lunes, 30 de mayo de 2011

Salmos 28

Salmos 28
1 A ti clamaré, oh Jehová. Roca mía, no te desentiendas de mí, Para que no sea yo, dejándome tú, Semejante a los que descienden al sepulcro.
2 Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti, Cuando alzo mis manos hacia tu santo templo.
3 No me arrebates juntamente con los malos,  Y con los que hacen iniquidad, Los cuales hablan paz con sus prójimos, Pero la maldad está en su corazón.
4 Dales conforme a su obra, y conforme a la perversidad de sus hechos; Dales su merecido conforme a la obra de sus manos.
5 Por cuanto no atendieron a los hechos de Jehová, Ni a la obra de sus manos, El los derribará, y no los edificará.
6 Bendito sea Jehová, Que oyó la voz de mis ruegos.
7 Jehová es mi fortaleza y mi escudo; En él confió mi corazón, y fui ayudado, Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi cántico le alabaré.
8 Jehová es la fortaleza de su pueblo, Y el refugio salvador de su ungido.
9 Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; Y pastoréales y susténtales para siempre.

UN SALMO SINCERO
El salmista expresa sinceridad ante el Señor:
1.      El va a clamar a Dios y espera que Dios no lo deje (v.1-2)
2.      Espera que el Señor castigue a los malos (v.3-5)
3.      Dios le ha respondido (v.6, 9)
4.      El Señor es su escudo y fortaleza (v.7-8)
P: ¿Es realmente Dios mi escudo y fortaleza?

Oremos,

Pedro

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