lunes, 6 de junio de 2011

Salmos 37

Salmos 37
1 No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
2 Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la hierba verde se secarán.
3 Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.
4 Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
5 Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.
6 Exhibirá tu justicia como la luz, Y tu derecho como el mediodía.
7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades.
8 Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo.
9 Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.
10 Pues de aquí a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí.
11 Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz.
12 Maquina el impío contra el justo, Y cruje contra él sus dientes;
13 El Señor se reirá de él; Porque ve que viene su día.
14 Los impíos desenvainan espada y entesan su arco, Para derribar al pobre y al menesteroso, Para matar a los de recto proceder.
15 Su espada entrará en su mismo corazón, Y su arco será quebrado.
16 Mejor es lo poco del justo, Que las riquezas de muchos pecadores.
17 Porque los brazos de los impíos serán quebrados; Mas el que sostiene a los justos es Jehová.
18 Conoce Jehová los días de los perfectos, Y la heredad de ellos será para siempre.
19 No serán avergonzados en el mal tiempo, Y en los días de hambre serán saciados.
20 Mas los impíos perecerán, Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros Serán consumidos; se disiparán como el humo.
21 El impío toma prestado, y no paga; Mas el justo tiene misericordia, y da.
22 Porque los benditos de él heredarán la tierra; Y los malditos de él serán destruidos.
23 Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y él aprueba su camino.
24 Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano.
25 Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan.
26 En todo tiempo tiene misericordia, y presta; Y su descendencia es para bendición.
27 Apártate del mal, y haz el bien, Y vivirás para siempre.
28 Porque Jehová ama la rectitud, Y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados; Mas la descendencia de los impíos será destruida.
29 Los justos heredarán la tierra, Y vivirán para siempre sobre ella.
30 La boca del justo habla sabiduría, Y su lengua habla justicia.
31 La ley de su Dios está en su corazón; Por tanto, sus pies no resbalarán.
32 Acecha el impío al justo, Y procura matarlo.
33 Jehová no lo dejará en sus manos, Ni lo condenará cuando le juzgaren.
34 Espera en Jehová, y guarda su camino, Y él te exaltará para heredar la tierra; Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás.
35 Vi yo al impío sumamente enaltecido, Y que se extendía como laurel verde.
36 Pero él pasó, y he aquí ya no estaba; Lo busqué, y no fue hallado.
37 Considera al íntegro, y mira al justo; Porque hay un final dichoso para el hombre de paz.
38 Mas los transgresores serán todos a una destruidos; La posteridad de los impíos será extinguida.
39 Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.
40 Jehová los ayudará y los librará; Los libertará de los impíos, y los salvará, Por cuanto en él esperaron.

Un salmo ancla
Otro de mis salmos favoritos es este 37, que contiene promesas anclas que han sostenido mi vida. El salmista nos recomienda:
1.      No tengas envidia de los que progresan, pero siguen a otro dios (v.1-2, 7, 16-17). A veces la ambición económica nos puede hacer perder el rumbo: afán por el dinero, búsqueda de las riquezas y adoración al dios trabajo. ¿Busco sólo material?, ¿estoy envidiando la riqueza de otros?, ¿cuál es mi motivación con el dinero?
2.      Confía en el Señor y has el bien, el Señor te prosperará (v.3). ¿Estoy confiando en el Señor?, ¿estoy haciendo el bien?
3.      Depende de Dios y El te concederá tus peticiones (v.4). ¿Estoy dependiendo del Señor en todo?, ¿el Señor está respondiendo mis oraciones?
4.      Encomienda tu camino al Señor y el te guiará (v.5-6). ¿Estoy encomendando mis días al Señor?, ¿el Señor me está guiando?
5.      Desecha la ira y deja el enojo, espera en Dios porque El intervendrá (v.7-15). ¿Estoy buscando mi justicia o dependo del Señor?
6.      El Señor sostendrá en la dificultad a sus hijos (v.18-26). ¿El Señor me estás sosteniendo en las pruebas?
7.      Para ser bendecido el creyente se debe apartarse del pecado y guiarse en la ley de Dios (v.27-31). ¿Estoy dejando de pecar?, ¿estoy aferrándome a la Palabra de Dios?
8.      El Señor protegerá sus hijos (v.32-40). ¿El Señor me está protegiendo?, ¿vivo confiando en El?.

Oremos,

Pedro

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