lunes, 11 de agosto de 2014

Salmos 8

Salmos 8
1 Señor y Dios nuestro, ¡cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos!
2 Las alabanzas de los niños de pecho son tu mejor defensa contra tus enemigos; ellas silencian a tus vengativos adversarios.
3 Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, y la luna y las estrellas que has creado, 4 me pregunto:
¿Qué es el ser humano, para que en él pienses?, ¿Qué es la humanidad, para que la tomes en cuenta?
5 Hiciste al hombre poco menor que un dios, y lo colmaste de gloria y de honra.
6 ¡Lo has hecho señor de las obras de tus manos! ¡todo lo has puesto debajo de sus pies!
7 ¡Todas las ovejas y todos los toros! ¡Todos los animales del bosque!
8 ¡Las aves en el cielo y los peces en el mar! ¡Todo lo que surca las profundidades del mar!
9 Señor y Dios nuestro, ¡cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!

LA GLORIA DE DIOS Y LA DIGNIDAD DEL HOMBRE
1.       La gloria de Dios (v.1-2; 9)
David alaba la grandeza de Dios y su gloria se manifiesta en su creación. Los niños alaban a Dios y dan testimonio de su poder. Y toda la creación glorifica a Dios.
P.A.: ¿Estoy adorando a Dios por su grandeza?, ¿alabo y canto a Dios en forma constante?, ¿mi vida da gloria a Dios?
2.       La dignidad del hombre (v.3-8)
David contempla la grandeza de la creación y se pregunta quienes son los hombres para que Dios piense en ellos: nos ha hecho a su imagen, nos ha tratado como a reyes y nos ha dado autoridad sobre todo lo creado.
P.A.: ¿Estoy agradecido por el grande amor de Dios para mí?, ¿soy feliz de ser hijo de Dios?, ¿estoy siendo un buen administrador de lo que Dios me ha encomendado?

Oremos,

Pedro A. Torres G.

Equipo AATC

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