domingo, 22 de mayo de 2011

Salmos 17

Salmos 17
1 Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor. Escucha mi oración hecha de labios sin engaño.
2 De tu presencia proceda mi vindicación; Vean tus ojos la rectitud.
3 Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; Me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste; He resuelto que mi boca no haga transgresión.
4 En cuanto a las obras humanas, por la palabra de tus labios Yo me he guardado de las sendas de los violentos.
5 Sustenta mis pasos en tus caminos, Para que mis pies no resbalen.
6 Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios; Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
7 Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra, De los que se levantan contra ellos.
8 Guárdame como a la niña de tus ojos;  Escóndeme bajo la sombra de tus alas,
9 De la vista de los malos que me oprimen, De mis enemigos que buscan mi vida.
10 Envueltos están con su grosura;  Con su boca hablan arrogantemente.
11 Han cercado ahora nuestros pasos; Tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra.
12 Son como león que desea hacer presa, Y como leoncillo que está en su escondite.
13 Levántate, oh Jehová;  Sal a su encuentro, póstrales; Libra mi alma de los malos con tu espada,
14 De los hombres con tu mano, oh Jehová, De los hombres mundanos, cuya porción la tienen en esta vida, Y cuyo vientre está lleno de tu tesoro.
Sacian a sus hijos, Y aun sobra para sus pequeñuelos.
15 En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.

COMENTARIO           
 Así como Dios es Santo y puro, también es justo y no puede tolerar la maldad sin castigarla. Porque la maldad es una insolencia contra su soberanía y roba la felicidad que nuestro Dios Bueno planeó para sus criaturas que ama tanto. Es p arte de la naturaleza de Dios amarnos, como castigar.
Se llama salmos imprecatorios aquellas oraciones que se alinean con el corazón justo de Dios que defiende y protege lo que ama. El salmista pide que Dios sea el juez. No toma la justicia en sus manos, sino cree que de Dios es la venganza. Le suplica a Dios que venza a sus enemigos (y los nuestros).
 Aquí David es avisado por Dios de esta batalla espiritual y recibe conciencia del mundo espiritual (algo que se ve solo con los ojos espirituales) El desafío para ti es diferenciar y practicar los pasos que l e corresponden a Dios en la batalla y los pasos que le tocan al creyente en la batalla. Por supuesto, para derrota r al enemigo hay que conocer sus estrategias y características. También están listadas aquí. Ese es el desafío en el Salmo 17, ser conscientes de la batalla espiritual y mOvernos adecuadamente bajo nuestro comandante.
Que pueda hoy distinguir las artimañas del enemigo mas allá de las conductas humanas, que descanse bajo las alas del Altísimo!

Edward

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