lunes, 25 de agosto de 2014

Salmos 22

Salmos 22
1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?, ¿Por qué estás tan lejos, y no vienes a salvarme?, ¿Por qué no atiendes mi clamor?
2 Dios mío, te llamo de día, y no me respondes; te llamo de noche, y no hallo reposo.
3 Tú eres santo, tú eres rey; tú eres alabado por Israel.
4 Nuestros padres confiaron en ti; en ti confiaron, y tú los libraste.
5 A ti clamaron, y fueron librados; en ti confiaron, y no quedaron en vergüenza.
6 Pero yo soy más gusano que hombre; ¡un ser despreciable del que todos se burlan!
7 Los que me ven, se burlan de mí; me hacen muecas, sacuden la cabeza, y dicen:
8 «Éste puso su confianza en el Señor, ¡pues que el Señor lo salve!
¡Que venga el Señor a librarlo, ya que en él se complacía!»
9 Pero eres tú quien me dio la vida, eres tú quien me infundió confianza desde que era un niño de pecho.
10 Antes de nacer fui puesto a tu cuidado; aun estaba yo en el vientre de mi madre, y tú eras ya mi Dios.
11 No te apartes de mí, que me cerca la angustia y nadie viene en mi ayuda.
12 Mucha gente poderosa me rodea; son fuertes como toros de Basán.
13 Como leones feroces y rugientes, abren sus fauces, dispuestos a atacarme.
14 Me voy diluyendo, como el agua; tengo todos los huesos dislocados.
El corazón, dentro del pecho, se me derrite como la cera.
15 Tengo seca, muy seca, la garganta; la lengua se me pega al paladar; ¡me has lanzado al polvo de la muerte!
16 Me ha cercado una banda de malvados; ¡me tienen rodeado, como perros!
¡Han taladrado mis manos y mis pies!
17 Puedo contarme todos los huesos, mientras ellos se regodean al verme.
18 Echan a la suerte mis vestidos y se los reparten por sorteo.
19 Pero tú, Señor, ¡no te alejes!
Tú eres mi fuerza, ¡ven pronto en mi ayuda!
20 ¡Rescata de la espada y de esos perros la única vida que tengo!
21 ¡Sálvame de las fauces de esos leones!, ¡Líbrame de los cuernos de esos búfalos!
22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos; te alabaré en medio de la comunidad.
23 Ustedes, los que temen al Señor, ¡alábenlo!
Descendientes de Jacob, ¡denle gloria!
Hijos todos de Israel, ¡adórenlo!
24 El Señor no rechaza al afligido, no desprecia a los que sufren, ni esconde de ellos su rostro;
cuando a él claman, les responde.
25 Yo lo alabaré en medio de la comunidad, y ante los que le temen cumpliré mis promesas.
26 Los pobres comerán, y quedarán satisfechos; los que buscan al Señor lo alabarán, y tendrán una larga vida.
27 Todos los rincones de la tierra invocarán al Señor, y a él se volverán; ¡ante él se inclinarán todas las naciones!
28 El reinado es del Señor, y él gobierna a todas las naciones.
29 Todos los poderosos de la tierra lo adorarán; todos los mortales le rendirán pleitesía, todos los que no tienen vida propia.
30 Las generaciones futuras le servirán, y hablarán del Señor a la generación venidera.
31 Se dirá a los que aún no han nacido que el Señor es justo en todo lo que hace.

DAVID ALABA A DIOS EN MEDIO DEL SUFRIMIENTO
1.       Cómo se siente David (v.1-21)
David siente que Dios lo ha dejado que no le responde. (Nota: v.1; 14-18 son referencias al sufrimiento de Cristo en la cruz). Se siente un gusano que se burlan de él porque ha confiado en Dios. Reconoce que es el Señor quien le ha dado confianza desde bebé y es El quien lo ha cuidado. Pide protección y salvación ante sus enemigos voraces, se siente a morir.
Preg. Aplic.: ¿Estoy pasando por sufrimiento y dolor, estoy pensando que Dios me ha dejado?, ¿estoy reconociendo que es Dios quien me ha sostenido desde nací?, ¿abro mi corazón en oración a Dios y decido confiar en su justicia?
2.       David alaba a Dios (v.22-31)
David alaba a Dios y pide a Israel que alabe al Señor. El Señor responde al clamor de los humildes y los prosperará. (Nota: v.27-31 referencia al futuro reino de Cristo). Todos al final se inclinarán ante Dios y todos le servirán y verán que es un Dios justo.
Preg. Aplic.: ¿Estoy alabando constantemente a Dios?, ¿reconozco su obrar en mi vida y en mi entorno?, ¿estoy dejando que el Señor gobierne mi vida?

Oremos,

Pedro A. Torres Guzmán
Equipo AATC


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