque estaban desamparadas y dispersas, como ovejas que no tienen pastor.
37 Entonces dijo a sus discípulos: «Ciertamente, es mucha la mies, pero son pocos los segadores.
38 Por tanto, pidan al Señor de la mies que envíe segadores a cosechar la mies.»

JESUS SIGUE HACIENDO MILAGROS Y SANANDO
1.       Jesús sana a un paralitico (v.1-8)
Unas personas llevaron a Jesús a un paralítico. Al ver su fe de ellos, le dice que le perdona sus pecados al enfermo. Al saber que unos escribas lo juzgaban el Señor afirma que El tiene la autoridad para perdonar pecados y sanar. Le dice al paralitico que se levante y vaya a su casa. La gente glorifico a Dios por el poder de Jesús.
Preg.Aplic.: ¿He reconocido a Jesús como mi Señor y Salvador?, ¿he recibido el perdón de pecados por Cristo?, ¿el Señor me ha sanado de toda enfermedad y dolencia?, ¿creo en el poder de Jesús de sanarme?
2.       Jesús llama a Mateo el publicano (v.9-13)
Jesús vio a Mateo y lo llamo. Mateo le siguió y le invitó a su casa con publicanos y gente de mala fama. Los fariseos lo juzgan ante sus discípulos por estar con esos pecadores. El Seños afirma que ha venido por los enfermos. Cita Os.6:6 “Misericordia quiero, y no sacrificio”. Dios no llama a los que se creen justos sino a que saben que son pecadores.
Preg.Aplic.: ¿De dónde me ha sacado Dios, de que vida pasada?, ¿juzgo a los demás por su vida pasada?, ¿me creo justo y juzgo a los demás?, ¿reconozco que soy pecador y que estoy en proceso de transformación, soy pobre en espíritu?
3.       Discusión acerca del ayuno (v.14-17)
Los fariseos los juzgan porque sus discípulos no ayunan como ellos. El Señor les responde que hoy está con ellos pero ayunaran cuando sea muerto (quitado). Cita Is.53:8.  Jesús señala que las enseñanzas del reino de Dios (tela nueva, vino nuevo) no son compatibles con las tradiciones de los fariseos (tela vieja, odres viejos).
Preg.Aplic.: ¿Juzgo a los demás porque no siguen mis tradiciones religiosas?, ¿estoy viviendo en el reino de Dios siguiendo las reglas del Señor o me muevo más en legalismo y en reglas religiosas humanas?
4.       Jesús resucita a una niña y sana a una mujer (v.18-26)
Viene el jefe de la sinagoga y le dice que su hija ha muerto y le pide que vaya a su casa para que la resucite. Llegaron al velorio, pero Jesús afirma que no está muerta. El toma a la niña y ella resucita (v.18-19; 23-26).  Una mujer toca el fleco del manto de Jesús porque tenía la fe que se sanaría de sus hemorragias de 12 años. El Señor la anima, y le dice que su fe la salvó, y ella quedó sana (v.20-22)
Preg.Aplic.: ¿Creo que Dios puede resucitar a alguien de los muertos si así lo determina?, ¿creo que para Dios no hay nada imposible?, ¿hay humildad en mi corazón de que Dios puede obrar en lo más pequeño?, ¿tengo fe de que el Señor me puede sanar de toda dolencia?
5.       Jesús sana a dos ciegos y libera a un mudo y hace señales (v.27-35)
Dos ciegos le siguen y le gritan que los sane. El Señor les pregunta si creen que los puede sanar, ellos afirman que sí. Y acorde a su fe, los sanó. Luego, le trajeron un mudo endemoniado. Cuando lo libero, el mudo comenzó a hablar. La gente se sorprendió por el poder de Jesús, pero los fariseos criticaban diciendo que expulsa por el poder del diablo. El Señor predicaba del reino de Dios y sanaba toda enfermedad y dolencia.
Preg.Aplic.: ¿Creo que el Señor me puede sanar de toda enfermedad?, ¿está el Señor respondiendo a mi fe hoy?, ¿estoy predicando del reino de Dios?
6.       La necesidad de obreros  (v.36-38)
El Señor ve a la gente desamparada, abatida y confundida como oveja sin pastor. Hay mucha cosecha, pero pocos trabajadores. Pidan al Señor de la cosecha que mande más trabajadores a recogerla.
Preg.Aplic.: ¿Hoy en medio de la crisis del coronavirus como ves a la gente?, ¿está desamparada, abatida y confundida?, ¿me estoy rindiendo y entregando mi vida a Dios para ser un obrero que trabaje en la cosecha de almas?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Pueden ver el video de la aplicación del devocional en el link:

Equipo AATC

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